ISSN 2605-2318

Entrevistas

Ricardo Llorca | La tenacidad en estado puro


01/01/2012

Nos pusimos en contacto con Ricardo Llorca, compositor alicantino afincado en Nueva York y profesor de la prestigiosa Juilliard; amigo y colaborador de algunos de los compositores americanos más relevantes del siglo XX como John Corigliano, David Diamond, Milton Babbit, Philip Glass, Tania León y John Adams. 

Aunque para Llorca, estas cosas no tienen importancia porque es muy asequible y cercano, pero sobre todo muy positivo. Lejos de tendencias y modas él tiene su propio estilo musical, difícil de clasificar. Ricardo Llorca es un gran conversador pero además es muy simpático, curioso y absolutamente al día de todo lo que pasa en música en  todas partes. La música y su oficio le apasionan, aunque el no habla de oficio, ni de técnica sino de intuicion. Nuestras charlas y sus anécdotas han sido realmente interesantes, momentos para aprender y disfrutar. 


Ruth Prieto, para El Compositor Habla, entrevista al compositor afincado en Nueva York Ricardo Llorca

Nueva York, Diciembre del 2011 

La tenacidad en estado puro 




1. Ruth Prieto: Para empezar: ¿De qué hablan los compositores?

Ricardo Llorca: Depende. Hay ciertos compositores que convierten en monólogos auto- promocionales sus conversaciones con los demás. Pienso que algunos de ellos a veces resultan excesivamente complejos porque cuando les escuchas hablar de sus obras parece que están disertando sobre un tratado de filosofía -o de física cuántica- en lugar de una obra musical. No cabe duda que la Enciclopedia Británica y la introspección filosófica te harán mucho más erudito pero tu talento para la composición será exactamente el mismo tanto si analizas en profundidad el "Ulises" de James Joyce, como si no lo haces. Es la famosa dicotomía Mozart/Salieri.
Curiosamente casi todos los compositores norteamericanos que he conocido y con los que he trabajado -John Corigliano, David Diamond, Milton Babbit, Philip Glass, Tania León, John Adams, etc.- no son así. La mayoría son personas muy asequibles, grandes conversadores, tienen un interés genuino hacia todo lo que les rodea y una actitud muy positiva ante la vida. Milton Babbit era uno de los compositores más simpáticos y más abiertos que he conocido. Le interesaba todo y todo te lo preguntaba y te sentías muy a gusto con él desde el primer momento a pesar de ser uno de los compositores más prestigiosos de los Estados Unidos. Yo le comentaba mis dudas sobre el dodecafonismo y él discutía conmigo, pero siempre desde el respeto y desde la comprensión. Milton Babbit hablaba con la misma pasión sobre el "dodecafonismo en la obra tardía de Stravinsky", que nos comentaba el último partido de los "Nicks" mientras tomábamos una cerveza en el bar de Juilliard. Con David Diamond y con John Corigliano pasaba lo mismo.
Eran compositores que podían discutir con la misma naturalidad sobre los "aspectos contrapuntísticos en los compositores del siglo XX", que te recomendaban la última película de Steven Spielberg, o te hablaban con interés de la música de Bjork, o de las películas de Lars Von Trier. La verdad es que David Diamond era inagotable y estaba lleno de una gran vitalidad e ingenio, a pesar de sus muchos años. Era una enciclopedia viva, reliquia de otros tiempos y ejemplo de una generación de compositores norteamericanos que ya se encontraba al borde de la extinción. Aquella era la generación que había estudiado con Nadia Boulanger, compositores como: Aaron Copland, Paul Bowles, Roy Harris, Walter Piston, Leonard Bernstein, Virgil Thompson, William Schumann, Ned Rorem, etc. Eran maravillosos los relatos y las anécdotas que Diamond nos contaba -algunas muy exageradas y subidas de tono- sobre todos los músicos celebres con los que había trabajado. La verdad es que nunca supe con certeza si todas las historias que Diamond me contaba eran verídicas o no, aunque tampoco me importaba demasiado porque era una auténtica delicia escucharle.
Diamond tenía una gran imaginación y la virtud de hacer interesante lo cotidiano y divertido lo aburrido. Sus anécdotas con Greta Garbo, con quien decía iba al cine todos los jueves, eran impagables; o cuando me enseñaba con orgullo su correspondencia con Dolores Ibarruri “La Pasionaria”; o su excitación cuando me explicaba cómo había sido su participación en la Guerra Civil Española luchando con las Brigadas Internacionales. Ver gesticular a aquella reliquia de 80 años mientras me mostraba con el máximo realismo posible como había disparado contra varios fascistas italianos durante la Batalla del Jarama, es uno de los recuerdos más impagables que me quedan de mis años de estudiante en Juilliard.

