1. Ruth Prieto: El próximo día 23 de Octubre estrena usted "El temps i la campana", obra encargo de la Orquesta Nacional de España en el Auditorio Nacional de Música de Madrid: ¿qué puede comentarnos de esta obra?
Ramon Humet: La gestación y composición de El temps i la campana (El tiempo y la campana) ha sido lenta: elaboración de estudios previos para piano solo -que han tomado forma en una nueva obra: At the Recurrent End of the Unending- innumerables revisiones del esquema formal, reescritura completa de determinados movimientos, precisión en la búsqueda y desarrollo de las ideas, y readaptación constante de la plantilla orquestal debido a la modificación en el planteamiento. Han sido dos años de dedicación plena y meticulosa a una obra que, vista en perspectiva, busca la naturalidad de la fluidez y la percepción de que cada sonido tiene lugar allá donde le corresponde: la paradoja de elaborar minuciosamente una obra y, a la vez, dejar que la música viva por ella misma, con naturalidad.
El temps i la campana (El tiempo y la campana) es una obra para piano y orquesta que ha surgido a partir de la lectura de los Four Quartets de T. S. Eliot. El título proviene de un verso del poema, y enuncia el postulado que preside la obra. La predilección por la campana -elemento tangible- por encima del tiempo -elemento filosófico- ha tenido una consecuencia directa en la readaptación de los efectivos orquestales empleados: a medida que avanzaba en la obra, he ido abandonando algunos instrumentos esenciales en el repertorio sinfónico habitual, como son las trompas, los fagotes y los timbales. En cambio, he potenciado aquellos instrumentos que tienen en la resonancia su principal característica: dos arpas, celesta, y cinco percusionistas que incluyen vibráfono, crótalos, campanas, gongs y carillón. El resultado ha proporcionado una sonoridad orquestal muy próxima al timbre del piano, brillantez y claridad por delante de opacidad y lejanía. Sin renunciar al registro grave, doy relevancia a los registros medio y agudo favoreciendo sonoridades metálicas evocadoras de la inarmonicidad inherente al sonido de la campana.
Las concomitancias entre la sonoridad orquestal y la del piano han sido perseguidas para conseguir el objetivo inicial de que la obra no se convierta en un diálogo entre solista y orquesta, ni en una contraposición entre dos personajes, ni en una lucha dialéctica entre contrarios. Al contrario, la orquesta opera como una colosal expansión tímbrica del piano solista, penetrando dentro de sus armonías, figuraciones y resonancias, proporcionando la ambigüedad necesaria para la evocación de paisajes sonoros imaginarios e integrando el solista y la masa orquestal en perfecta fusión durante las siete diferentes escenas en las que se articula la obra.
2. R.P. : ¿Comenta usted que la gestación de esta obra ha sido lenta; cuál ha sido el motivo de esa lentitud?
Ramon Humet: Posiblemente, una causa de esta lentitud en el proceso de gestación y composición de El temps i la campana ha sido la asimilación del formidable conjunto de poemas Four Quartets de T.S. Eliot, obra que contiene una visión particularmente fina del tiempo en sus diferentes manifestaciones. La fuente de inspiración inicial -el tiempo a que hace referencia el título- ha ido dejando paso, durante el proceso de composición de la obra, al objeto sólido y concreto que convierte el tiempo en un elemento tangible de nuestra vida cotidiana: la campana -segunda parte del título-, la sonoridad resonante que lleva asociada, y otras múltiples variantes y elaboraciones asociadas, como el ataque, la resonancia, la inversión, la inarmonicidad, las pulsaciones, la masa sonora o la polirritmia.
3. R.P.: ¿En qué momento, como compositor, se encuentra?
Ramon Humet: En un momento de cambio, de punto de inflexión, de búsqueda. En las obras de los dos últimos años he estado intentando explorar un aspecto de la iteración de procesos que se relaciona con el tiempo circular. Particularmente, los dos últimos movimientos de El temps i la campana anuncian algo en este sentido.
