ISSN 2605-2318

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Claudio Prieto, in memoriam


05/05/2015

El músico palentino Claudio Prieto falleció el pasado 5 de abril, a los 84 años de edad. Prieto, nacido en Muñeca de la Peña el 24 de noviembre de 1934, había recibido multitud de galardones como reconocimiento de su extensa carrera musical. Entre ellos destacan el Premio Castilla y León de las Artes, que se le entregó en 1994 o el Premio al Mejor Autor de Música Clásica que recibió en el año 2004 durante la VIII Edición de los Premios de la Música organizados por la Academia de las Artes y de la Música.

En El Compositor Habla pudimos entrevistar al compositor Claudio Prieto el pasado 18 de diciembre. Fue amable y cercano, como era él. Ha sido un gran compositor, original, con una obra extensa vinculada a su tierra.

En recuerdo de un gran compositor, algunos de sus amigos más cercanos, algunos compositores, periodistas y colegas de El Compositor Habla hemos querido enviar nuestros testimonios como recuerdo y homenaje. Todas las personas que formamos El Compositor Habla nos unimos en las condolencias a la familia por la pérdida del Maestro y deseamos acompañarles en estos difíciles momentos con nuestro recuerdo.

Descanse en paz.







José Buenagu. Palabras al silencio de Claudio Prieto.
Transitamos la vida con doble vestidura, de ente social y de ente profesional. En uno y otro espacios tratamos de llegar al punto en que desde fuera se nos valore y, si es posible, se nos admire. En el caso del artista creador ese proceso es todavía más llamativo por el hecho de que tanto él/ella como lo que hace pasan a formar parte de lo público. Hay creadores que se esfuerzan gestionando que su personalidad adquiera notoriedad social, porque en recompensa a ese trabajo esperan encontrar ocasiones de que su obra sea demandada, se escuche y trascienda. Pues bien, también existen -aunque más escasos- los artistas que lo son de forma tan esencial y pura, que no bregan demasiado para que la sociedad los distinga a ellos ni a su obra. Son seres cuya seguridad en sí mismos y en el valor de lo que producen, les permite esperar confiados a que el paso se les abrirá sin necesidad de maniobras.
Con la sobriedad propia del palentino de pro, el compositor CLAUDIO PRIETO se comportó de este último modo, sin bregar por la escalada, sin prisas por alcanzar meta alguna y, desde luego, sin dudas al dejar escrito un pentagrama. ¿Y? … Es de excelencia su música, como corresponde al ser humano de excelencia y talento que era. Puedo decir que soy uno de tantos a disfrutar con la escucha de sus obras, pero es que además tuve el goce de acercarme en profundidad a alguna de ellas, cuando estudié y dirigí en América música orquestal suya. Y en cuanto a su calidad humana ahí estamos todos cuantos le tratamos, formando un coro a capella que lo admira. Descansa en paz Claudio, maestro. Y que sepas que te has marchado sin irte.

Miguel Bustamante, recuerdo a Claudio Prieto por muchas circunstancias de su vida, de nuestras vidas. Una de ellas, por su larga relación con Radio Nacional de España. Pero ahora deseo hacerlo especialmente por la que tuvo de manera fiel y constante con sus compañeros compositores, especialmente con los de la Asociación Madrileña de Compositores. Siempre contribuyó con sus obras, sí, pero también con su presencia solidaria para con todos sus colegas, fuera cual fuera su edad o preferencia estilística.
Así, era muy frecuente verle saludar en los escenarios después de los conciertos de los Festivales de Música Contemporánea (COMA) o de otros similares, compartiendo espacio con intérpretes y compañeros.

Xoan Carreira, a pesar de que nos conocimos hacia 1975, y de que tuvimos múltiples ocasiones de coincidir -primeras etapas de la Asociación de Compositores Sinfónicos Españoles [ACSE], de recuerdo especialmente entrañable-, no tuve la fortuna de disfrutar de la amistad del Maestro Claudio Prieto.
Sin duda alguna, ha sido mi negligencia la responsable de ello, pues el Maestro me dispensó, en toda circunstancia, su reconocida amabilidad y gioia di vita, incluso cuando mi juicio crítico erró y antepuse los parámetros filológicos a los retóricos, haciendo caso omiso de las enormes virtudes comunicativas de la música del Maestro que, por delante de los críticos, siempre disfrutaron el público y los intérpretes. De ellos es el poder de otorgar la gloria a un artista tan jovial y saludable como Claudio Prieto.

