ISSN 2605-2318

Atelier de músicas

Ismael G. Cabral (Colaborador) 

«A menudo en mi música hay una experimentación extrema» Javier Torres Maldonado


21/02/2023

Una entrevista de Ismael G. Cabral para El Compositor Habla.



El compositor mexicano Javier Torres Maldonado (1968) emprendió en 2010 la escritura de Un posible día (quasi un radiodramma), un singular y complejo empeño de mover la idea del radioteatro al siglo XXI. Ya fijado en disco por el Ensemble 2e2m ahora el conjunto sevillano Taller Sonoro se dispone a presentarlo en concierto en una nueva adaptación al castellano junto a la soprano Rocío de Frutos. El músico intensifica así su ligazón con España y, singularmente con Andalucía, donde en 2015 ostentó la Cátedra Manuel de Falla. Con una enérgica actividad creativa la conversación, partiendo de la obra referida, cubre después diversas etapas compositivas de Torres Maldonado y profundiza en el quehacer pormenorizado de algunas de sus partituras más notables.
 



1. Ismael G. Cabral: ¿Qué le llevó a dar forma a Un posible día, obra que en unos días estrena en España (en el Espacio Turina de Sevilla) el  conjunto Taller Sonoro? La pregunta quiere hacer especial hincapié en lo inusual de su formato, un radio drama instrumental.

Javier Torres Maldonado: Un posible día, casi un radio drama, surge a partir de dos ideas que eran significativas para mí inclusive antes de concebir esta obra: por un lado, la impresión que me causó -debe de haber sido en 1997- la escucha en un concierto del Divertimento Ensemble en Milán de una revisión y actualización de la partitura del maravilloso radio teatro de Bruno Maderna Don Perlimplim, que está basado en Amor de Don Perlimplim con Belisa en su jardín, de Federico García Lorca, que las ediciones Suvini Zerboni habían encargado a mi querido amigo y maestro Sandro Gorli, por el otro y gracias a las reflexiones que a partir de esta obra empecé a plantearme, la necesidad de abordar un género que, aunque no relacionado con el drama musical como tal, permite crear fluctuaciones entre el drama imaginario y la música. En particular y después de haber buscado inútilmente materiales literarios que pudiesen corresponder a la idea de experimentación que deseaba realizar, solicité a la dramaturga Ana Candida de Carvalho, que en ese entonces -2010- vivía aún en Milán, que crease un drama explícitamente sobre las ideas experimentales que imaginamos; al cabo de un mes me entregó un guion espléndido que propuse inmediatamente al Ensemble 2e2m: este fue escogido como proyecto para el Año de México en Francia (2011) y obtuve Encargo del Estado (Ministerio de la Cultura de Francia) para componer la obra.

El proyecto incluía su estreno en México el año siguiente, es decir durante el Año de Francia en México, pero por desgracia mientras realizaba las diferentes residencias para la composición de la parte electrónica en los estudios de La muse en circuit, en París y en el GRAME de Lyon, se desató la crisis diplomática entre Francia y México ligada a las declaraciones de Sarkozy en relación con las acusaciones en contra de Florence Cassez (conocido en Francia como el affaire Cassez), lo que llevó a la cancelación de todos los espectáculos e intercambios que estaban previstos en México. Esperé varios años pensando siempre que de alguna manera se habría estrenado en mi país… Afortunadamente el interés de Taller Sonoro por esta obra se preservó intacto durante más de diez años, así que gracias a ellos y también al estupendo florecimiento musical que se está viviendo en Sevilla en este momento, ligado a la programación del Espacio Turina, ha sido posible que exista ahora esta nueva versión de la partitura. Sin embargo, Un posible día no es solo un radioteatro. Con videos originales de la pintora mexicana Magali Lara y los maravillosos poemas que han sido concebidos como una extensión lírica de la obra -se deben distribuir entre el público que asiste al espectáculo- del poeta mexicano José Manuel Recillas, también puede denominarse espectáculo que trasciende inclusive el concepto de espectáculo multimedia y por supuesto del radio teatro mismo.

2. I.G.C: Más allá de la traducción al español de la obra, ¿con respecto a la grabación realizada y fijada en disco por el Ensemble 2e2m ha realizado cambios sustanciales de cara a esta nueva presentación de la obra?

