ISSN 2605-2318

Artistas

Ismael G. Cabral (Colaborador) 

En el estudio de grabación con Ligeti. A los 100 años del nacimiento del compositor


29/09/2023

En El Compositor Habla, de la mano de Ismael G. Cabral, hemos querido sumarnos a estos 100 años de Ligeti repensando, por supuesto también reescuchando, algunos discos fundamentales de su discografía concebidos por intérpretes españoles y estrechamente ligados a nuestra vida cultural.



Con la honrosa salvedad de la Orquesta Nacional de España, el centenario de György Ligeti en 2023 está pasando más bien de puntillas en la programación musical española. Sus obras se han programado de forma puntual, más en forma de guiño y recuerdo que como auténtico foco. Tampoco se ha venido caracterizando este año por importantes adiciones a la fonografía del compositor húngaro aunque ello hasta cierto punto ha de ser excusable toda vez que su música se encuentra, actualmente, excepcionalmente bien representada en este ámbito, no estando sin cubrir ninguno de los ámbitos del catálogo del compositor.

En El Compositor Habla hemos querido sumarnos a estos 100 años de Ligeti repensando, por supuesto también reescuchando, algunos discos fundamentales de su discografía concebidos por intérpretes españoles o, de otro modo, estrechamente ligados a nuestra vida cultural. En medio de una colección, como anticipamos, profusa y en la que caben algunos de los más importantes nombres de la interpretación (no estrictamente, no en todos los casos desde luego, ceñidos a la práctica de la música contemporánea) se hace útil recuperar registros que hablan del calado de su música en una amplia nómina de ejecutantes y directores.

En 2011 el sello muniqués NEOS ponía en circulación un monográfico con los Conciertos para piano y violonchelo más los Mysteries of the Macabre (NEOS) a cargo del conjunto Plural Ensemble, con el concurso del pianista Alberto Rosado, el chelista Nicolas Altstaedt y el trompetista Marco Blaauw. El director del grupo, Fabián Panisello, lo era también de la grabación.
 
Fue un disco importantísimo en nuestra trayectoria, también por las buenas críticas internacionales, algo que nos llenó de orgullo y acrecentó aún más nuestro reconocimiento. Para un grupo español es muy importante ser capaz de presentar y grabar las grandes obras del repertorio contemporáneo, nosotros lo hicimos de la mano de Ligeti”, rememora el compositor y director argentino, radicado en Madrid.
 
Lo interesante de Ligeti es que se puede abordar desde sus diferentes épocas. Así, el Concierto para violonchelo desarrolla una técnica armónica muy concreta de adición y sustracción de notas, algo innovador en una época en la que predominaba el serialismo”, explica. “Pero también fue un compositor que nunca dejó de innovar, como demuestra su Concierto para piano, con patrones múltiples, influencia de las polirritmias mexicanas, etc…” A juicio de Panisello, “frente a otros autores que buscaron la hipercomplejidad, Ligeti buscó una sintaxis y una claridad armónica meridiana; esa es la razón por la que sigue tan vigente, todos los que vinimos después hemos entendido y recogido muchas de las líneas que nos tendió. Hoy es un gran clásico y para un músico con muy buena técnica y para un director con conocimiento y pasión por su obra es un compositor cuya música se puede hacer a la perfección. Es canónico, su factura es nítida… de acuerdo, quizás salvo algunos momento texturales en tiempos rápidos que conllevan una sobredificultad añadida”.

 
Para el sello BIS grabó el director Baldur Brönnimann, actual director titular de la Real Filharmonía de Galicia, otro programa de Conciertos ligetianos con el conjunto noruego BIT20.
 
BIS es una de las pocas disqueras que aún hoy vienen a grabar con un gran equipo y un plan de ensayos bien planteado. Pensamos que Ligeti era un buen compositor para ayudar a promocionar al ensemble y que su música funcionaría en el contexto del catálogo del sello. Para ello elegimos los Conciertos para violonchelo y para piano y el Concierto de cámara”, comenta Brönnimann.
 