2. Ruth Prieto: ¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?

Ricardo Llorca: La tenacidad. Además, con los años he aprendido que no hay que cerrarse nunca a nada aunque no comprendamos ni compartamos el criterio artístico de los demás porque que en el mundo del arte nada es permanente y hay que alejarse de los dogmas inamovibles. También valoro mucho la naturalidad en las personas y procuro afrontar todos los retos con optimismo. No tolero la vulgaridad, las faltas de educación y admiro a la gente luchadora. Personas que no se apoltronan en el sofá y que luchan por conseguir sus ideales, por imposibles que estos sean.

3. Ruth Prieto: ¿Qué tiene de oficio componer?

Ricardo Llorca: El oficio y la técnica no lo es todo en la composición ya que la concepción artística ha de ser principalmente, o por lo menos en un 50%, un fenómeno de la intuición.

4. Ruth Prieto: ¿Qué cualidades tiene que tener un compositor?

Ricardo Llorca: Cada compositor es un mundo. Alguien dirá que los compositores han de ser buenas personas y grandes humanistas pero Wagner no lo era y allí le tienes. Otros te contestarán que los compositores han de ser cultos pero John Corigliano no es un compositor especialmente erudito y es un gran músico y, quizás, el orquestador más brillante de Estados Unidos. También hay quien dice que para ser un gran compositor hay que estudiar todas esas asignaturas interminables que enseñan en los conservatorios, pero Philip Glass nunca pasó por un conservatorio y mira en donde está, independientemente de que te guste su música o no. Tampoco Igor Stravinsky tuvo una formación académica muy exhaustiva y es uno de los grandes compositores del Siglo XX.
Lo importante para ser un buen compositor es estar siempre alerta de lo que ocurre a tu alrededor, y no tener prejuicios. Yo creo en el talento, aunque ya sé que es un concepto decimonónico un tanto trasnochado, pero es cierto. El talento, o como lo quieras llamar, es algo con lo que naces y que después puedes pulir con los estudios pero si no lo tienes nunca harás nada de interés por mucho que te esfuerces. Mompou tenía un talento especial que plasmaba en todo lo que escribía. Oscar Esplá, en su escritura pianística, tenía momentos mágicos que ni el mismo podría explicar cómo había llegado hasta ellos. Montsalvatge también tiene momentos muy inspirados. Y así cientos de compositores.

5. Ruth Prieto: ¿Y…defectos?

Ricardo Llorca: A veces soy demasiado impetuoso. Creo que la falta de autocrítica es, en algunos casos, el principal defecto de muchos compositores.