Por otro lado, esta búsqueda se concreta -a nivel de expresión sutil- con algún matiz relacionado con la inocencia perdida, con la nostalgia de lo infinito, y que se materializa musicalmente en forma de frases articuladas mediante una aparente simplicidad, pero que esconden una rica matriz de relaciones agógicas y métricas.
La incesante búsqueda de una música que conecte o apunte hacia lo insondable -no por críptico o enigmático sino por infinito, por pertenecer a una proporción que no cabe en nuestra imaginación- está calando de manera más intensa en mis últimas obras: “En el bosc profund” para shakuhachi y ensemble que se estrenó en el mismo Auditorio Nacional hace ahora un año por el Plural Ensemble, o “Lluny” para pequeño conjunto instrumental -encargo del CNDM que se estrenará el próximo marzo de 2016-, son obras que buscan una relación de confianza con el silencio profundo e interior.
4. R.P.: ¿Cómo es su proceso creativo?
Ramon Humet: Irregular, imprevisible. Internamente caótico, aunque esté arropado por un procedimiento aparentemente disciplinado. De hecho, escribo cada día varias horas, con un método de trabajo regular: bocetos, materiales, lecturas, apuntes, etc... Pero al final, me doy cuenta de que lo esencial es impredecible y sorprendente. Parece como si la intuición y el arrebato -en mi caso- necesitaran de un espacio de seguridad donde desarrollarse, una rutina que no garantiza nada, pero que nutre la pasión y el desenfreno creativo que, de golpe, aparece sin avisar.
Por esta razón llevo siempre una pequeña libreta de notas -desde hace un par de años la he sustituido por un teléfono móvil con libreta electrónica, menos romántico pero práctico-, donde apunto todo aquello que constituye una visión clara de algún elemento de la realidad, manifestación que puede suceder en cualquier momento -conversando con un amigo, viendo el paisaje desde la ventanilla del tren, paseando por la calle, cualquier acción cotidiana- y que apunta hacia un conocimiento de la realidad que hasta ese momento permanecía oculto.
6. R.P.: Y después de este concierto: ¿cuáles son sus próximos proyectos?
Ramon Humet: En el próximo mes de enero de 2016 se va a presentar el libro-disco “Homenaje a Martha Graham”, sobre poemas de Mario Lucarda, obra para soprano, piano, shakuhachi y 4 percusionistas en la que llevo trabajando desde el año 2006. Es una producción grabada en el sello Neu Records, con un sonido envolvente 5.1 surround y tecnología 3D. Solamente se me ocurren palabras de sorpresa y agradecimiento ante la calidez y naturalidad del sonido que los técnicos de esta brillante casa discográfica han conseguido.
En marzo de de 2016 tengo otro estreno absoluto: “Lluny” (Lejos), un encargo del CNDM para conjunto instrumental en que exploro diferentes formas de percepción de lo lejano. La obra tiene una formación de quinteto: flauta, viola y tres percusionistas, de los cuales uno está situado fuera del escenario. En estos momentos estoy trabajando en ella con mucha ilusión.
A partir de enero me centraré de nuevo en un proyecto que estoy desarrollando vinculado a la Paz: un ciclo de obras para coro a cappella, sobre textos de Vicenç Santamaría. Son textos de carácter místico, vivencial, y escritos en pleno siglo XXI. Hasta ahora se ha estrenado “Pau al Cor” (Paz en el corazón) por el aclamado Latvian Radio Choir, que se puede escuchar en mi página web (
www.ramonhumet.com), y existe el proyecto de llevar este conjunto de obras a una grabación discográfica.
Para el año 2017 tengo el proyecto de escribir... mi primer cuarteto de cuerda! El género de cámara por excelencia se me había resistido incesantemente -había hecho algunas tentativas sin interés-, y ahora siento que ha llegado el momento. Escribir una obra para esta formación implica tener un conocimiento profundo de la tradición -ésto es asumible con un poco de esfuerzo-, y conseguir un resultado musical que no desmerezca esa maravillosa tradición -aquí reside la verdadera dificultad.