La Orquesta Sinfónica del Liceo dirigida por Josep Pons interpreta a Josep Maria Guix
18/03/2019
Estos conciertos forman parte de los eventos de Josep Maria Guix como compositor residente esta Temporada en el Palau de la Música Catalana.
El día 19 de marzo del 2019 a las 20,00 horas en el Palau de la Música Catalana, en Barcelona, la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceu dirigida por Josep Pons interpreta Imatges d’un món efímer del compositor residente Josep Maria Guix, en un programa que también incluye obras de Stravinski y Ravel. También el 20 de marzo del 2019 a las 20,00 horas Abel Tomàs, Arnau Tomàs y Josep Colom interpretan Tres haikus per a cello i piano, Slowly… in Mist,Seven haikus for solo cello y Llàgrimes de tardor.
Sobre el concierto del próximo día 19 de marzo el compositor nos ha comentado:
«Se trata de una obra para gran orquesta encargada en su día por la Jove Orquestra Nacional de Catalunya (JONC). He tenido la suerte de que, además de estos jóvenes músicos, la interpreten las dos orquestas que hay en Barcelona, la OBC y ahora la del Gran Teatre del Liceu. Para mí es un verdadero lujo. Además con Josep Pons a la batuta, un director enorme y con una sensibilidad especial para con la música contemporánea.
Y de nuevo siendo compañero de programa con La consagración de la primavera. En su momento, compuse la obra para una plantilla de gran envergadura precisamente para aprovechar la formación que demanda el ballet de Stravinski.»
Sobre el concierto del día 20 de marzo el compositor nos ha comentado:
«Básicamente, se trata de un repertorio integrado por algunas de mis obras de cámara, obras que el próximo mes de julio grabarán estos mismos intérpretes en el Auditorio de Zaragoza para el sello Neu Records, y que formará parte del álbum Images of Broken Light –que aparecerá a final de año.
Un trabajo que va del trío con piano al cello en solitario y que resume perfectamente mi estilo compositivo de estos últimos años. En todas las piezas hace acto de presencia la poesía nipona como punto de arranque, salvo en la última, que es estreno, y que no adopta ningún haiku como referencia. Llàgrimes de tardor es una elegía para violín y piano dedicada a un excelente compañero de trabajo que nos dejó, tras una larga enfermedad, el pasado verano»