6. Ruth Prieto: ¿Cuál ha sido la última alegría que le ha dado la música?

Ricardo Llorca: Últimamente la música me ha dado muchas alegrías: el estreno de mi ópera “Las Horas Vacías” durante la Setmana de Música Sacra de Benidorm, la Catedral de Berlín, Naciones Unidas, y después en el Lincoln Center de Nueva York en donde la nominaron para un premio Pulitzer. De todas formas, a pesar de todos los logros posteriores que he conseguido con esta ópera, pienso que uno de los momentos más mágicos de mi carrera fue cuando en Benidorm, que es el pueblo de mi padre, decidieron que, antes de llevar la ópera por todo el mundo, la estrenarían ellos con la coral y con gentes sencillas de la zona participando en el concierto. Ver a personas no profesionales colaborando entusiasmados en el estreno de una ópera contemporánea, que no es fácil, es un clarísimo ejemplo de hasta dónde puede llegar la afición por la música clásica en la Comunidad Valenciana, y eso me llena de orgullo.
Otra alegría es mi trabajo en Juilliard en donde, además de ser profesor desde hace muchos años, estoy organizando un ciclo de conciertos para el invierno de 2012 programando la música de la última generación de compositores de todo el mundo. Hay un fenómeno muy curioso que está ocurriendo en el Downtown Neoyorquino: los bares con música contemporánea en vivo. Estos sitios - la Sala “Galápagos” de Brooklyn o el “Poisson Rouge” del Village- están abarrotados de público todas las noches y, mientras te tomas un copa y estás relajado con tus amigos, escuchas música contemporánea; música electrónica; y hasta operas de nuevo formato. La otra noche escuché a la “Orpheus Chamber Orchestra” en el “Galápagos” de Brooklyn, y hubo muchas personas que se quedaron en la puerta sin poder entrar. El mes pasado escuché “La Historia de un Soldado” también con el aforo completo. Cada noche es un programa diferente y este tipo de bares ha tenido tal aceptación que salen críticas en el New York Times y se han convertido en un referente para el público de Nueva York. Es una manera de acercarse a la música mucho menos rígida que en las salas tradicionales de conciertos y creo que es una idea brillante para acercar la música de hoy a las generaciones más jóvenes.
Es curioso que esta idea de ir a conciertos de música contemporánea con una copa en la mano no sea tan nueva como pueda parecer en un principio ya que en el Barroco el público iba a los teatros no solo a escuchar las obras sino también a comer, beber y charlar con los amigos cuando la obra no les interesaba lo suficiente. Es en el Siglo XIX cuando la cultura de los conciertos empieza a adquirir un aspecto mucho más rígido hasta llegar a la situación museística de hoy en día en donde lo que ocurre en las salas de conciertos tiene muy poca conexión con la cultura que nos rodea y con el día a día de las personas.
También, desde el año 2008, soy compositor en residencia de la "New York Opera Society" y últimamente estamos promocionando y programando operas de compositores jóvenes por todos los Estados Unidos, además de organizar en mayo del 2012 un concierto enteramente dedicado a mi música en el que participará Rosa Torres Pardo, que es una pianista excepcional, en la National Gallery de Washington DC.
También soy compositor en residencia de "Sensedance", que es una compañía de danza contemporánea en Nueva York con la que colaboro desde hace mucho tiempo. “Sensendance” ha llevado mi música no solo por todos los Estados Unidos, sino por varias ciudades sudamericanas en donde cada día existe un mayor interés por el arte contemporáneo. Con “Sensedance” hemos ido de gira a Lima, San Juan de Puerto Rico, Caracas, Buenos Aires y ahora mismo estamos organizando para el mes de octubre de 2012 una representación en Bogotá de “Les Noces” de Stravinsky aunque, en lugar de usar la coreografía tradicional de Bronislava Nijinska con campesinos rusos, vamos a trabajar con auténticos campesinos colombianos y creo que el resultado puede llegar a ser muy interesante.
También trabajo habitualmente con el Manhattan Choral Ensemble, con los que he compuesto varias obras; y ahora mismo estoy escribiendo una nueva obra que me ha encargado el CDNM (Centro de Documentación Nacional de la Música), que es mi gran proyecto en estos momentos y que se estrenará en el Museo Reina Sofía de Madrid el 4 de Junio de 2012. Es una obra para grupo de percusión y orquesta de cámara. Estoy muy ilusionado con este encargo y llevo componiendo esta obra desde el mes de julio pasado. El caso es que últimamente no me quejo porque las cosas van muy bien. Habrá que tocar madera.

