Ahora bien, tampoco podemos negar sin más nuestra singularidad cultural en virtud de una inexorable globalización. Las excusas para este desapego por lo propio suelen ser el consabido retraso tecnológico, las lagunas de nuestra tradición musical y la falta de apoyo económico y de atención por parte de la prensa. Sin embargo, todo esto, aun siendo cierto, no justifica el fervor incondicional con el que hemos abrazado las principales estéticas europeas y la condescendencia y el desdén que ha recibido todo aquél que en el pasado se propuso en este país apartarse del camino y desde presupuestos propios plantear una alternativa.
Ya hemos visto como desde países con escaso poderío económico, Hungría o Estonia por ejemplo, se desarrollaron en el S.XX estéticas influyentes en todo el mundo. Algunas de las corrientes culturales más poderosas han germinado en las zonas más deprimidas y marginadas de sus territorios, la música negra en Estados Unidos o el flamenco en España sin ir más lejos. La solución a estos complejos pasa por dejar de pensar que somos los únicos que cometemos errores o que los nuestros son más grandes que los de los demás. Porque simplemente no es cierto. Sólo así empezaremos a acumular el valor necesario para tomar decisiones que puedan ser interpretadas como una equivocación por parte de los guardianes del pensamiento hegemónico. El error en un artista no es negativo, siempre que sea suyo y no de otro.
3. R.P.: Con respecto a la obra que estrena Tres gacelas de amor y de muerte con textos de Federico García Lorca ¿qué puede comentarnos de esta obra?
Hermes Luaces: Lorca no es un artista con el que tenga una especial afinidad estética. Sin embargo, vuelvo a él recurrentemente cada cierto tiempo. Supongo que todos necesitamos ver el mundo con la intensidad lírica con la que lo veía él de vez en cuando. La última de estas excursiones al mundo lorquiano fue realmente intensa y concluyó con la lectura de la integral de su obra teatral y poética. Durante la misma surgió la necesidad de componer este tríptico para el que escogí tres gacelas de El Diván del Tamarit. Aunque ya había trabajado con poemas de Lorca cuando era estudiante, ponerle música ahora me planteó algunos dilemas que al principio me costó resolver. El primero y fundamental es que, en mi opinión, la poesía de Federico viene como algunos libros infantiles actuales, con la música ya incluida. Uno no compone la melodía, se limita a descubrirla. Si haces cualquier cosa que se aparte de esto sientes que estás destrozando algo demasiado valioso. Así que, aunque tardé un tiempo, me decidí a dejar a un lado mi forma de trabajar en cuanto a la melodía se refiere y a tomar aquellas que iba “transcribiendo” como una suerte de
objet trouvé. Mi verdadera aportación en estas canciones considero que reside en la relación del piano con la voz y con el texto.
Un par de años más tarde Aurelio Viribay contactó conmigo para pedirme la partitura y junto con la mezzosoprano Marta Knörr se han decidido a estrenarlas. Me siento abrumado por el amor con el que los dos han recibido estas canciones y la dedicación que les están brindando. Les estoy profundamente agradecido. La extraordinaria voz de Marta tiene ciertos matices dramáticos que se avienen muy bien con la poesía de Lorca. Aurelio goza de una dilatada experiencia acompañando así como de un gran dominio técnico que le permite abordar con soltura la difícil parte del piano. Yo ya les he escuchado y me espero lo mejor de su interpretación el día 15 de octubre. Además, el resto del programa es fantástico.
4. R.P.: Podría definir ¿contemporáneo? y ¿de qué manera Hermes Luaces es contemporáneo?
Hermes Luaces: Hay una definición obvia del término, simultáneo en el tiempo, que, en mi opinión, debería ser la única en aplicarse a la música. Pero, entrando en una valoración más personal, creo que contemporáneo también puede ser una actitud. Hay artistas que proyectan sus creaciones hacia un pasado idealizado y otros hacia un futuro utópico. En cambio hay otros que se dirigen conscientemente a la mujer y el hombre del presente. Que se esfuerzan en conocer la cultura en la que viven con genuino interés y pretenden establecer, tal como proponía Umberto Eco frente al paternalismo tan común del artista del S.XX, una relación dialéctica con la misma. En ese sentido, me considero un compositor plenamente contemporáneo.
5. R.P.: Cuando hablamos de música contemporánea se mete en el mismo saco estéticas muy diferentes que van desde el siglo XX al XXI, ¿cómo definiría su estilo, sus señas de identidad?
Hermes Luaces: Alguna vez he intentado responder a esa pregunta en serio y después de llenar varias hojas analizando mis influencias me he quedado con la sensación de que me había dejado lo más importante en el tintero. Supongo que es tan difícil para mí definirme por la falta de perspectiva y porque mis influencias varían con el tiempo. Así que, por no dejar de contestar a tu pregunta, creo que quizá sea más interesante y conciso comentarte lo que otros han dicho de mi música. La mayoría parece coincidir en calificarme como un compositor minimalista. No me molesta esa etiqueta y reconozco esta influencia. Sólo que realmente no creo que lo sea. Si bien es cierto que mi música es modal, que soy parco en los materiales que uso y que la repetición es un aspecto fundamental en mi concepción formal(aunque no el único), hay un aspecto inseparable del minimalismo que a mí me resulta totalmente ajeno. El minimalismo es una estética con una clara orientación metafísica, que busca el centro, el uno, el ensimismamiento místico. Por el contrario, mi música busca, se orienta hacia el devenir, el cambio, se plantea como un viaje sin retorno, sin certezas, que busca la emoción y la sensualidad, que sale al encuentro del otro.
6. R.P.: A veces uno se pregunta si la cultura ha muerto, si solo queda el espectáculo y el fútbol, ¿a usted qué le parece?
Hermes Luaces: La cultura es un término que define algo mucho más amplio que aquello para lo que generalmente se emplea. En este sentido, el espectáculo y el fútbol son también cultura. La cultura morirá cuando muera el ser humano, al igual que la creatividad y la inteligencia. Esa cultura con mayúsculas en supuesta extinción a la que, con una mezcla de nostalgia y superioridad moral, se refieren algunos, no es más que un conjunto de prácticas tipificadas con el paso del tiempo que desaparecerán a medida que el statu quo que ayudan a sostener llegue a su fin y que serán sustituidas por otras que hagan lo mismo. En esas transiciones siempre han surgido los agoreros del apocalipsis, casualmente los que más se han beneficiado de ese statu quo. Lo único llamativo es que no hayamos aprendido aún a tomarnos todo esto con normalidad.
7. R.P.: ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Hermes Luaces: A corto plazo estoy escribiendo una obra por encargo de Neopercusión, sigo colaborando en nuevas piezas con el percusionista Eloy Lurueña, con el que estrené un concierto para percusión hace unos meses. Próximamente estrenaré una obra para coro sobre un conocido texto de Antonio Machado que escribí por petición de Pedro Teixeira, director del coro de la Orcam.
la foto de hermes es de
María Vivó y ha sido facilitada amablemebnte por el compositor.
Más información en la web del compositor
Hermes Luaces
Más información en la web del
Festival