«Me gusta gustar. Me gusta llegar a la gente» Ricardo Llorca
21/10/2021
Una entrevista de Daniel Martínez Babiloni para El Compositor Habla.
En los próximos días el compositor alicantino Ricardo Llorca estará presente en el Festival Alborada Clásica de Salobreña (Granada) y estrenará la versión escénica de su ópera Las horas vacías en Madrid. A propósito de todo ello conversamos con él poco antes de que cogiera el vuelo para venir a España, procedente de Nueva York:
1. Daniel Martínez Babiloni: Usted es un compositor que afirma no adscribirse a ninguna escuela estética y que su trayectoria ha evolucionado al margen de las vanguardias, ¿eso es posible?
Ricardo LLorca: Sí, es posible porque creo que es lo que yo hago. Supongo que debería especificar que a lo que me refiero es a las vanguardias europeas. Porque estas no son lo mismo que las vanguardias norteamericanas. Yo llevo en EE.UU desde 1987, muchos años, y, aunque me formé en el Conservatorio Superior de Madrid, jamás me sentí cercano a la vanguardia de aquel momento, de los años 80. Tomé unos cursos de composición en Granada con Luigi Nono, Carmelo Bernaola y Luis de Pablo, pero, con el debido respeto hacia ellos, yo no me sentía identificado con ese tipo de vanguardia. Sin embargo, cuando llegué a EE.UU entré en contacto con otro tipo de estilo, vamos a decir, con el cual me siento más identificado.
2. D.M.B.: A Luis de Pablo, recientemente fallecido, ¿cómo lo recuerda?, ¿quién fue para Ud. Luis de Pablo?, ¿qué representa para la música española?
Ricardo LLorca: A mí no me representa nada, porque yo no tengo nada que ver con él. Tomé algunos cursos de composición con él y ya no me convencía, ni su estilo, ni el tipo de música que preconizaba. Como persona, recuerdo que era un señor muy culto y era una delicia escucharle. Tenía conocimiento de muchas cosas y hablaba de todo, pero musicalmente no me decía nada.
Para España, ¿qué significa? Mucho, Luis de Pablo es un símbolo de la vanguardia de los años 50, 60 y 70, de la que fue una de sus principales figuras. Fue pionero en introducir la música electrónica, estuvo en Canadá y tenía mucho contacto con Europa. Entonces, ha tenido mucha importancia, aunque yo no me sienta identificado con lo que hacía él.
3. D.M.B.: Recuerdo la interpretación de su obra Bordeline en el Festival Ensems (Valencia) de 2013, dirigido por Joan Cerveró, ¿qué tiene su música de bordeline y qué de mainstream?, ¿entre qué límites se mueve?
Ricardo LLorca: Yo creo que mi música desequilibrada no es. En ese aspecto no es muy bordeline. Pero borderline también quiere decir fuera de los límites y, en ese aspecto, sí. Yo intento expresar con la música, en un sentido muy del siglo XIX, mis sentimientos más íntimos. Con el estilo que a mí me llega y con el que me sé expresar. Intento llegar al público y me gusta que el público comprenda mi música. Eso no quiere decir que voy a bajar la calidad solo para contentar al público, pero me gusta llenar las salas, como suelo hacer siempre. Tanto cuando estrené Tres sombreros de copa en el Teatro de La Zarzuela, como ahora: por lo que me cuentan, parece que también con Las horas vacías. Ahí no soy nada borderline. Me gusta gustar; me gusta llegar a la gente.
4. D.M.B.: Carles Santos trajo la música repetitiva de Nueva York en los años 80. Esta también es una de las características de su música, ¿qué le separa o qué le acerca a él?
Ricardo LLorca: Admiro a Carles Santos. Lo que fue Luis de Pablo para Madrid, lo fue Carles Santos para Barcelona. Santos fue el pionero en introducir el minimal en España, porque en Nueva York estuvo en contacto con Meredith Monk, con los movimientos de Philip Glass… Todo esto, en un tiempo en el que era muy difícil ser comprendido.
