ISSN 2605-2318

Atelier de músicas

Ismael G. Cabral (Colaborador) 

Ismael G. Cabral | «Mi objetivo es presentar voces que nunca han estado presentes en Donaueschingen» Lydia Rilling

13/10/2023

Una entrevista de Ismael G. Cabral para El Compositor Habla




En 2021 el Festival de Donaueschingen celebró 100 años de vida, un siglo de existencia que no ha mermado su centralidad como corazón de la música contemporánea. Un año después asumiría su dirección la comisaria y musicóloga Lydia Rilling, responsable hasta ese momento del Festival Rainy Days de la Philharmonie Luxembourg. Es en la próxima edición del Donaueschinger Musiktage, del 18 al 22 de octubre de 2023, cuando aunque pervivan algunos compromisos asumidos por el anterior director, el festival comenzará a mostrar su nueva identidad. Un hilo temático cada año, amplia presencia de compositores emergentes junto a los ya consagrados, una mayor apertura geográfica e invitaciones a compositoras que nunca antes han tenido su lugar en la cita son algunas de las propuestas más identificativas. Conversamos con Rilling a propósito de los contenidos de este año y de su visión global al respecto de un evento que comienza renovado su camino hacia los dos siglos.



1. Ismael G. Cabral: Usted ha lanzado, y ha conseguido asentar satisfactoriamente, el Festival Rainy Days que se celebra en la Philharmonie Luxembourg. ¿Cuánto de su trabajo y aprendizaje allí trasvasará al Donaueschinger Musiktage?

Lydia Rilling: Bastantes cosas que van desde cómo iniciar y encargar nuevos trabajos y colaboraciones; cómo planificar, producir y comunicar un festival; a cómo negociar y controlar los presupuestos. La clave para ambos es desarrollar un programa coherente con una dramaturgia convincente. En Rainy Days planteaba cada edición a partir de una pregunta, de un tema específico al que se intentaba dar respuesta. Cada obra y concierto funcionaba como una tesela de un gran mosaico. Este enfoque de comisariado me pareció tan productivo que decidí llevarlo a Donaueschingen y también desarrollar un tema para cada edición de Donaueschinger Musiktage. Pero hay una diferencia crucial, y es que aquí solo se presentan estrenos mundiales, lo que requiere un enfoque completamente diferente en varios aspectos.

 
"Para mí significa plantear preguntas aún más fundamentales sobre la música contemporánea y lo que un festival de música contemporánea puede y debe ofrecer."










En términos más prácticos, hace que el desarrollo del programa sea mucho más complejo, tanto artísticamente como en términos de planificación y producción.
En cuanto al público, creo que me benefició mucho haber comisariado un festival como Rainy Days que plantee para una audiencia muy heterogénea, para especialistas pero también para el público en general sin ninguna experiencia previa con la música actual. Finalmente, después de haber trabajado durante seis años en una de las salas de conciertos más importantes de Europa, que presenta a estrellas de la música clásica, así como músicas del mundo y jazz, estoy familiarizada con mundos musicales muy diferentes y con su funcionamiento. Esto me parece de gran ayuda para no perder la perspectiva sobre las particularidades de la escena musical de hoy.

2. I.G.C.: La edición de este año supone su primera propuesta programativa. ¿En qué programas deberíamos poner más énfasis?

Lydia Rilling: Es un poco como preguntarle a una madre cuál es su hijo favorito (aunque mi predecesor, Björn Gottstein, ya dejó encargadas varias obras). Pero si es absolutamente necesario destacar dos obras o programas, elegiría lo siguiente: En primer lugar, la primera obra para orquesta de Éliane Radigue (compuesta junto con Carol Robinson) es un proyecto importante en varios aspectos. Finalmente le brinda a esta importante compositora la oportunidad de expandir su práctica artística a un conjunto sinfónico por primera vez. Al hacerlo, invita a la orquesta a participar en un verdadero experimento que desafía el funcionamiento de una orquesta y al mismo tiempo ofrece una experiencia musical nueva y enriquecedora tanto para los intérpretes como para los oyentes. Este proyecto también supone un merecido reconocimiento para Radigue, que nunca antes había estado presente en Donaueschingen. En segundo lugar, el primer concierto con el cuarteto Yarn/Wire (en su esperado debut alemán) será lo más destacado: presentamos a tres protagonistas de la escena de improvisación de la ciudad de Nueva York que no sólo se unen al cuarteto como intérpretes, sino también como compositores. En el proceso, las líneas entre interpretación, composición, improvisación y colaboración se difuminan de manera tentadora.