Teresa Catalán, acompaño sinceramente a la familia en el dolor por la muerte de Claudio. Un músico amigo. Descanse en paz.







 
Zulema de la Cruz, la partida al otro mundo de un gran compositor siempre es dolorosa, pero mucho más cuando no sólo ha sido un gran músico sino también una gran persona; no sólo inteligente, sino también corazón que ha difundido bondad y amistad alrededor. Él fue uno de los que decidieron tomar su propio camino al margen de las modas y tuvo eco en un amplio público para quien fue muy querido y estimado.
Claudio compuso, entre muchas obras, la obra obligada del Concurso Internacional de Piano Premio “Jaén” en su 50 aniversario, y le puso el expresivo título Jaén 2008. Esta obra fue una de las mejores composiciones que se han escrito para este concurso y cosechó un gran éxito de crítica y público. El Premio llora al compositor y al amigo fiel que tanto ayudó en momentos de transición y cambios políticos y humanos. En esta edición, la 57, el Premio le ha dedicado, entre la emoción y el recuerdo, el acto de presentación de la obra obligada Soñando María Magdalena del compositor almeriense Juan Cruz-Guevara. Nuestro querido Claudio quedará para siempre en los corazones de los amantes del piano y la música y en los que compartiendo su camino aprendimos de él.
Tuve la suerte de poder dedicarle al maestro en vida, mi última obra Cuarteto de cuerda Nº3 “The Outer Limits”, basada en un tema de su obra el Adagio Frühbeck y componerla fue una experiencia inolvidable.
Para ti Claudio y para tu querida familia.

Luis de Pablo, yo conocí a Claudio Prieto porque vino a mi casa a verme en Madrid recién llegado de Roma. Me enseño sus obras con la idea de programarlas en unos conciertos que yo organizaba, cosa que hice lo antes posible. Claudio era una voz personal y como tal me llamo la atención. Seguimos nuestras carreras normalmente pero siempre he conservado y admirado esa forma suya de comprender y crear una música que siendo moderna no renunciaba a vínculos claros con el pasado. Con su desaparición esa voz ha podido desaparecer pero su obra queda. Doy un abrazo muy fuerte a toda su familia.

Antón García Abril, mi relación con Claudio Prieto fue siempre muy cercana. Quiero valorar su personalidad respetuosa con todos los colegas y generosa en sus juicios. Siguió su camino estético, intentando acercarse a los públicos filarmónicos. Asiduo, algo poco frecuente, a los conciertos, sobre todo si se trataba de sus compañeros compositores o intérpretes. Son muchas las obras que nos ha dejado, muy personales y de un gran valor. Claudio Prieto estará siempre en mi recuerdo.




José Luis García del Busto, Mis recuerdos personales de Claudio Prieto me retrotraen a mi feliz primera etapa en la plantilla profesional de Radio Nacional de España, en aquellos despachos donde se fraguaban los programas musicales de Radio 2 (que luego pasaría a llamarse Radio Clásica) en torno al “jefe” Enrique Franco, que era maestro y amigo. Había una rutina estupenda consistente en “viajar” juntos a la máquina de café para hacer un alto en la mañana tomando un café que más bien era la excusa para la tertulia. Disfruté mucho de la charla con Enrique Franco, Gabriel Vivó, Tomás Marco, Alfonso Gallego… y, por supuesto, Claudio Prieto, plantel que continuamente variaba y se enriquecía en función del paso del tiempo y de los programas encargados a tan ilustres colaboradores como Arcadio de Larrea, Luis de Pablo, Manuel Carra, Álvaro Marías… hasta la llegada de los más jóvenes de la “era Enrique Franco”: Alfredo Aracil y José Manuel Berea.
Claudio llevaba inicialmente el famoso “Hilo Musical”, pero en aquellas charletas nos tenía al tanto de sus desvelos compositivos. Recuerdo especialmente mi conversación con él sobre el esplendoroso solo de saxofón que centra su “Sinfonía nº 2”, obra que fue decisiva como punto de inflexión en su carrera que, desde aquel momento, giró hacia maneras más melódicas y expresivas. Y recuerdo también cómo, de una de aquellas charlas junto a la máquina de café, se fue con la idea de que su próximo trabajo iba a ser la orquestación del “Fandango” del P. Soler. Dos momentos importantes de su trayectoria profesional que viví de cerca y que, por ello, se han reavivado en el recuerdo en el triste momento de decir adiós a aquel hombre afable y bueno.