Javier Torres Maldonado: Los cambios más significativos son inherentes a la parte de la voz cantada (que debe ser un soprano; en Sevilla, el próximo 22 de febrero, será la fantástica Rocío de Frutos), esto es debido al hecho de que la correspondencia de los acentos no es la misma respecto a la versión original en francés. Hay que tener en cuenta además de que Candida de Carvalho tradujo la obra al inglés y José Manuel Recillas al español, mientras que la traducción al francés fue hecha por Jean-Charles Beaumont; todas estas versiones las hicimos con la idea de continuar adaptando la obra a otros idiomas de la manera más natural posible. Otros cambios se refieren a la parte del narrador, el cual “representa” dos personajes: el narrador mismo y un monstruo (un calamar gigante).

3. I.G.C.: ¿A dónde se remonta su relación con los miembros de Taller Sonoro y cómo y de quién partió la idea de realizar esta nueva adaptación de Un posible día?

Javier Torres Maldonado: Mi relación con Taller Sonoro empezó a través de la amistad que tengo con Camilo Irizo e Ignacio Torner, clarinetista y pianista del ensemble, respectivamente. Camilo vino hace ya diez años, cuando era profesor en el Conservatorio de Parma, a trabajar con mis alumnos de Composición Electroacústica y también para participar en los Encuentros Internacionales de Composición y Nuevas Tecnologías que se organizaban en esa ciudad, en la increíble Casa del Suono. Sin embargo fue en 2015 que repentinamente esta relación se volvió desde el punto de vista artístico más cercana porque fui nominado a la Cátedra Manuel de Falla en 2015. La relación con esta agrupación dura ya desde hace muchos años y es de absoluta comunión artística pero también de grande amistad. Hemos trabajado juntos en muchos proyectos internacionales, han tocado la mayor parte de mi música de cámara y de hecho su contribución fue fundamental para el nacimiento del Ciclo Internacional de Música Laberintos Sonoros del Centro Nacional de las Artes de la Ciudad de México, del cual fui director artístico; para mí han sido siempre una garantía de calidad e interés sin compromisos en la promoción de la música contemporánea. Taller Sonoro había propuesto el estreno de la versión en castellano de Un posible día, conjuntamente con mi ópera Viaje desde hace muchos años, pero su convicción no había encontrado resonancias afines hasta el año pasado.

4. I.G.C.: Aunque reside en Italia, ¿qué relación mantiene con su país y de origen y qué compositores de México le inspiraron quizá en los primeros años de su carrera compositiva?

Javier Torres Maldonado: Mis estudios musicales en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México no iniciaron con la composición sino con el violín, allí estudié con un profesor magnífico que había sido alumno de Carl Flesch, Icillio Bredo, que era de Padua. Al mismo tiempo y durante más de siete años, mi formación fundamental  la realicé con el organista José Suárez, que había sido alumno del formidable Ferdinando Germani en el Conservatorio de Santa Cecilia de Roma y de Domenico Bertolucci, que fue Maestro de Capilla de la Capilla Sixtina hasta 2012; a José Suárez le debo una formación severa y bien fundamentada en la armonía, el contrapunto, las formas musicales, el bajo cifrado pero atenta también al estudio de las partituras de autores de la Segunda Escuela de Viena, Debussy, Ravel y Messiaen.

Simultáneamente estudié composición y recuerdo de esta fase de mis estudios, los cursos de análisis musical con Mario Lavista, en particular un análisis detallada que hice para estos de Sensemayá de Silvestre Revueltas. Otro recuerdo vivo está constituido por algunas partituras y escritos de Julio Estrada, pero fue con la llegada de los cursos de Franco Donatoni a México, organizados por dos de sus ex-alumnos, Juan Trigos y Víctor Rasgado, que mi perspectiva hacia la contemporaneidad cambió radicalmente, primero por la generosidad y amistad con Juan Trigos (fue él quien, cuando Donatoni regresaba a Italia, me brindaba valiosos consejos relativos a la composición), pero sobre todo por el impacto que representó para mí el entrar en contacto con la música y las ideas de un gran músico como Donatoni, el cual al final del primer curso que estudié con él en la Escuela Nacional de Música de la UNAM me invitó a transferirme a Italia, lo que pude realizar solamente dos años más tarde.