7. Ruth Prieto: ¿Y el último disgusto?

Ricardo Llorca: El año pasado nominaron mi ópera para un Premio Pulitzer pero no me lo concedieron. Me quedé entre los veinte finalistas y no pasé a la lista de los tres últimos. Ahora me han vuelto a nominar por la grabación del CD de mi ópera con Columna Música así que vuelvo a estar esperanzado. Otro disgusto, y esto es mucho más importante, es la situación en la que se encuentra el mundo últimamente, y no solo el mundo de la música.

8. Ruth Prieto: Con todo esto de la crisis, ¿qué es componer hoy en día?

Ricardo Llorca: Invertir más esfuerzo en buscar financiación que en componer porque pierdes mucho tiempo solicitando ayudas y enviando partituras y grabaciones a orquestas que, normalmente, ni siquiera las leen ni las escuchan.
Te voy a poner un ejemplo muy significativo de lo que significa componer hoy en día: en el año 2008 me llamaron de la Orquesta Filarmónica de Nueva York para ayudar a Lorin Maazel a hacer una traducción de un documento que había que presentar urgentemente en el Palau de la Música de Valencia. Lorin Maazel, pensando que yo era un traductor profesional, me recibió en su despacho sin importarle que allí hubiera, bien visibles y repartidas por toda la habitación, varias papeleras y cubos de basura repletos de sobres con partituras que el Maestro ni siquiera había abierto.
Lo sensato por mi parte hubiera sido ignorarlo, puesto que mi trabajo allí era el de traducir un documento y marcharme, pero no lo pude resistir y después de haber hecho el trabajo para el que se me había contratado, me dirigí a Lorin Maazel sin poder disimular mi enojo.

“Maestro” le dije “usted ha llamado al Spanish Institute para que le enviaran un traductor y ellos me han llamado a mí, sin especificarle que yo también soy compositor. Creo que han hecho mal porque, si usted hubiera sabido lo que soy, habría retirado de mi vista las papeleras y cubos de basura con todos estos sobres sin abrir que, claramente, contienen el trabajo de toda una vida de muchos compositores entre los que, desgraciadamente, también me encuentro yo”

El rostro de Lorin Maazel cambió de color y por un momento pensé que me iba a expulsar de allí a patadas.

“Yo, como tantos otros, me he pasado media vida enviándoles cartas a ustedes que, por lo que acabo de comprobar, ni las leen. Y también me he gastado un dineral grabando maquetas y ahora entiendo que ha sido de ellas al ver toda esta papelería que tiene usted desperdigada por la habitación.

Lorin Maazel me miraba entre muy sorprendido y muy enojado. Pienso que era la típica estrella internacional acostumbrada a la adulación permanente y supongo que, salvo su mujer, nadie le había hablado jamás en semejante tono. Pero Maazel no llamó a su secretario ni me echó a patadas de allí, como hubiera sido lo lógico, y me contestó con un cierto tono de justa indignación en su voz:

“ ¿Usted se cree que yo tengo tiempo para leer todas las partituras que me envían?. ¿Usted sabe cuánta música de compositores desconocidos me llega todos los días desde todas las partes del mundo? Tenía algo de razón pero, aun así, le contesté “La Filarmónica de Nueva York, como casi todas las orquestas de los Estados Unidos, tienen siempre contratado a un compositor en residencia para que haga ese trabajo. Si mal no recuerdo, el compositor contratado por la Filarmónica es David del Trédici y su obligación es precisamente esa: escuchar el material que enviamos a las orquestas, porque para eso le pagan, y no para tirarlo directamente a la papelera sin molestarse en abrirlo”.

