Ismael G. Cabral |
«Siempre creí que mi música, con el tiempo, se convertiría en la idea de una época» Wim Mertens
22/06/2024
Una entrevista de Ismael G. Cabral para El Compositor Habla
Lleva más de 40 años derribando las fronteras entre la música clásica y el pop y su estado actual es de incesante creatividad. Wim Mertens (Neerpelt, Bélgica, 1953) estrena este mes un nuevo disco, Ranges of robustness, que presentará en concierto el próximo 23 de junio en el Universal Music Festival que se celebrará en el Hotel Teatro Albéniz de Madrid. En la música minimalista encontró hace décadas un orificio por el que huir llevándose consigo algunas de las esencias más reconocibles de aquella estética. Con decenas de álbumes en su haber, Mertens sigue incansablemente presentando su música en nuevos formatos y acompañando sus melodías con su característica voz, de la que manan fonemas y palabras en un lenguaje inventado.
1. Ismael G. Cabral: Ranges of robustness es su nuevo trabajo discográfico. Su música casi nunca nace de la pura abstracción, siempre hay algo, por muy conceptual que sea, que quiere transmitir en sus discos. ¿De qué se trata en este nuevo álbum?
Wim Mertens: En este disco, en castellano Rangos de robustez (me gusta mucho cómo suena la traducción), nos movemos a una complementariedad muy concreta de dos nociones: la robustez, robustez en español, representa algo rígido, algo fijo, algo que permanece igual y que puede tener la capacidad de resultar amenazante, algo a lo que se le teme, algo con lo que no estamos seguros de cómo confrontará con nosotros. El otro aspecto de los rangos de robustez, el aspecto de los rangos, representa el matiz, algo positivo, representa la vida, la esperanza, el juego y el tomar riesgos para encontrar tu propia voz y tener una vida propia y vinculada a la noción de realización. No en el sentido de una realización cerrada, si no en el sentido de una realización abierta.
2. I.G.C: En esta ocasión las piezas que integran Ranges of robustness han sido inicialmente concebidas para un gran conjunto instrumental. Sin embargo, a menudo, los formatos de concierto que usted elige son: a solo, en dúo o con un pequeño ensemble. ¿Es una simple cuestión de logística o tal vez en el escenario se siente más cómodo junto a un grupo reducido de músicos?
Wim Mertens: Sí, estas nuevas piezas son todas para grandes conjuntos, porque cuando compongo, a menudo, trato de escuchar el aspecto material, el sonido como tal, y a partir de ahí voy desarrollando la instrumentación que la composición creo que precisa.
«En los conciertos suceden otras cosas, las situaciones siempre son distintas, y es algo que, como compositor, tienes que aceptar, estar abierto a ello y tener una actitud de humildad. En todo caso nunca tomo decisiones sobre la instrumentación de mis obras, sea para el disco o para el concierto, que estén desconectadas de la composición»
3. I.G.C: ¿Por qué hay instrumentos que nunca suelen acompañarle en el escenario y a los que sí recurre en sus discos? Pienso en el arpa, la guitarra eléctrica o la percusión.
Wim Mertens: En estos Rangos de robustez tenemos la presencia de los cuatro grupos instrumentales tradicionales. Eso significa, para mí, percusión, cuerdas, instrumentos de viento y el arpa. El arpa es central en mi evolución y está presente en mi música desde 1980. Desde el principio la he utilizado porque su sonido, cuando lo produces, va en todas las direcciones. Por esta razón el arpa no es, digámoslo así, el instrumento favorito en la tradición de la música occidental, sencillamente porque no puedes controlar al cien por cien hacia dónde se dirigirá el sonido. Es de este modo que tiene un lugar muy limitado en la orquesta clásica.
También hay otros muchos sonidos en mi música y, desde luego, en este nuevo disco. He trabajado con una potente sección rítmica, con guitarras eléctricas y con percusión. Entre los grupos instrumentales tiene que haber solidaridad para que todo funcione, pero ojo, también es una cuestión de rivalidad. Hay una especie de competencia entre las distintas familias obligadas a trabajar juntas en la música sinfónica occidental. Así que a los instrumentos de cuerda no les gusta tener a doce o catorce vientos detrás de ellos cuando están tocando. Y a los de viento no les hace ninguna gracia sentir el aliento de seis percusionistas a sus espaldas. Por esto, hoy en día, los músicos están resguardados por una especie de protección intra auditiva. Y, para mí, todo esto de lo que le hablo es como los rangos y la robustez. Es rivalidad y solidaridad al mismo tiempo. Como ve, una situación muy ambigua para los grupos instrumentales. Por supuesto cuando estás componiendo necesitas algo más allá de los cuatro grupos que he mencionado.
