ISSN 2605-2318

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«Antonio & Cleopatra, hechuras europeas para el estilo americano»


14/11/2023

Una crítica de Daniel Martínez Babiloni para El Compositor Habla



Barcelona. Gran Teatre del Liceu, 4 de noviembre de 2023. Antony and Cleopatra, estreno 10 de septiembre de 2022 en la Ópera de San Francisco. Elkhanah Pulitzer, dirección de escena. Mimi Lien, escenografía. Constance Hoffman, vestuario. Dacid Finn, iluminación. Elenco: Julia Bullock, Adriana Bignagni Lesca, Gerald Finley, Alfred Walker, Brenton Ryan, Milan Perišic, Paul Appleby, Guillem Batllori, Äneas Humm, Toni Marsol, Elizabeth DeShong y Marta Infante. Coro del Gran Teatre del Liceu. Pablo Assante, director. Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu. John Adams, compositor y director.


 
Uno de los aspectos más fascinantes de la producción de John Adams es la capacidad que tiene para ironizar sobre su herencia europea. A la vez, la critica y la respeta; la emplea, para fortalecer sus propuestas, y la convierte en neta militancia cultural estadounidense. En Barcelona mismo, ha sido incorporado a la tradición que permitió a diferentes autores dirigir sus propios títulos con la Orquesta Sinfónica del Liceu. Y, por poner sólo otro ejemplo, el New York Times dictaminó que Girls of the golden West (2017), el título anterior al que comentamos aquí, representa el rechazo del autor al melodrama pucciniano, al tiempo que revisa la percepción que se tiene de la conquista del lejano oeste. El contexto en el que transcurre, precisamente, La fanciulla del West.

En Antonio & Cleopatra la aportación de la vieja Europa llega por diferentes vías. En primer lugar, como Verdi, el Adams libretista se ha fijado en un drama shakesperiano. Y para comprimir el complejo y conocido texto se ha inspirado en la libertad con la que Arrigo Boito adaptó Falstaf. La estructura del libreto es diáfana. Permite que la acción se desarrolle en dirección a los hitos dramáticos marcados, pero en pocos momentos llega a impactar. Además, está sujeta por una férrea ligazón a la música, resultando llamativas las numerosas pausas que salpican ambos elementos, empleadas como parte de la prosodia dramática. Por añadidura, el autor evita las escenas de masas y grandes conjuntos, por lo que él mismo avisa de que Pelléas et Mélisande, de Debussy, en cuanto que “drama cantado”, es la fuente más cercana a su idea.



El aporte político corre a cuenta de Elkhanah Pulitzer. Es la primera ocasión en la que Adams no trabaja con Peter Sellars. La directora de escena traslada la acción que transcurre en Roma a la Italia de Mussolini y el resto a una Alejandría hollywoodiense de los años 30. Cuando Claudette Colbert encarnó la Cleopatra de Cecil B. DeMille (1934). Por eso, no llego a comprender por qué se ha insistido tanto en señalar la influencia de la interpretación de Elisabeth Taylor, que es de 1963. En consonancia, la dramaturgia combina movimientos de teatro clásico con posados cinematográficos (primera escena del segundo acto), reduce las batallas que narró Shakespeare a una coreografía de la de Accio y superpone con eficacia proyecciones del Nilo y de masas fascistas con el brazo en alto de la época. Con ello desmiente la idea de que el argumento de Antonio & Cleopatra es histórico y no mira la actualidad como ocurrió con Nixon in China o The Death of Klinghoffer.

En el estreno barcelonés se dio la circunstancia de que debutaba Julia Bullock. En San Francisco no pudo actuar por haber dado a luz recientemente. Desde 2014, Adams la considera su musa y fue la protagonista de Girls of the golden West. Como Cleopatra le ha proporcionado una escritura de un estilo que le va muy bien. Un canto, a veces, melismático y otras furioso, fluctuante entre lo lírico y lo pop. En la función, Bullock cantó con naturalidad, con un sonido terso, bonito color y centro jugoso, que fluyó sin apenas apreturas. En su dúo con Gerald Finley, al final del primer acto, hicieron asomar cierto melodismo a lo Porgy and Bess y se mostró serena ante la muerte dulce.