Joan Guinjoan, coincidí con Claudio Prieto en La Habana, en el Festival de Música Contemporánea de Cuba, donde dirigí una de sus obras, íbamos en representación de la SGAE. Era un gran compositor. Descanse en paz.






 
Cristóbal Halfter, no puedo recordar con exactitud cuando conocí a Claudio Prieto. Creo que fue durante una de nuestras comunes estancias en Madrid durante los años 60, cuando Claudio estaba recorriendo Europa en busca de una respuesta a sus muchas inquietudes creativas. Esta inquietud por conocer y estar al día de cuanto se hacía en el mundo de la composición, formaron un sedimento sobre el que años más tarde iba a estructurar una forma de expresar sus ideas absolutamente personales e independientes.
Creo que esta es la gran lección que Claudio Prieto nos ha dejado a todos. Conocía a la perfección las tendencias que iban surgiendo y formando la moda, pero prefirió seguir sus propios impulsos que le permitieron crear una música hecha desde el conocimiento y que seguía antes de nada los dictados que su sensibilidad y gran técnica compositiva. El conjunto de su obra forma un todo lleno de personalidad, belleza y es ejemplo del buen hacer. Descansa en Paz querido Claudio. Te recordaremos siempre con el cariño y la amistad que merecían tu persona y por el buen hacer de tu música.

Tomás Marco, cuando Claudio Prieto regresó de sus estudios en Italia, traía una excelente formación que aplicó a la composición de obras que empleaban el lenguaje más actualizado de aquel tiempo con una personal aportación. Poco a poco, esa personalidad se fue afirmando para alcanzar una independencia en la que pudo desarrollar su propio lenguaje. Profundizó en las raíces de la música española y exploró su personal sentido de la emoción y del sonido hermoso. Nada de lo anterior se había perdido sin que se había transformado en uno de los lenguajes estéticos más peculiares de la música española de su momento.
Ese fue el terreno en que desarrolló su aportación particular que no se parecía a la de nadie y eso es algo muy difícil de alcanzar en cualquier actividad artística. Su legado es el de un compositor con un acusado perfil propio y una obra extensa, variada y técnicamente exigente en la que vertió sus ideas sobre la creación, la belleza, la emoción y la creatividad.

René Mora, Guardo dos recuerdos de Claudio, especialmente importantes. Claudio ha sido realmente esencial en su apoyo al Ciclo de Música Contemporánea Iberoamericana, de Madrid, y aunque no esté aquí para disfrutarlo, espero que la llama de su espíritu y amor por la música perdure en este evento, desde donde le rendimos homenaje, siempre, con mi más sincero agradecimiento. El otro recuerdo fue tocar la música de guitarra de Claudio para él, que me resultó muy grato, y afortunado por sus amables consejos. Me gustaría expresar mi más profundo pésame a su mujer, Mónica, y sus hijos….Hasta siempre, Claudio



Víctor Pliego de Andrés, Hace 30 años pude comprobar que tras el compositor célebre había una gran persona: afable, generosa y accesible. En el conservatorio estábamos protestando, como no, contra las políticas educativas y los planes de estudios. Dos estudiantes desconocidos (yo mismo y José Manuel Sánchez Pradas) llamamos a casa de Claudio en nombre de la Asociación de Estudiantes para pedirle su apoyo. Nos recibió y sin dudarlo un segundo anunció que nos daría una obra para interpretar en el encierro que queríamos programar. Estaba terminando su sonata para violín, encargada por Víctor Martín, que finalmente subtituló "Manifiesto para la Reforma de la Enseñanza Musical". Se estrenó en aquella velada inolvidable y reivindicativa. Los nombres de los movimientos no tienen tampoco desperdicio: I. Calmo-Manifiesto; II. Lento-Canto doloroso; III. Danza; IV. Reflexión; V. Intranquilidad, lucha, desasosiego; VI. Lento-De la esperanza a la impotencia... Todo un ejemplo de arte, generosidad y compromiso social. Muchas gracias Claudio. Un abrazo enorme. Audio: http://digital.march.es/clamor/es/fedora/repository/atm%3A3514/-/-/2