«Ese quinto elemento es la voz. Solo la voz puede dar el primer impulso, cualquier idea nace de ella, a veces incluso toda la composición parte de la voz»
4. I.G.C: Con una trayectoria discográfica tan ingente como la suya, ¿escucha los discos que ha ido presentando o solo se centra en lo que compone en cada momento, en el aquí y ahora?
Wim Mertens: Una vez que una producción ha sido grabada y mezclada puedo vivir perfectamente sin escucharla durante mucho tiempo. Sé que la música está ahí, pero me interesa más desafiarme a mí mismo y ver si hay espacio, si hay apetito, si encuentro alguna información que venga de algún lugar; en definitiva, si soy capaz de hallar una nueva idea para una nueva composición. Esto es lo que realmente me interesa, el futuro. Así que el desafío de componer no está relacionado con mirar atrás, a lo que hiciste, al contrario, es un reto que parte del ahora hacia el futuro. Mi ambición musical nunca ha tenido que ver conmigo en tanto que ser humano; siempre creí que mi música, con el tiempo, se convertiría en la idea de una época, en la pintura de un tiempo que fue. Y el tiempo tiene un triple aspecto: de pasado, presente y futuro.
5. I.G.C: ¿Se reconoce el Wim Mertens de hoy en discos de su pasado más experimental como Vergessen y For amusement only?
Wim Mertens: Cita dos discos singulares. Antes hablábamos del tiempo. Vergessen es un título en alemán. Era 1982. Vergessen significa olvidar. Sentía en aquel tiempo, e incluso mucho antes, ya en la década de los 70 del pasado siglo, que tenía que olvidar muchas cosas que aprendí entre los ocho y los 22 años. En 1980, con 27 años, mi música experimentó un nuevo comienzo. Por supuesto ya había hecho cosas antes que dejaron de interesarme. Que sea músico tiene bastante que ver con el hecho de que mi padre y su padre lo fueron. Pero sabía que la mejor estrategia para crear es la estrategia del olvido. Sí, olvidar muchas cosas, liberarme en lo posible de todo lo académico, de buena parte de una educación musical que ofrecía pocos elementos estimulantes desde los que poder descubrir cosas nuevas.
Rememora también en su pregunta For amusement only, que es incluso anterior a Vergessen, bueno de 1981. Fue una de mis primeras producciones y en ella solo utilicé sonidos electrónicos. Me inspiró la escasa información que por ley era obligatoria incluir en las icónicas máquinas de pinball. Aquellas máquinas encantaban a los niños y a los jóvenes y quienes jugaban a ellas corrían el riesgo de volverse adictos. Sin embargo, aquellas máquinas que venían de América fueron creadas con el único propósito de la diversión. Y ese fue para mí el punto de partida de aquel disco. En aquel entonces yo trabajaba como productor musical en una emisora de radio nacional. Así que después de mi jornada laboral, al caer la tarde y hasta la medianoche podía utilizar los estudios de la radio donde teníamos cuatro magnetofones y podía editar yo mismo los sonidos que ya entonces estaban en chips digitales. Trabajé con aquellos sonidos cientos de horas y luego pude desarrollar las piezas de For amusement only, mezclando los sonidos de varias de las cintas que había grabado. Y así surgió y surgieron los nombres de las pistas del disco -Fireball, Mystic…- en realidad eran los nombres de las máquinas de pinball cuyos chips utilicé para la composición. Un año después de aquello comencé a escribir para instrumentos. El disco electrónico fue un comienzo muy tímido pero muy crucial. Y muchos elementos de mi música posterior ya estaban presentes en aquellas modestas composiciones.
6. I.G.C: En algunas ocasiones usted ha explicado que no siente que su música engarce con eso que denominamos música contemporánea. Sin embargo, en opinión de muchos críticos, su inmenso y complejo ciclo Qua puede lucir orgullosamente esa etiqueta.