Ese fue el primer y último contacto que tuve con Lorin Maazel y no creo que al Maestro le hayan quedado muchas ganas de volver a verme de nuevo. He escrito esta experiencia tan larga para dar un idea de lo que significa ser compositor hoy en día y la paciencia y la fuerza de voluntad que se necesitan para salir adelante sin terminar abandonando una carrera que cada día se hace más difícil.

9. Ruth Prieto: ¿Si no fuera compositor qué le hubiera gustado ser?

Ricardo Llorca: La verdad es que nunca me he planteado ser otra cosa.

10. Ruth Prieto: ¿Cuál ha sido su mayor extravagancia?

Ricardo Llorca: Gastar más de lo que gano, como hemos hecho una gran parte de la población occidental en los últimos veinte años.

11. Ruth Prieto: ¿Qué aporta la música a la educación?

Ricardo Llorca: La música estimula la concentración, el análisis, la imaginación y la memoria, y nos ayuda a ser más metódicos y constantes. Integrar la música en las aulas potencia la creatividad de los alumnos y debería ser una asignatura indispensable en todos los colegios.

12. Ruth Prieto: ¿Qué le da miedo?

Ricardo Llorca: No soy miedoso.

13. Ruth Prieto: ¿Perdió algo por el camino?

Ricardo Llorca: Al contrario, he ganado mucho por el camino. Lo único que he perdido fue un hermano hace 20 años. Y últimamente dos grandes amigos: Jorge García Berlanga y Sigfrido Martin Begué.

14. Ruth Prieto: ¿Qué es el silencio?

Ricardo Llorca: El silencio, el tiempo y la concentración son factores fundamentales para componer. Los compositores necesitamos del silencio y de la soledad para concentrarnos en nuestras obras. Yo me retiré a las montañas de Saratoga para poder escribir allí mi concierto de piano en total silencio y sin que nada ni nadie me molestaran.

15. Ruth Prieto: Liberté, egalité, fraternité ... ¿Añadiría algo?

Ricardo Llorca: Yo diría “Liberté, egalité, fraternité y economité”. A ver si Monsieur Sarkozy nos presta algo de dinero y nos saca del apuro en el que nos encontramos

16. Ruth Prieto: ¿A quién rescataría del pasado?

Ricardo Llorca: A Franklin D. Roosevelt para que ponga un poco de orden en las finanzas norteamericanas. A Mozart, solo para ver qué tipo de música escribiría en el año 2012. A Igor Stravinsky, para que pueda seguir componiendo. A Sergei Diaghilev, para que organice otra compañía como la de los “Ballets Rusos” y descubra nuevos talentos. Al Marques de Cuevas porque era un personaje maravilloso e irrepetible. A George Gershwin, por razones obvias; A Victoria de los Ángeles; a Leonard Bernstein; a Vladimir Horowitz; a tantos...

17. Ruth Prieto: ¿Qué tiene el presente de interesante?

Ricardo Llorca: Para mí es interesante el hecho de que el presente musical esté definido por el eclecticismo y por la pluralidad dentro del mundo de la música. El presente periodo no tiene realmente una cultura musical propia que la defina sino muchas que coexisten a la vez y eso es muy positivo. Los compositores más jóvenes han crecido escuchando todo tipo de músicas y no tienen tantos prejuicios como antaño. En los años 80, por lo menos en los conservatorios, tenias que definirte obligatoriamente y solo podías abrazar un estilo como si éste fuera un dogma inamovible al que había que permanecer fiel por el resto de tu vida. Hoy en día, afortunadamente, las cosas han cambiado.

18. Ruth Prieto: Podría definir ¿contemporáneo?

Ricardo Llorca: El arte contemporáneo representa una honesta imagen de la época descentrada e indefinida en que vivimos y está representado por la existencia simultánea de estilos muy diversos. No hay duda de que la cultura contemporánea actual refleja fielmente el carácter fragmentario del mundo en el que se desarrolla. Además, pienso que si no investigamos por nuevos caminos que se alejen de la comodidad del academicismo o de las vanguardias que han dominado el mundo de la música durante los últimos sesenta años, el futuro de la música contemporánea podría ser el olvido en medio de la indiferencia general.
19. Ruth Prieto: ¿Podría decirme cómo es su música?