5. I.G.C.: Franco Donatoni ha sido y es una referencia muy importante para usted. ¿Qué le atrajo de su música para acercarse a él?

Javier Torres Maldonado: En realidad su influencia en mi obra se aprecia de manera evidente solo en la primera pieza que hice bajo su tutela y que permanece como primera pieza de mi catálogo (el resto lo eliminé hace muchos años), un quinteto de alientos de 1994, esto porque en los años de aprendizaje el trabajo con Donatoni se combina con el estudio y admiración que también suscitaron en mí algunas obras de Ligeti, Boulez, Xenakis, Stockhausen, Grisey (al, que conocí en 1998, poco antes de su muerte) y también muy importante, Jonathan Harvey, el cuál era un amigo al que le tuve mucho afecto y también grandísima admiración. Partituras importantes de estos compositores trazaron al principio un camino que me condujo en la búsqueda de una originalidad personal.

Tuve la fortuna de que mi camino se cruzase con Franco Donatoni en México en 1994. Desde luego que conocer a un compositor como él, el hecho de que en mi caso mostrase particular interés por el trabajo que derivaba de su enseñanza, fue enormemente motivante, pero lo que me sorprendió totalmente fue conocer una partitura atípica de su catálogo. En esos años me desesperaba mucho porque me daba cuenta de que las bases rigurosas y bien fundamentadas de la composición no abundan -por ignorancia y por pereza-; el hecho es que más o menos como a la tercera lección del curso, Donatoni nos presentó una partitura que había compuesto recientemente que lleva por título L’arte della fuga; se trataba de un proyecto orquestal que había decidido organizar dividiendo El Arte de la Fuga de Bach en ciclos de siete fugas, así que había terminado el primero. La primera y la última fuga de este estaban orquestadas con una increíble maestría y cada una de las otras fugas intermedias estaba dedicada a una familia diferente de la orquesta, pero además de la maravillosa música de Bach que horizontalmente se presentaba a menudo intacta, este trabajo incluía también contrapuntos que Donatoni había añadido de manera increíble en su más rico, original y típico estilo “donatoniano”; la operación artística me pareció muy original pues desplegaba la pureza e increíble compatibilidad de dos estilos y épocas totalmente diferentes, revelando toda su increíble imaginación e impecable técnica, de manera particularmente impresionante en la fuga que adaptó para la familia de las cuerdas: algo que nunca había visto antes.
 



6. I.G.C.: Por otra parte Donatoni es un compositor, como tantos otros de la segunda mitad del siglo XX, muy olvidado, ignorado. ¿Qué obras suyas tiene en mayor estima?

Javier Torres Maldonado: Donatoni tuvo un momento de ocaso después de su muerte pero desde hace algunos años su música está reapareciendo en los programas de concierto de manera significativa, además es muy estimado por músicos y compositores no solamente italianos. Las obras que más me gustan de Donatoni, la lista sería larga, seguramente Duo pour Bruno, Ed insieme bussarono, Spiri, Fili, Le ruisseau sur l’escalier, Tema...

7. I.G.C.: La composición electroacústica ha ocupado también buena parte de su trayectoria creativa, especialmente como docente. Sin embargo su catálogo no se ha significado por la creación de obras de peso exclusivamente para medios electrónicos. ¿Qué le interesa hoy de este medio?