Una gran parte de la obra de Ligeti es para orquesta de cámara porque él se frustró con las grandes orquestas al no disponer habitualmente de ensayos suficientes. Se inclinó por formaciones con solistas, incluso la plantilla de su ópera El Gran Macabro está pensada de ese modo. En 2016, cuando hicimos el disco, ya había dirigido esta ópera varias veces y tenía mucha experiencia con otras obras suyas”. “Ligeti es un compositor que se puede programar en muchos contextos no contemporáneos porque ya es un músico fundamental. Además apenas empleó técnicas extendidas, más bien hablaríamos de técnicas clásicas en su concepción particular. El disco con BIT20 fue también un intento de demostrar la enorme competencia y virtuosismo de estos músicos noruegos, un país que está lejos de los circuitos centrales de la nueva música”.

Brönnimann asegura que
Ligeti fue uno de los pocos compositores que escribió música orquestal y no música en contra de la orquesta”.
Para él “lo sinfónico era un instrumento muy suyo, inspirado en la polifonía antigua extremándola con ciertos excesos de lo que ofrece la orquesta, como una tienda de juguetes, una imagen ideal para señalar el universo sonoro tan animado de muchos pasajes de su obra”. “Hubo muchos autores coetáneos de interés que siguieron las distintas corrientes, a Ligeti en cambio solo le interesó profundizar en los suyo. Y lo suyo era la polifonía africana, Nancarrow, la música de Bali, los dibujos de Escher…

Muy próximamente el pianista Alberto Rosado se unirá al director suizo en Galicia para ofrecer, en la temporada de la Real Filharmonía, el Concierto para piano. Para Rosado el de Ligeti fue un nombre que se remonta mucho tiempo atrás. “Mi relación con su música empezó hace mucho, cuando escuché el Réquiem en un LP que llegó a mi casa. Luego podría ver el manuscrito de la Musica ricercata, allá en 1988, inmediatamente después su primer libro de Estudios”. “Aquella música fue como una iluminación. Marché a estudiar a Budapest, luego iría a Holanda y, también, a la Universidad de Alcalá de Henares. Siempre quise que algún profesor me enseñara Ligeti pero ninguno lo había abordado”, explica haciendo memoria.
 
Mi relación con su música empezó hace mucho, cuando escuché el Réquiem en un LP que llegó a mi casa. Luego podría ver el manuscrito de la Musica ricercata, allá en 1988, inmediatamente después su primer libro de Estudios”. “Aquella música fue como una iluminación. Marché a estudiar a Budapest, luego iría a Holanda y, también, a la Universidad de Alcalá de Henares. Siempre quise que algún profesor me enseñara Ligeti pero ninguno lo había abordado”, explica haciendo memoria.
 



Así las cosas Rosado tuvo que iniciar la aventura solo. Primero estudiando los estudios 2 y 4 del primer libro, luego haciendo la Musica ricercata, que grabaría a finales de los 90 (Verso Producciones).
 
Siempre supe que donde tenía que echar el esto era con los Estudios aunque, en aquel entonces, no pensaba en presentarlos en concierto. Un día llegó la oportunidad de hacer con Panisello el Concierto y pasé tres meses absolutamente involucrado con la partitura. Aprendí muchísimo tocando la obra y eso me hizo acercarme a nuevos Estudios. Pronto llegaría la oportunidad de abordar una selección en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y, más tarde, en la Fundación March”. La intensa relación de Rosado con Ligeti se agrandaría aún más al poder volver al Concierto, esta vez en colaboración con la batuta de todo un especialista, Peter Eötvös, quien trabajó mano a mano con el compositor húngaro.
Actualmente Rosado defiende un programa que emparenta, de manera muy natural, a Ligeti con Bartok y Kurtag. “Las raíces de los tres son comunes. Las polirritmias y las danzas de ritmos búlgaras 3-2-3 están presentes en unas partituras y otras”. También han de vérselas con esta música, en concreto con algunos Estudios, sus alumnos en el Conservatorio Superior de Castilla y León: “Sé que el trabajo es muy arduo pero abre muchísimo la mente, sientes como crece por la cantidad de planos que van con ritmos diferentes en cada línea. Es un trabajo muy enriquecedor para cualquier músico”.


 
Una de las adiciones más recientes a la fonografía viene firmada por el trompista Manuel Escauriaza. Junto a Miquel Colom, violín, y Denis Pascal, piano, registró el Trío para trompa de Ligeti (Ibs Classical). 
 