Wim Mertens: El ciclo Qua ha sido, hasta ahora, mi proyecto más ambicioso. Fue creado en tres veces siete años, 21 años, de 1980 a 2001. Es una obra gigante que trata de descubrir, de dar una respuesta al enigma de cómo el sonido y la música ha evolucionado a lo largo de milenios. Quise estudiar cuales eran los elementos, los factores responsables de estos cambios. Muy a menudo la iglesia o el poder religioso, y otras veces los poderes políticos, han sido los responsables de las distintas evoluciones. Pero también me interesaron otras muchas cosas, como la forma en la que escuchamos la música, en como reconocemos una melodía, en cómo damos forma a la armonía. Y más, en el aspecto rítmico, las aceleraciones y desaceleraciones, los parámetros más tradicionales también, como la altura de las notas y su significado, los colores, las dinámicas, los cambios de tempo. Y así fue como Qua se alargó y alargó hasta las 37 horas, que fueron 37 discos. Desarrollé algunas piezas muy cortas, otras muy largas; todo en 14 capítulos con cuatro partes. Algunos titulados en holandés, en flamenco, porque no quería que este proyecto fuera accesible de inmediato para todo el mundo. Uno de los títulos que emplee fue Alle Dingen (Todas las cosas), que es uno de los primeros poemas que existen escritos en flamenco. ¿Qué significa el título? Tenía la curiosidad de ver qué hay bajo lo obvio, qué se agazapa bajo la cubierta… pensemos en un barco, ¿qué se esconde bajo la plataforma de la parte superior de un gran barco? Luego la segunda parte la titulé Gave van Niets (Don de la nada). Las nociones negativas son complicadas, y los términos asociados también lo son: ninguno, nada, no. Debemos aprender a decir ‘no’ en la vida. Es un aprendizaje. No seguiré este o aquel camino trazado, intentaré encontrar el mío propio. En todo eso pensaba. La tercera parte la llamé Kere Weerom… te mueves de una manera, caminas y, de pronto, te das la vuelta. Es la problemática de la R, de la letra R, implícita en el título. También partí de un poema corto flamenco-holandés sobre un gigante que caminaba por la calle y que se da la vuelta cambiando la situación, su rumbo, con consecuencias… La última parte, Aren Lezen, es un título alemán, y se refiere al espigueo, una actividad campestre. Cuando la cosecha se recolecta hay muchas cosas en el campo y puedes recogerlas y formar un todo, o no recogerlo todo, y dejar algunas cosas. El todo está vinculado a las partes y esto es un concepto central en la historia occidental.
7. I.G.C: En los años 80 y 90 su música era asociada con etiquetas como ‘nueva música’, ‘new age’, etc. Sin embargo, una escucha atenta a su trabajo lo hace muy difícilmente clasificable.
Wim Mertens: Por fortuna hoy hemos superado la época de las etiquetas, no las necesitamos. En esos años que cita veníamos de la música de vanguardia occidental europea y muchos creadores precisábamos de otras etiquetas para distinguirnos. Ya no, son completamente inútiles.
8. I.G.C: Usted habitúa a lanzar un disco por año. No lo cumple concienzudamente, pero habitúa a ser así.
Wim Mertens: ¿Publico un disco cada año? No lo sé, no llevo la cuenta ni tampoco elijo los tiempos. Hay compositores en la historia que escribieron 350 horas de música, algún compositor del siglo XVIII apenas llegó a las 100. No me muevo en la industria de la música popular y, por lo mismo, no acepto la idea de que un artista deba sacar un álbum cada ‘x’ años para adaptarse así a los mecanismos de distribución, promoción, etc. No hay reglas o no debería haberlas. Así que si te puedes permitir lanzar un disco cada 15 años y quieres que sea así, ¿por qué no? En mi caso, y es algo que me hace feliz, puedo publicar álbumes regularmente.
9. I.G.C: Seguramente hablamos hoy de su nuevo disco, Ranges of robustness, que para usted ya será pasado.
Wim Mertens: ¡Por supuesto! Hoy será pronto ayer, Rangos de robustez es música del pasado cercano y, cuente con ello, pronto escuchará la nueva música que actualmente estoy componiendo.
10. I.G.C: Aunque es conocido que se siente cómodo tocando junto a una orquesta sinfónica son pocas las ocasiones en las que puede vérsele en ese formato.
Wim Mertens: La orquesta sinfónica es una creación de la música europea occidental. Tiene mucho que ver con el desarrollo de los instrumentos, de los cuatro grupos tradicionales de los que antes hablábamos; tiene que ver también con la solidaridad y con la rivalidad, antes se lo decía también. En Rangos de robustez el sonido, en buena medida, es muy sinfónico, porque así convenía a la música.
11. I.G.C: ¿Nunca ha pensado en escribir un libro biográfico?
Wim Mertens: Las biografías son importantes si tienes interés en saber dónde vivía una persona, cuál era su entorno, con qué gente ha tratado, qué cosas malas le han sucedido. No estoy seguro de si mi vida sería interesante de narrar. Le contaré algo para acabar. De niño vivía en un pueblo belga y a menos dos kilómetros de la casa de mis padres había el nacimiento de un río, el Dommel. Ese pequeño río se dirige a Holanda y va directamente a Bolduque, la ciudad de El Bosco. Luego ese río se agranda y agranda hasta desembocar en el Mar del Norte. Es importante estar conectado a las cosas. No sé si he respondido a su pregunta. Gracias por sus cuestiones, buena suerte.
Las fotos de Wim Mertens son de WMM y Usura cortesía del pianista y compositor W. Mertens
Más información en la web del compositor Wim Mertens