"Un punto crucial de la edición del festival de este año es diversificar estéticamente el programa e incluir más música que implique improvisación. Este festival no se quiere limitar únicamente a la música escrita."












3. I.G.C.: De hecho el epígrafe que le ha dado a esta edición es Colaboración. Y, como ya avanza, todo el concepto del mismo será desarrollado en los distintos conciertos planteados. Este es un modelo habitual en las ferias de arte menos probado en el entorno musical.

Lydia Rilling: Así es pero, como puede ver con el programa que hemos confeccionado, queda demostrado que es posible. Es importante enfatizar que la música y las artes visuales pueden abordar cualquier tema, incluida la colaboración, de maneras sorprendentemente diferentes. La música puede palntear un tema determinado no sólo a partir de un título, sino también en la estructura musical, el enfoque estético o el proceso de producción artística, por referirme a algunos ejemplos. Puede también incluir enfoques sutiles que no son inmediatamente audibles o susceptibles. La colaboración ha sido reconocida desde hace mucho tiempo como un tema central en el mundo de las artes visuales, el teatro y la performance. Aunque podría decirse que es igualmente crucial para los músicos, no siempre se ha destacado lo suficiente en el circuito de festivales de música. La edición de este año busca poner de relieve este tema.



4. I.G.C.: Ahondando en la obra de Éliane Radigue, Occam Océan Cinquanta, ¿cómo ha sido el proceso de creación de la misma?

Lydia Rilling: Radigue fue una célebre pionera de la música electrónica en los años 1950 y 1960. Hace unos 20 años decidió cambiar su enfoque y escribir sólo música instrumental sin ningún elemento electrónico. Se diferencia drásticamente de la mayoría de sus colegas en que no utiliza ninguna notación. Su práctica artística característica se basa íntegramente en la transmisión oral. Un músico que desee interpretar alguna de estas nuevas obras debe trabajar con Radigue o con alguno de sus colaboradores más cercanos. Aunque estos trabajos no utilizan sonidos electrónicos su música lleva la huella de sus experiencias en el estudio de música electrónica y esa es una de las razones por las que ha optado por este método de composición. Se basa en las propiedades acústicas de los instrumentos y en el espacio de interpretación; estos elementos no se pueden fijar en una partitura, ya que varían con cada interpretación. Pero aún más, ella desea dar a los artistas un grado de libertad dentro de una estructura clara que ella desarrolla. Finalmente, el resultado de cada obra dependerá de las interacciones de los intérpretes dentro de la estructura dada. Aunque la música de Radigue se ha interpretado cada vez más durante los últimos años nunca había escrito para orquesta. Sin embargo, como ella me dijo, siempre había sido su sueño. Creo que dice mucho de nuestro mundo musical que un compositor tan distinguido, pero con un proceso de trabajo diferente, nunca haya recibido el encargo de una orquesta. Hemos tenido que adaptar su método de trabajo, ya que no puede viajar (tiene 91 años) y no podíamos tampoco enviar a 50 músicos a trabajar con Radigue y Robinson en el apartamento que ella tiene en París. Por lo tanto, hemos desarrollado una estrategia que comenzó filmando una película de Radigue y Robinson explicando su enfoque artístico a los músicos de la orquesta. Luego, en septiembre, un grupo de solistas de la orquesta ha trabajado con Carol Robinson para conocer los métodos de trabajo, antes de que la orquesta comience los ensayos por secciones.
Todo este proyecto es un verdadero experimento, que es exactamente uno de los roles que deseo que adopte el festival. Pide e invita literalmente a la orquesta a salir de su zona de confort. Desde Beethoven hasta Lachenmann los músicos de orquesta trabajan casi siempre con una partitura, mientras que aquí actúan sin notación alguna. Esto requiere una inmensa apertura y disposición por parte de todos.
 