5. D.M.B.: ¿Qué aporta un mediterráneo como Santos o como usted a este tipo de música?
Ricardo LLorca: No sabría decirte, porque no sé hasta qué punto mi música es mediterránea o no. Supongo que sí. Mira, para preparar mi ópera Tres sombreros de copa, que está basada en músicas populares del siglo XVII, me fui al sur de Italia para investigar en bibliotecas y conservatorios de la zona de Puglia. En ese sentido sí que puedo decir que mi música fue influenciada por el Mediterráneo, pero creo que, en general, mi música no es muy mediterránea. Yo si lo soy, pero mi música no tanto. De hecho, he abierto un estudio en Alicante y cuando no estoy en Nueva York voy allí. Me retiro allí.
6. D.M.B.: Esta misma semana participa en el Festival Alborada Clásica de Salobreña, ¿cómo es este festival?
Ricardo LLorca: Mañana mismo salgo para España. El festival tiene mucho mérito, porque tal y como está la situación es muy difícil organizar eventos así. Además, es intenso: en dos días hay un recital de piano, proyectarán el documental de Arantxa Aguirre, Dancing Beethoven, y está programada mi obra El combat del somni en versión para violín y piano. Además, se proyectarán fragmentos de Las horas vacías y Alexis Soriano y yo vamos a tener un coloquio con el público sobre la situación de la música contemporánea.
7. D.M.B.: ¿Qué nos puede adelantar del contenido de este coloquio?
Ricardo LLorca: No va a ser ninguna sorpresa. Pienso que las cosas han cambado mucho, pero cuando salí de España en la década de 1980 el sector de la música contemporánea era bastante sectario. O componías como lo hacían los grandes compositores del momento o no tenías futuro. Hoy en día, música contemporánea es muchas cosas: música espectral, minimal, música de cine… y lo positivo es que, en los conservatorios, los alumnos tienen un abanico de posibilidades para seguir y para decidirse por cuál elegir. Hay menos prejuicios.
8. D.M.B.: Las horas vacías es una composición de 2007. Ahora se presenta en los Teatros del Canal en versión escénica, ¿no ha pasado mucho tiempo?, ¿por qué ha tardado tanto tiempo en representarse?
Ricardo LLorca: Las horas vacías se estrenó en Benidorm, en la Semana de música sacra, y después me llamaron para hacerla en Berlín, en el Musikfest, me llamaron de Naciones Unidas, del Lincoln Center, de São Paulo, de San Petersburgo, de Lituania. Entonces, representarla en España me parecía secundario. Me iba muy bien con las versiones de concierto, pero hace un año nos llamaron de los Teatros del Canal y del Teatro Real. Cuando estaba componiendo esta ópera ya la ofrecí a Teatre del Liceu. Tuve reuniones con Joan Matabosch y él demostró interés. Hace un año se dieron las circunstancias idóneas, decidieron que se representaría y empezamos a trabajar con todo el equipo: Alexis Soriano, José Luis Arellano, etc.
9. D.M.B.: ¿La obra ha madurado en todo este tiempo?, ¿ha cambiado en algo?
Ricardo LLorca: Musicalmente no, no he cambiado una nota. Pero el libreto ha cambiado por completo. Ha pasado de ser un monólogo para acercarse más a la historia real: hace muchos años tenía una vecina que todos los viernes por la noche recibía una visita en su casa. Desde el piso de abajo escuchábamos como hablaba, cenaba y después se producía una pelea fuerte, con gritos y lanzamientos de botellas, que acababa en la cama, haciendo el amor. Aquello se repitió durante casi un año todos los viernes y el presidente de la comunidad de vecinos decidió llamar a la policía, porque era muy desagradable. Cuando llegó la policía vieron que la señora estaba sola. Bebía, pero no había nadie y todos los viernes evocaba a su amigo imaginario. Por eso, cuando escribí la ópera, pensaba en ella: una mujer sentada en el ordenador con su amigo imaginario y todo ese tipo de cosas. Ahora, al trabajar con el dramaturgo Paco Gámez, han aparecido los vecinos, la policía…
10. D.M.B.: A ello hay que añadir la adicción de esta mujer a Internet…
Ricardo LLorca: Sí, por aquellos años ya había adicción, pero no tanta como en la actualidad. Es preocupante por la gente joven. Yo me crié en Benidorm, en la playa, jugando con mis primos, subiendo a las palmeras, yendo al huerto y hoy eso es impensable. Me preocupa.