La principal característica de la escritura para la trompa en el Trío es la utilización del instrumento moderno, cromático, como una combinación de trompas naturales. Ligeti utiliza los armónicos que este instrumento produce para obtener una afinación no temperada. Esto, unido a los tempos rápidos y la complejidad rítmica de la obra hacen que el Trio sea una de las piezas con mayor dificultad técnica de nuestro repertorio. Además, explora la totalidad del registro, desde las notas más graves, un re pedal, en fa, al final de cuarto movimiento, hasta el extremo agudo, un mi bemol sobre agudo en el segundo movimiento”. Escauriaza continúa detallando como “en el primer movimiento Ligeti no recurre, a excepción de los glissandi, a los armónicos naturales como hará más adelante. No obstante, prácticamente todas las intervenciones podrían tocarse con una u otra trompa natural en función del tono y esto da una idea de la visión que Ligeti tiene del instrumento, a caballo entre la trompa natural y la trompa alpina. En el segundo movimiento, extremadamente virtuoso, ya encontramos gran cantidad de estos armónicos naturales, donde se precisa que no deben ser corregidos para dar este color tan especial de la afinación no temperada. En el trio del tercero, la trompa, con sordina, dialoga con el violín y el piano, y a la vuelta de la marcha inicial, evoca una trompa alpina. En un artículo, Ligeti comenta que este sonido lo guardaba en su memoria tras haber escuchado este instrumento primitivo en los montes Cárpatos. En el cuarto movimiento abundan los cuartos de tono, también obtenidos tocando los armónicos naturales, que contribuyen al carácter desolado del lamento descendente que forma este último movimiento. Los compases finales exploran el extremo grave del registro, con una interminable nota pedal mientras los armónicos del violín resuenan en el registro agudo”.
 
En un mano a mano con el pianista de jazz Federico Lechner el también pianista Mario Prisuelos defiende la pertinencia de un programa en el que ambos músicos han puesto especial esmero y énfasis: Ligeti & Ligeti.
 
Su música ofrece muchas posibilidades a nivel rítmico y armónico. Por eso decidimos cruzar algunas de sus piezas pianísticas y verlas desde otro prisma, el que ofrece el mundo de la improvisación y del jazz en un proyecto precioso y totalmente respetuoso”, detalla el intérprete. Prisuelos, quien también hiló la música de Ligeti en la coreografía Polyphonia con la Compañía Nacional de Danza, ha grabado además algunas de sus piezas en el álbum Ricercata (Ibs Classical). “Su obra me ha acompañado durante gran parte de mi vida pianística, de un modo u otro siempre he ido regresando a sus pentagramas (…) Como intérprete me siento muy identificado con él y además ocurre que cuanta música actual voy interpretando más soy capaz de reconocer su influencia e importancia en la evolución del piano”.
 


 
De la misma forma en la que, anteriormente, Alberto Rosado informaba de las consecuencias uno sobre otro en las músicas de Bartok, Ligeti y Kurtag, el Cuarteto Casals presentó en 2010 el disco Metamorphosis (Harmonia Mundi) dedicado a los mismos compositores e incluyendo el registro del Cuarteto nº1 “Metamorfosis nocturnas”. Integrante de la formación, el violinista Abel Tomàs recuerda el intenso período de aprendizaje de la partitura:

Es una obra muy exigente a nivel técnico, muy cercana a los Cuartetos de Bartok. Pese a que es una obra de juventud que el propio Ligeti no estimaba demasiado a nosotros nos parece una obra genial, de proporciones perfectas. Toda la idea principal se nutre de cuatro notas, a partir de las cuales construye todo el Cuarteto (…) Tiene una gran evolución emocional de principio a final, genera unos efectos impresionantes y saca todo el potencial que puede de un cuarteto de cuerdas con una escritura muy transparente a base de dúos (viola y chelo o dos violines, segundo violín y viola, etc…), muchos pasajes están divididos de dos en dos y tiene efectos acústicos impresionantes. Es una partitura que impacta mucho al público y que siempre tenemos en repertorio”.

 


 
Gracias a Fabián Panisello, Baldur Brönnimann, Alberto Rosado, Manuel Escauriaza, Abel Tomàs y Mario Prisuelos por sus reflexiones que son parte esencial de este artículo y nos ayudan a comprender y conocer mejor la música de este grande del siglo XX György Ligeti.

La fotografía es un montaje con las cartulas de los CDs.
Ismael G. Cabral. Septiembre 2023

 

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