Ricardo Llorca: Creo que mi trayectoria musical ha evolucionado al margen de las vanguardias y en muchas de mis obras he practicado un revisionismo histórico. Últimamente los compositores jóvenes nos hemos visto en la disyuntiva de continuar por el camino de la experimentación, o bien volver a los esquemas clásicos. Algunos compositores nos hemos encontrado incapaces de seguir adelante bajo los mismos auspicios estéticos que han dominado la música durante las últimas décadas. La mirada hacia atrás es quizás la única salida posible. Revisar el pasado y volver a trabajar sobre las estructuras y sobre los conceptos clásicos (horizontales y verticales) de la música, retomando el concepto de expresividad según los modelos tradicionales.

20. Ruth Prieto: ¿Qué consejo le daría a un joven que quiere ser compositor?

Ricardo Llorca: Que no desprecie ni minusvalore a ningún compositor y entienda que nadie estamos en posesión de la verdad. Que sepa que la composición no se enseña, a pesar de los que digan en los conservatorios, sino que se aprende poco a poco a base de analizar, escuchar y respetar las obras de los demás. Que no se desanime cuando, al terminar sus estudios, se dé cuenta de lo difícil que es ésta profesión. Que cada obra que escriba siempre piense que es la mejor. Que no tenga prisa en terminar una obra. Que no sea sectario ni abrace ningún dogma. Que no dude de sí mismo. Que no le importen las críticas. Que no termine una obra hasta que no esté totalmente seguro de ella. Y sobre todo: que no escuche a sus mayores porque, muchas veces, están equivocados y viven anclados en un pasado que ya no existe.

21. Ruth Prieto: ¿Qué le hace reír?

Ricardo Llorca: Muchas cosas. Los españoles tenemos la virtud de saber reírnos de nosotros mismos y eso es muy sano

22. Ruth Prieto: ¿Qué le hace llorar?

Ricardo Llorca: Yo lloro muy poco.

23. Ruth Prieto: ¿A qué compositor invitaría a comer a casa?

Ricardo Llorca: A John Adams, aunque creo que es vegetariano.

24. Ruth Prieto: ¿Con cuál se sentaría a charlar horas y horas?

Ricardo Llorca: Con John Adams y con Gisle Kverndokk

25. Ruth Prieto: ¿Tiene usted “compositor de cabecera”?

Ricardo Llorca: John Adams (por si no lo has adivinado) e Igor Stravinsky. También Olivier Messiaen, Aarvo Part, Richard Strauss y, para variar un poco de estilo, Tomás Luis de Victoria y todos los compositores renacentistas españoles.

26. Ruth Prieto: Alguna manía a la hora de componer….

Ricardo Llorca: Tener todo el tiempo del mundo y componer sin prisas.

27. Ruth Prieto: Un libro indispensable…

Ricardo Llorca: Muchos: "A la recherce..." de Marcel Proust; "Of Mice and Men" de Steinbeck; "Las Memorias de Adriano" de Marguerite Yourcenar; "In Cold Blood" de Truman Capote; “Nada” de Carmen Laforet, y toda la literatura sudamericana de la segunda mitad del Siglo XX. En mi opinión es una pena que mucha de la literatura española de hoy en día sea tan vulgar y tan farragosa, aunque hay excepciones por supuesto, como las últimas novelas de Sánchez Piñol, que son muy buenas.

28. Ruth Prieto: Una película…

Ricardo Llorca: Las neorrealistas Italianas, pero sobre todo “Rocco y sus Hermanos”, y cualquiera de las de Fellini. También me gusta “Chicago”, “Der Untergang”; las de Eric Von Stroheim, etc.