11. D.M.B.: Qué tiene en común y en qué se diferencian Las horas vacías y Tres sombreros de copa?
Ricardo LLorca: No se parecen en nada. La base de Las horas vacías es la música de Juan del Enzina, una fijación que tengo desde la infancia, la música renacentista. Por eso, la base que forma los Leitmotiven son de Juan del Enzina. Sin embargo, la base de Tres sombreros de copa es la música italiana: tarantelas, ninna nannas, esa música del sur de Italia de la que hablaba antes. Tres sombreros de copa es una zarzuela realmente, con muchos personajes, un reparto y coro tradicional y una duración larga. Las horas vacías es mucho más sencilla.
12. D.M.B.: Me interesa hablar del tratamiento de la voz, ¿cómo piensa la voz a la hora de componer?
Ricardo LLorca: Mi tratamiento de la voz es muy tradicional. Me parece interesante experimentar con la voz, pero yo voy con mucho cuidado. Me parece un instrumento con el que hay que ir con mucho cuidado.
13. D.M.B.: ¿Qué diferencias hay entre componer para la voz y componer para el cuerpo, como es el caso de sus piezas para ballet?
Ricardo LLorca: Cuando trabajas para una compañía de danza no tienes tanta libertad, porque el coreógrafo te pide como quiere las músicas: te limita la duración, la orquestación, los tempi, etc. Pero cuando ves representada tu música es muy bonito, porque los bailarines reproducen con movimientos insospechados elementos musicales que tú habías pensado de otra manera, por ejemplo. Es una sorpresa constante. Trabajar para la danza se parece un poco a trabajar para el cine. Los directores no te obligan a hacer lo que no quieres, pero te marcan mucho por dónde han de ir las cosas. Te dan libertad dentro de su orden.
14. D.M.B.: A lo largo de su carrera, ha dedicado algunos seminarios a propuestas como las de Björk, Antony and the Johnson, Marina Abramovic o Rufus Wainwright, ¿qué representan para Ud. estos artistas?
Ricardo LLorca: Hay que entender que empecé en la movida madrileña, en la década de 1980. Al mismo tiempo que estudiaba en el conservatorio, tocaba el piano en [la Sala] Rock-Ola de Madrid por la noche. Era algo que no me satisfacía al cien por cien, pero me divertía. Yo no vengo de la vanguardia, vengo de Rock-Ola. Era compañero de clase de Carlos Berlanga, de los Saura, los Bardem… y casi todos ellos participaron en La Movida. Yo trabajaba en discográficas y tocaba en algunos grupos. Estoy muy contento de que haya sido así, porque me ayudó mucho a abrir la mente. Por eso me gusta ver lo que hace Björk y, cuando me propusieron en The Juilliard School impartir unos seminarios para atraer a la gente joven, propuse que pensásemos en las músicas que escuchan los jóvenes. De ahí fuimos a Björk, luego vi a Marina Abramovic y me gustó. Después, los organizadores propusieron que viniera David Bowie y de ahí pensábamos pasar a músicas como las de Philip Glass, Steve Reich, Helmut Lachenmann y otras cosas. Fue una experiencia enriquecedora.
Más información en el perfil del compositor en nuestra web ECH-Ricardo Llorca
Daniel Martínez Babiloni
Llegué a la crítica musical tras cursar Musicología, pues para mí, la crítica es una forma más de pensar y divulgar la música. Me licencié en la Universidad de La Rioja y posteriormente, en este mismo centro, completé un Máster en Musicología Aplicada. Colaboro con revistas especializadas, tanto españolas como internacionales, y, en otros ámbitos de investigación, con instituciones como el Institut Valencià de Cultura-área de Música, Palau de la Música de València, AVAMUS y la SEdeM. También soy Profesor Superior de Clarinete y Maestro de Música en Educación Primaria.