Adams también conoce bien las facultades de Finley. Fue el impresionante Robert Oppenheimer de Doctor Atomic (2005). Aquí cantó con sonido hermoso, potente, pianos timbrados y musicalidad. No obstante, el libreto le juega una mala pasada, ya que tras clavarse la espada tiene que afirmar que no está muerto y seguir cantando. Una situación hilarante, que provocó murmullos en el público. No en balde, Terenci Moix definió al general como “el bufón de los dioses”. Y es que, para Adams, en esa misma línea, Antony “ni siquiera es capaz de organizar su propio suicidio sin pifiarla”. Constance Hoffman vistió a Antony de blanco y a Caesar de negro, como dos figuras de ajedrez. Todo el vestuario fue elegante.

La parte de Caesar es la más desagradecida. Paul Appleby se empeló a fondo para salir airoso de unas líneas demasiado rotas y de una escritura que no favorece el brillo de la voz, acorde con su caracterización dictatorial. La tribuna elevada desde la que tuvo que pronunciar su impactante arenga sobre el poder omnímodo de Roma en el segundo acto propició una sonoridad lejana y extraña, tal vez, por estar amplificada. Este texto es un añadido proveniente de La Eneida, traducida por John Dryden.

Por lo que respecta al resto del elenco, Alfred Walker fue un sólido Enobarbus, expresivo en su solo del primer acto. Después, lamentó con convicción los derroteros que tomaron los protagonistas. Y, entre los comprimarios, destacaron Adriana Bignani Lesca (Charmian) por caudal y profundidad, Elizabeth DeShong (Octavia) por su nobleza vocal y actoral y Toni Marsol (Maecenas) por su óptima proyección. La parte del coro fue más colorista que expresiva, generalmente sobre canto silábico.

Pero, si hubo un elemento en el que todas las voces descollaron sobre la instrumentación, éste fue el estilo. Adams ha declarado que su música es difícil, tanto para las orquestas europeas como para alguna americana; que cuando las ha tenido que dirigir, como es el caso (no dirigió el estreno absoluto el pasado septiembre, ni dirigirá la presentación en Nueva York), ha trabajado duro para conseguir la sensación rítmica que necesita. Para más inri, en Antony & Cleopatra consigue una intrincada trama a base de encajar precisas células repetitivas, suntuosos riffs y frecuentes tirabuzones en swing.

De ahí, que desde el podio se mostrase más pendiente de los músicos que de los cantantes. A la orquesta le costó un poco más asumir esa terrible combinación y le faltó pegada. Incluso, en algún momento, peligró la regularidad del pulso. Por el contrario, tuvo nervio y colaboró con el director en manejar las tensiones. Las cuerdas sonaron aterciopeladas, chispeante la familia de clarinetes, la tuba soleó con gusto en un solo similar al de Doctor Atomic y la paleta general se vio enriquecida con el timbre metálico de un címbalo y un amplio juego de gongs.

Algunas escenas están separadas por interludios, de la misma manera que Peter Grimes. Entre ellos destacó el tercero, sobre una interesante cita de la aparición de las ondinas en El oro del Rin, trasvasado al Nilo, y el quinto es expresionista. Arropa con una serie de masas sonoras el momento de la mordedura del áspid. Finalmente, un motivo otra vez rítmico y repetitivo en la cuerda se perdió en lontananza hasta caer el telón.

Tras dirigir Antonio & Cleopatra, todo parece indicar que Adams pulirá algunos aspectos. No es tan redonda como otros títulos anteriores. Dice que le gusta dirigir su obra para completar la percepción que le queda tras componerla. En este caso, ya lo ha hecho después de su estreno en San Francisco y añade divertido que “Verdi estuvo toda su carrera revisando y revisando y revisando”. Veremos qué pasa en el Met.

Daniel Martínez Babiloni



Partitura cedica por Boosy & Hawkes

Las fotos son de David Ruano y han sido facilitadas por el Liceo de Barcelona

Más información en la web del Liceu


 
 
Daniel Martínez Babiloni
Llegué a la crítica musical tras cursar Musicología, pues para mí, la crítica es una forma más de pensar y divulgar la música. Me licencié en la Universidad de La Rioja y posteriormente, en este mismo centro, completé un Máster en Musicología Aplicada. Colaboro con revistas especializadas, tanto españolas como internacionales, y, en otros ámbitos de investigación, con instituciones como el Institut Valencià de Cultura-área de Música, Palau de la Música de València, AVAMUS y la SEdeM. También soy Profesor Superior de Clarinete y Maestro de Música en Educación Primaria. 

 
 
 


 

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