Javier Torres Maldonado: Creo que un compositor contemporáneo no debería de renunciar al conocimiento y a los instrumentos y medios que ofrecen las nuevas tecnologías, los cuales permiten realizar una experimentación que no tiene precedentes en la historia de la música. Desde mi punto de vista esta experimentación tiene que cumplirse bajo el signo de un compromiso sin concesiones por la experimentación y bajo el rigor artesanal; en este sentido la composición asistida por ordenador, la orquestación algorítmica, la síntesis y tratamiento en tiempo real del sonido pueden tomarse, claro, de manera muy ligera para producir en poco tiempo grande cantidad de música que carece de estructura, pero si medios como estos se utilizan para tratar de establecer una relación entre los parámetros perceptivos del material de base y los procesos de composición, y entre estos y por ejemplo la dramatización del uso del espacio, la perspectiva cambia totalmente; en este caso se da uno cuenta que es verdad que las nuevas tecnologías no son necesarias para crear música, pero carecer de este tipo de conocimiento y renunciar a este tipo de exploración, hoy como hoy, es en realidad un límite muy grande para un compositor, inclusive de índole cultural. En mi trabajo el rigor de la escritura se conecta invariablemente con la experimentación y de hecho no es casual que la ponencia que presentaré en el Symposium internacional sobre Composición Musical e Investigación Artística que organiza la Universidad Gustav Mahler de Klagenfurt a mediados del próximo mes de marzo, esté dedicada a modelos de deslizamiento multiespectral en sistemas multidimensionales de composición, es decir, técnicas que hubiese sido imposible desarrollar sin el auxilio de los medios de los que hoy disponemos.

8. I.G.C.: Ha escrito un amplio número de obras y hoy su música destila una personalidad creativa propia. No obstante y aunque esto sea enormemente subjetivo, ¿qué obra u obras cree que supusieron un punto de inflexión en su trayectoria? Hablo del momento en el que usted fue plenamente consciente de estar aquilatando un lenguaje propio.

Javier Torres Maldonado: La primera obra que representa un parteaguas en este sentido es la tercera que compuse desde mi llegada a Milán en 1996, Exabrupto (1997-98), para tres grupos instrumentales, un pianista y un percusionista, encargo del Nouvel Ensemble Moderne. En ella converge un trabajo y una experimentación extremadamente variados, desde el uso del concepto del espacio estático, de la pulsación como parámetro de organización estructural de la forma del primer movimiento, la experimentación multiespectral espacial hasta la concepción a priori  de una forma que presenta la substitución gradual del primer movimiento con el segundo, el cual irrumpe con fragmentos siempre crecientes hasta permanecer en el lugar del otro. Después de Exabrupto una de las obras que establecen una relación de ambigüedad entre un espacio primariamente estereofónico y la sensación de vértigo que puede suscitar una evolución mulstiespectral dependiente de combinaciones espaciales artificiales reforzadas por la electrónica es Esferal (2006), para orquesta subdividida en cinco grupos orquestales (encargo de la Bienal de Venecia) y electrónica, así como Sinfonía Mixta (2006-2008), para tres grupos instrumentales y sistema electroacústico (encargo del Ministerio de la Cultura de Francia y del GRAME de Lyon), así como Sidereus Nuncius (2007), para 3 percusionistas y dispositivo electroacústico (encargo del GRAME de Lyon y del Festival Música y Escena de la Ciudad de México), obras en las que la modulación del timbre por aceleración o desaceleración de la simulación del movimento del sonido representa uno de los aspectos más interesantes y originales de las mismas, desde luego Un posible día, quasi un radiodramma (2011), por los aspectos ya citados al inicio de esta entrevista o también Viaje (2007), única ópera de mi catálogo. Más recientemente puedo citar tres obras que son muy importantes en lo que se refiere a la experimentación relativa al uso del espacio y su relación con los procesos compositivos: Móvil, cambiante (2017, encargo del Ensemble Klangforum de Viena y de la fundación E. Von Siemens), para 14 instrumentistas en movimiento y High over the distant horizon (2018, encargo del Mozarteum de Salzburgo para conmemorar los sesenta años de la fundación del Estudio de Música Electrónica de esta institución), para 7 instrumentistas en movimiento y dispositivo electroacústico, y Ancienne chanson corse: un portrait imaginaire (2020, encargo del Ministerio de la Cultura de Francia), para veinte voces masculinas divididas en cuatro grupos en movimiento en el espacio, inspirada en una estructura polifónica corsa del siglo IX, recientemente grabada por Spirito dirigido por Nicole Corti en un CD que ha recibido por parte de Polyphonies cuatro diapasones de oro y mención especial a la obra contemporánea por Ancienne chanson corse)
Sin embargo algunas obras pertenecientes a un repertorio más íntimo pero no por ello menos experimental pertenecen al repertorio de cámara, primera de todas Masih (2012), para cuarteto de saxofones (de la cual me gusta mucho y recomiendo la grabación del vivo que se hizo de su estreno que tuvo lugar en San Sebastián por Sigma Project Quartet), obra a la que dediqué exclusivamente un año entero para su composición: la experimentación tímbrica y a nivel de la técnica instrumental, los vínculos estrechísimos entre las características perceptivas del material de base, los procesos compositivos y la forma, el hecho de que no haya en Masih de hecho una sola nota, una sola idea que no sea producto de un rigor imaginativo, artístico y técnico hacen de ella una de mis piezas más interesantes en todos estos sentidos (Masih recibió el premio internacional Rumore Bianco en 2019 en Italia, dedicado a obras para cuartetos de saxofones radicales en su experimentación). A este mismo nivel se encuentran los dos cuartetos de cuerda, el primero de ellos encargado y dedicado a Irvine Arditti, mientras que el segundo fue un encargo del Ministerio de la Cultura de Francia para el Ensemble Sillages; son dos obras en las que experimento y resumo muchas de las técnicas instrumentales y compositivas que confluyen en obras posteriores.