29. Ruth Prieto: Una canción que le arregle un mal día…

Ricardo Llorca: “Augeletti que cantate” de Handel/ Rinaldo, y “Canta la Cicaleta” de Stefano Landi (1587-1639). También me gustan mucho las canciones sefarditas y la música Brasileña.

30. Ruth Prieto: Un personaje del teatro imprescindible…

Ricardo Llorca: Últimamente se han hecho imprescindibles los personajes de Ionesco o de Jardiel Poncela si queremos comprender lo que está pasando en el mundo.

31. Ruth Prieto: ¿Qué piensa de la política?

Ricardo Llorca: Todavía tengo esperanza que pueda haber un cambio, no solo en España sino en todo el mundo, y que podamos conseguir mejoras en el sistema de bienestar y en el saneamiento de las economías internacionales.

32. Ruth Prieto: ¿Tiene algún sueño recurrente?

Ricardo Llorca: Si

33. Ruth Prieto: Tres obras maestras de la historia de la música

Ricardo Llorca: Te diré cuatro: “Les Noces” de Stravinsky; “La Consagración de la Primavera” de Stravinsky; “Turangalila” de Olivier Messiaen; y “Elektra” de Richard Strauss

34. Ruth Prieto: ¿Qué le queda de hacer en música, que no hay hecho todavía?

Ricardo Llorca: En la música he hecho casi todo. Quizás me falte por escribir más música de cámara ya que, al ser la orquesta mi especialidad, tengo muy poca obra compuesta para instrumentos solos y para grupos pequeños. La mayoría de mi obra es orquestal, que fue mi especialidad en Juilliard.

35. Ruth Prieto: ¿Cuál es su pasatiempo favorito?

Ricardo Llorca: Hago mucho ejercicio, porque es vital para contrarrestar el tener que estar todo el día sentado escribiendo. Esquío mucho en el invierno y hago montañismo y escalada en los veranos. Y también me gusta mucho cocinar, siguiendo la tradición de mi familia en donde todos cocinan muy bien. La familia de mi padre es de Alicante y en mi casa siempre han preparado todo tipo de cocas y de arroces. Sin embargo, mi madre es de Salamanca y mi abuela era una gran especialista en la cocina castellana. Yo he heredado el gusto familiar por la cocina y ya he ganado varios premios gastronómicos y eso me llena de orgullo. Casi tanto como los premios que me han dado durante mi trayectoria profesional en la música.

36. Ruth Prieto: ¿Cuál considera que es su estado actual de ánimo?

Ricardo Llorca: Suelo ser siempre muy positivo y no me desanimo fácilmente. Es algo genético porque mi padre, que era el director de la Biblioteca del Senado y de la Biblioteca de la Universidad Autónoma de Madrid, falleció con 96 años con un cigarrillo en la boca y siempre de buen humor.

37. Ruth Prieto: ¿Tiene usted algún lema?

Ricardo Llorca: Hay algo que me repito siempre para darme ánimos y para seguir adelante: “El “no” ya lo tienes”. Soy insistente aunque procuro no ser pesado.

38. Ruth Prieto: ¿Qué diría Ricardo Llorca de Ricardo Llorca?

Ricardo Llorca: No podría decir gran cosa de mí salvo que he estudiado y que he luchado mucho por conseguir lo que tengo y que volvería a estudiar y a luchar una y otra vez si eso fuera necesario para salir adelante. No me da miedo decir lo que pienso y eso me ha causado muchos disgustos. Tampoco me dan miedo los retos, por difíciles que estos sean. Tengo una personalidad hiperactiva y nunca me duermo en los laureles. Procuro transmitir fuerza y energía a todo el equipo que me rodea en cada empresa que empiezo. Un amigo mío: el cordobés Tomas Muñoz, que vive en Nueva York y que fue durante muchos años vicepresidente de Sony Music International, dice que, solo por verme, ya se pone nervioso. Mi familia dice lo mismo. 

                                                                                      Ricardo Llorca, en un avión Nueva York - Barcelona, diciembre 2011

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