"Tenemos la suerte de contar con la SWR Symphonieorchester, que es única en el mundo por su actitud abierta ante estas experiencias y por su histórica relación con la música contemporánea."












5. I.G.C.: La improvisación, como ya ha mencionado, es otro elemento muy presente este año. ¿Podemos hablar de una música contemporánea improvisada fácilmente distinguible de los contornos del jazz donde es un género plenamente asentado?

Lydia Rilling: La improvisación es fundamental para muchas de las prácticas artísticas colaborativas que Donaueschinger Musiktage presenta este año. Al dedicar el festival a estos dos temas espero que los oyentes puedan reflexionar sobre las sutilezas que diferencian las prácticas de improvisación y colaboración. También es importante reconocer que gran parte del free jazz puede considerarse música contemporánea, aunque no siempre se haya presentado en pie de igualdad. Algunos artistas, como Tyshawn Sorey y Peter Evans, asimilan en sus obras conocimientos de sus prácticas en la rica y variada escena del free jazz en su ciudad natal de Nueva York. Otras prácticas de “improvisación”, como las que Éliane Radigue y Carol Robinson desarrollarán con los músicos de la SWR Symphonieorchester, son bastante distintas en sus orígenes y métodos. Y todos estos artistas, así como otros en el programa, exigen un reexamen de las categorías de compositor, improvisador e intérprete que a veces hace que la distinción entre composición e interpretación sea irrelevante.

6. I.G.C.: El Donaueschinger Musiktage está geográficamente rodeado por algunos de los festivales de música contemporánea más importantes del mundo. ¿Cómo se pelea el seguir manteniendo la histórica relevancia que les compete?

Lydia Rilling: No veo a otros festivales como competidores. Al contrario somos socios que, aunque tenemos perfiles diferentes, somos parte del ecosistema de la música contemporánea. Al fin y al cabo, el tema de la colaboración también se aplica a los festivales. Donaueschinger Musiktage es, que yo sepa, el único festival que presenta únicamente estrenos mundiales y ofrece un programa que abarca desde grandes conciertos de orquesta hasta conciertos de cámara, sesiones de arte sonoro y música electroacústica, instalaciones sonoras... Dos principios cruciales de mis planes para el futuro del festival son expandir y conectar el festival en todos los niveles: en términos de práctica artística, medios, geografía y público.

7. I.G.C.: ¿Cómo conjugara la presencia de las habituales formaciones consagradas y de las emergentes? (muchas de estas últimas no provenientes del ámbito germano)

Lydia Rilling: Espero que el programa de este año muestre claramente mi misión de abrir el festival a voces que aún no han estado presentes en Donaueschingen, tanto en términos de compositores como de conjuntos, tanto geográfica como estéticamente. En esta edición, más del 70% de los compositores y artistas sonoros encargados debutan en esta cita. Y con Yarn/Wire de Nueva York y Pinquins de Oslo, por poner sólo dos ejemplos, también presentamos conjuntos que nunca han actuado en Donaueschingen o Alemania. Vivimos en tiempos musicalmente emocionantes ya que las escenas musicales contemporáneas (así, en plural) son diversas y vívidas hoy en día y hay una gran riqueza de diferentes estéticas y enfoques. Para el futuro me parece esencial abrir el festival a más de ellos. Pero eso no significará que los conjuntos “clásicos” se ausenten del festival.

8. I.G.C.: En algunas de las últimas ediciones se ha apostado, muy puntualmente, por recuperar partituras icónicas del pasado (pienso en la Polyphonie X, de Pierre Boulez, o en la extraviada y recuperada Un Calendrier révolu, de Emmanuel Nunes). ¿Le parece interesante reivindicar, si quiera como excepcionalidad en un festival como este, el pasado?