9. I.G.C.: Aunque su música se adscribe sin dudarlo al modernismo, no es la suya una obra especialmente exploratoria en técnicas extendidas y experimentación desaforada. ¿Quizás se esto debido a su ligazón formativa con Donatoni?

Javier Torres Maldonado: Donatoni fue importante para mí pero no lo fue porque adoptase religiosamente sus ideas estéticas y técnicas, que eran en un cierto sentido claras y fácilmente adoptables: su enseñanza más importante fue aprender a escuchar y recordar la música de manera totalmente diferente… Por otro lado es cierto que mis obras no son asimilables a corrientes como la de la música "concreta instrumental” o a movimientos estéticos como la “saturación” o ciertas tendencias que consideran casi exclusivamente el ruido como material sonoro predominante; sin embargo me parecería difícil afirmar que no haya una experimentación instrumental a menudo extrema en mi música, todo depende de las piezas a las que se hace referencia, pues mi producción abarca ya casi treinta años... Por ejemplo si se piensa a Fénix, doble concierto de cámara (2021) para dos guitarras y ensemble, dedicado a Pablo Márquez y Maurizio Grandinetti, encargo del Ensemble Phoenix de Basilea y del FONCA (México), es imposible afirmarlo y sucede lo mismo si se consideran las técnicas de independencia entre escritura relativa a las llaves y la notación de la respiración, expiración así como de multifónicos que producen combinaciones microtonales multiespectrales muy precisas, característica de muchos pasajes de Masih, o bien en las diferentes modalidades de producción del doble pizzicato alla Bartok o el ruotato y muchas otras técnicas en el primer y segundo cuartetos de cuerda… Si afirmase que no hay una experimentación extrema de materiales sonoros complejos y técnicas instrumentales originales caería en una contradicción muy grande. Inclusive una obra en la que aparentemente no hay técnicas experimentales como Claroscuros (2001), para dos clarinetes bajos, trombón bajo, violoncello y contrabajo, si se considera el registro agudo extremo en el que tienen que tocar los instrumentistas, plagado de microtonos y dificultades de homogeneidad de sonido, contrasta notablemente con una visión convencional del uso de los mismos. Quizá es que a veces prescindo de notación gráfica para escribir sonidos o técnicas extendidas, cuando es posible, con una notación más tradicional.

10. I.G.C.: Conlon Nancarrow (por adscripción geográfica), Julio Estrada, Hilda Paredes, Arturo Fuentes, Víctor Ibarra, etc... ¿Se puede hablar de una escuela mexicana de composición o la diáspora en la que viven muchos de ustedes hace imposible pensar en un lenguaje de origen común?

Javier Torres Maldonado: Creo que sea difícil hablar de escuelas “nacionales” de composición hoy en día, seguramente hay puntos de contacto y diferencias entre las "músicas” que caracterizan no solamente el panorama de la música contemporánea mexicana sino mundial, lo cierto es que tratar de determinarlo temo exceda mi tarea dentro de la música.