Ruth Prieto, quiero sobre todo transmitir mis condolencias a su familia. En una de esas coincidencias que a veces nos depara el destino, hace muy pocos meses tuve el privilegio de entrevistar al Maestro Prieto. Me encantó la sencillez de sus respuestas, su cercanía y lo mucho que amaba la música. Cuando le pregunté: "¿Si no fuera compositor qué le hubiera gustado ser?", el compositor respondió: "La música ha sido mi vida desde la niñez, nunca he tenido en el horizonte otra profesión."  Adjunto su entrevista, sus respuestas siguen siendo inspiradoras para muchos de nosotros.
Claudio Prieto | Estoy atento a todo lo que sucede a mi alrededor


David del Puerto, me gustaría recordar a Claudio como lo que definitivamente fue: un espíritu enamorado de su trabajo; pero también como el hombre chispeante, vital y humorista con el que pude compartir buena mesa tras un concierto. Y me gustaría, si es posible, que el paso de los artistas por esta tierra sea algo menos leve de lo que suele ser... déjennos que la música no muera cuando muera el hombre.





Alejandro Román, en abril del año pasado, 2014, tuve el honor de compartir programa con Claudio Prieto en uno de los conciertos de la Temporada de la Orquesta Filarmonía, dirigida por Pascual Osa. Se estrenaba mi obra orquestal "Acuarelas de Irlanda, Op. 42", que abría la velada, a la que siguieron en la primera parte dos obras de Claudio, el Adagio de la Sinfonía Nº III ”Frühbeck Symphonie”, y su espectacular "Fandango". Claudio no pudo asistir, aun siendo un homenaje de la Orquesta y del propio Pascual a toda su carrera, pero subieron al escenario a agradecerlo sus hijos Laura y Carlos, en un momento muy emotivo.
La música de Claudio Prieto es una música profunda, pero a la vez cercana, y aunque sólo compartí algunos momentos con él en la asociación AMCC, puedo decir que refleja cómo era su autor, alguien cercano, afable, una gran persona, además de un gran músico. Te recordaremos, Claudio. Un fuerte abrazo.

Javier Suárez-Pajares, sentí mucho el fallecimiento de Claudio Prieto. Me gustaba encontrarle en los conciertos porque era una persona muy cariñosa, cordial, atenta, con una inteligencia siempre alerta y con esa vivacidad espontánea y natural, tan castellana, para decir las cosas como son, con claridad y suavidad al mismo tiempo. Con la música era igual: claro y suave aún en las expresiones más contundentes.
Le agradecí siempre el caudal de música que dedicó a la guitarra y le leí algunas piezas que me pidió que viera cómo estaban puestas para guitarra: poco pude decirle porque entendía perfectamente las particularidades del instrumento, pero disfruté mucho leyendo aquellas primicias de su imaginación. Siento no haberle tratado más. Ahora me queda su música y el recuerdo de aquella mirada chisposa y transparente y esa personalidad tan genuina. Os mando un fuerte abrazo.

Jesús Villa-Rojo, Claudio Prieto. “Reflejos” “LIM-79”, “Parodia” “Omaggio petrassiano”, “Sonata 8”, son el comienzo de un enriquecimiento instrumental que promovió las bases de unas técnicas aparentemente inamovibles pero que hacían necesaria su renovación y actualización. La concepción sonora promovida por el futurismo y la electrónica, habían estimulado la imaginación de compositores e instrumentistas para emprender nuevas vías que hicieran llegar a espacios de sutilezas tímbricas no escuchadas hasta aquellos momentos.
Prieto aceptó aquellos nuevos retos instrumentales en buena parte de sus composiciones y nos los encomendó para hacerlos realidad sonora. Realidad premiada y valorada por su compromiso y originalidad hasta convertirla en materia de uso casi común. Efectivamente, los resultados de aquellos comienzos esperanzadores, no exentos de incógnitas porque se anteponían a valores asumidos y reconocidos durante tantos años por su permanente presencia, llegaron a la renovación de las técnicas instrumentales y han permitido impulsar proyectos anteriormente inconcebibles. Todo ello, partiendo de “Reflejos” (1973) como proyecto rompedor, están con nosotros después de haber permitido satisfacciones, tantas satisfacciones, porque aquella siembra no ha dejado de florecer. Los frutos, tus frutos, siempre podremos degustarlos. Gracias.

José Zárate, fue muy emotivo el Homenaje a su 80 aniversario de la Sociedad General de Autores, con la entrega de la placa que le di como Presidente del Grupo de Sinfónicos de SGAE el pasado 16 de diciembre de 2014, y la breve Laudatio editada para dicho evento. Fue un honor para mí haber sido el impulsor y responsable de dicho acto donde se demuestra las importantes "singularidades de la música española". Un saludo

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