Lydia Rilling: En principio sí y pienso regularmente en esto. Sin embargo, la misión del festival es posibilitar nuevos trabajos y proyectos. Si programo una obra existente, automáticamente reduzco la cantidad de encargos que los compositores pueden recibir. En el clima político y cultural actual, esta sería una decisión equivocada y una señal política equivocada.

9. I.G.C.: Este año hay programadas muchas compositoras muy importantes. Sin embargo no han puesto el foco en el número de mujeres concitadas.

Lydia Rilling: Me alegra mucho deducir por su comentario que entiende lo que hemos buscado, es decir, programar a muchas compositoras sin convertirlo en un enfoque explícito. Mi objetivo más amplio es presentar voces que no han estado presentes en Donaueschingen, y dar a conocer a muchas compositoras es una parte crucial de ese empeño pero no el único.

10. I.G.C.: Cada año tienen una imagen que los representa e identifica, un poster encargado a un artista plástico relevante. ¿Qué puede contarnos del de este año?

Lydia Rilling: Estamos orgullosos de que William Kentridge haya diseñado el cartel de 2023. Kentridge se cuenta entre los artistas más importantes a nivel mundial. Durante las últimas tres décadas ha creado una obra única que abarca muchas disciplinas diferentes, desde el dibujo, el cine y la escultura hasta la actuación, el teatro y la ópera. Su trabajo es verdaderamente interdisciplinario en esencia, fusionando diferentes artes y medios. La música juega un papel crucial, desde las primeras películas de Kentridge hasta sus proyectos de teatro musical más recientes. Además ha colaborado repetidamente con compositores. El cartel muestra un ícono recurrente de su quehacer, un megáfono. Desde la década de 1990 este objeto ha sido un elemento importante de su lenguaje visual. Como dice él mismo, los megáfonos "indican lo que hay que oír o ver, fuera de uno mismo". Han aparecido en dibujos, esgrimidos por su alter ego Felix Teitelbaum, en la monumental instalación de la documenta 2012 The Refusal of Time, así como en performances más recientes. Se ha convertido en un icono de su obra.

11. I.G.C.:  El festival agota las entradas, ¿cuál es el perfil del público?

Lydia Rilling: Está formado por grupos muy diferentes: está el fiel público local que lo vive como una tradición. Hay más de 100 estudiantes como parte del proyecto Next Generation que asisten a todo el festival, así como a un programa complementario de talleres, presentaciones y debates. También contamos con una audiencia leal de profesionales de la música de muchos países que vienen regularmente. Hay amantes de la música del estado federado de Baden-Württemberg que sienten curiosidad por vivir este festival tan especial. Y, por supuesto, otros que no son fáciles de clasificar. A menudo oigo que para muchos Donaueschingen es especial, además del programa, por dos razones: por escuchar la música con tanta atención y por el hecho de que desde el desayuno hasta la medianoche se habla sin parar de música. De hecho, el festival es bastante más que sólo nuevas obras, es un evento social para experimentar la música juntos, reflexionar juntos, pensar juntos, encontrarnos e intercambiar sobre lo que uno acaba de oír y experimentar.

"Y por último, el público no se limita sólo a los presentes en Donaueschingen, ya que casi todos los conciertos se retransmiten en directo por la emisora de radio SWR2 y los dos conciertos de la orquesta también se retransmiten en vídeo online."














12. I.G.C.: ¿Puede avanzarnos algo al respecto de la edición próxima?

Lydia Rilling: Todavía no puedo ofrecerle muchos detalles pero sí le diré que los compositores invitados serán veteranos y reconocidos y otros emergentes, al igual que sucederá con los intérpretes que convoquemos. Simon Steen-Andersen y Chaya Czernowin presentarán importantes obras y también convocaremos a compositoras que nunca antes han estado como Elsa Biston y Claudia Scroccaro, que están desarrollando conceptos espaciales para presentar sus piezas.

Aquí os dejo un link donde podrá verse el concierto inaugural:
 




El cartel del Festival es de William Kentridge y la foto de Lydia es de Patricia Neligan, han sido facilitadas por Lydia Rilling.

Más información en Donaueschinger-musiktage

 
Ismael G. Cabral. Octubre 2023
 
 

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