11. I.G.C.: ¿Qué obras de su catálogo explican mejor, en 2023, quién es y cómo es la música de Torres Maldonado a quien nunca ha escuchado una nota suya?

Javier Torres Maldonado: Si tuviese que mencionar pocas piezas se vuelve difícil, depende de qué periodo o inclusive año estemos hablando: en 1997 habría dicho Orior, para fortepiano o piano, en 1998 habría dicho Exabrupto, en 2003 habría dicho Imágenes de la caída de Altazor para dos pianistas y dos percusionistas o bien Interstizi (2003), para violín y violoncello, en 2004 habría Obscuro etiantum lumine, para violín y tres grupos orquestales, en 2006 habría dicho Esferal y también El suspiro del ángel, para tres grupos instrumentales y electrónica, en 2007 habría dicho Sidereus Nuncius, para tres percusionistas, bailarines y dispositivo electroacústico, en 2008 habría dicho Sinfonía Mixta, para tres grupos instrumentales y electrónica, en 2009 el primer cuarteto de cuerdas, en 2010 Iridiscente, para piano, percusiones y vídeo o Rosa mutabile, para 2 grupos instrumentales, en 2011 Un posible día, en 2013 Masih, en 2014 Viaje (ópera de cámara), en 2015 el Cuarteto de cuerdas No. 2, en 2016 Un lume per lo mar, para contratenor y cuarteto de cuerdas (dedicado a Jake Arditti y al cuarteto homónimo), en 2017 Móvil, cambiante, en 2018 High over the distante horizon, en 2021 Tensión tranquila, para oboe y electrónica (dedicada a Pilar Fontalba) y en 2023 Ancienne chanson corse: un portrait imaginaire y Fénix, doble concierto para dos guitarras y ensemble. Seguramente las piezas escritas a partir del segundo cuarteto de cuerdas representan un nuevo periodo de experimentación.
 



12. I.G.C.: Como persona que está en contacto directo con los alumnos, en el ámbito de la enseñanza, ¿cómo de lejos queda a las nuevas generaciones de compositores los hallazgos y aventuras de los grandes autores de las vanguardias?

Javier Torres Maldonado: El trabajar con jóvenes todo el tiempo obliga a renovar constantemente la visión que se tiene de la música, la manera de transmitir los conocimientos que se poseen y entender cómo esta cambia según las ideas que ellos mismos aportan. Es muy estimulante compartir con ellos la aventura imaginativa y la pasión por la música y siento que la aproximación hoy en día hacia algunos de los autores de las grandes vanguardias va cambiando al grado de que se les considera ya grandes clásicos.

13. I.G.C.: ¿Cuáles son sus próximos proyectos o, de otro modo, qué ocupa actualmente su mesa de trabajo?

Javier Torres Maldonado: En este momento estoy trabajando en la revisión de diferentes textos, algunos de publicación inminente, de hecho esto me sucede en algunos momentos que siguen a periodos intensos de creación, es decir que a veces necesito parar un momento, mirar hacia atrás y efectuar una reflexión sobre lo que he hecho para tratar de imaginar lo que sigue. Naturalmente me esperan ya otras obras, entre ellas varias piezas para piano concebidas para Candida Felici (se trata de un proyecto que confluirá en un nuevo CD), una nueva obra orquestal que a diferencia del resto de mi producción anterior será escrita por encargo de una agrupación mexicana y una lista de variadas obras de cámara, instrumento solo y electrónica en las que tengo que trabajar en los próximos tres años, entre ellas el tercer cuarteto de cuerdas.
 
Ismael G. Cabral. Febrero 2023
 

La fotografía de Javier es de Henri-Pierre Deroux cortesía del compositor


Aquí tenéis todas la entrevistas, críticas y noticias de Ismael G. Cabral en la sección de Ismael en El Compositor Habla: Atelier de Músicas
 


Ismael G. Cabral es periodista musical y musicógrafo. Ha trabajado durante 16 años en la redacción del periódico sevillano El Correo de Andalucía. Actualmente, además de ser funcionario del Ministerio de Cultura del Gobierno de España, es colaborador especializado en música contemporánea en las revistas El Compositor Habla, Ópera Actual y Scherzo.





 
 
 
 

 
 
 

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