Cuando hace unos días hablamos con el compositor madrileño Alejandro Román con motivo de la grabación de buena parte de su música de cámara, nos habló detalladamente de cada una de las obras que componen este trabajo discográfico. Una de esas obras que podremos escuchar es el Homenaje a Bartok Op. 10b. Es un Tema con variaciones sinfónicas para violín, clarinete, violoncello y piano. Obra para la que contamos con Justo Sanz. Homenaje a Bartok es una obra compuesta en el año 2000, en homenaje al gran compositor húngaro Bela Bartòk. El tema empleado como base de la composición está basado en una escala húngara, y es utilizado como motivo para desarrollar una serie de variaciones en torno a una sonoridad bartokiana, donde los cuatro instrumentos del cuarteto tienen la misma relevancia. La obra consta de dos movimientos, cada uno de ellos dividido en tres partes bien diferenciadas. Esta canción, nos comentaba Román:
1. Ruth Prieto: ¿Cómo surge la inclusión de esta obra en este trabajo discográfico sobre la música de cámara de Alejandro Román?
Justo Sánz: Alejandro y yo nos conocemos desde hace muchos años. Compartimos Conservatorio, pero también algunos proyectos musicales. Guardo con él una gran amistad y una afinidad en lo personal y en lo artístico, que nos ha ido haciendo coincidir en varias aventuras musicales. Fue él quien me hizo la propuesta de grabar este CD a la que yo accedí inmediatamente y con sumo placer, por su música y por el resto de compañeros en el proyecto, el magnífico trío Arbós, con el que nunca antes había trabajado.
2. R.P.: ¿Qué me puede comentar de la música de Alejandro Román?
Justo Sánz: La música de Alejandro se mueve en muchas direcciones. Es un compositor inquieto, ávido de explorar estilos, colores, formas, sonoridades… Lo que puedo afirmar sin temor a equivocarme es que Alejandro es un compositor muy expresivo y que esa característica impregna toda su obra. Siempre que he tocado su música, la he disfrutado enormemente
3. R.P.: Hablando de la obra en la que participa:
Homenaje a Bartok, Op. 10, para violín, clarinete, violoncello y piano ¿cómo es esta obra?
Justo Sánz: La obra
Homenaje a Bartok participa de muchos de los elementos que definen la música del compositor húngaro: su armonía, su ritmo, su color y su textura. Es una obra de juventud que, seguramente el propio Alejandro hoy plantearía de otra forma, pero que él ha querido conservar en su estado primario. Éste es el mejor modo de conocer en profundidad la esencia de la creación artística: no renunciando a la propia historia personal. También es la manera más honesta de ofrecer una visión real de los diversos momentos creativos de un compositor, alguien que está en continua evolución y que presenta instantáneas de lo que quiere comunicar a la sociedad en su personal recorrido por la vida. Aquí tenemos al joven Alejandro, que explora el mundo bartokiano y le confiere su interpretación más íntima, trazando en una preciosa composición aquello que el gran maestro le ha sugerido.
La obra contiene dos movimientos con tres partes diferenciadas cada uno, que se suceden sin solución de continuidad, cada uno de ellos en un carácter y tempo particulares. Están construidos sobre un único motivo que utiliza una escala húngara, que acabará desarrollando una serie de variaciones en torno a una sonoridad bartokiana, con claro predominio de la cuarta aumentada. El primer movimiento contiene: Coral, Scherzo y Fuga; y el segundo: Rondó, Solos y Humoresque. La versión inicial tuvo otra instrumentación: oboe, violín, violoncello y piano. Pero nunca se estrenó. Una segunda versión sustituye el oboe por el clarinete; sin duda Alejandro tiene presente la sonoridad de obras como
“Contrastes” de Bartok y, sobre todo,
"Quatuor pour la Fin du Temps" de Oliver Messiaen, para dar un nuevo rumbo al colorido de la partitura. Y creo que en esto acertó.
4. R.P.: ¿Cómo ha sido el trabajo sobre la música de Alejandro?
Justo Sánz: Tengo que decir que ha sido un auténtico placer trabajar con el Trío Arbós, un grupo de cámara plenamente consolidado y con un recorrido artístico lleno de éxitos. Arbós tiene su sonido, eso es algo que yo tenía muy presente antes de abordar con ellos este proyecto. Mi ocupación, más que preocupación, era integrarme dentro del grupo sin restar un ápice a su personalidad como grupo. Y, la verdad, esto ha resultado más fácil de lo que pudiera imaginar. Ya en el primer encuentro, ellos habían trabajado previamente para poner en común los elementos habituales: arcos, tempi, articulaciones, etc. Los ensayos se fueron sucediendo; las ideas interpretativas fluían, ¡y de qué manera!, para llegar, desde los planteamientos más personales, a unificar criterios y sacar de cada obra su sentido más hondo y expresivo. A ello se une que, detrás de unos grandes músicos hay también unas maravillosas personas. Nos hemos reído, hemos jugado con la música y, sobre todo, disfrutado de este encuentro.
5. R.P.: ¿Cómo ha sido el trabajo con Alejandro Román?
Justo Sánz: Alejandro participó con nosotros ya desde el tercer ensayo y, aunque él siempre tenía la última palabra, nos dejaba hacer, con plena libertad, en complicidad con nuestras propuestas. El resultado final es una interpretación llevada a cabo no por un cuarteto, ¡sino por un quinteto!.
Y la grabación?, grabar siempre es un desafío. Sabes que lo que ocurrirá en unas horas quedará ahí, para siempre. Es cierto que hoy hay muchos medios técnicos que pueden intervenir en el resultado; pero nuestro objetivo fue hacer tomas lo más largas posibles, precisamente para evitar un trabajo de edición discográfica que, de alguna manera, disfrazaría la realidad y haría poco creíble la interpretación.
Teníamos al otro lado de los micrófonos a José Vinader, toda una referencia en la grabación discográfica y una auténtica garantía de calidad. Hizo un estudio de la sala y varias pruebas de sonido para decidir entre todos la mejor ubicación de músicos y medios en la Sala Manuel del Falla del RCSMM. Hay que decir que esta sala es magnífica con público, pero sin él, difícil de controlar. Una vez elegida la mejor colocación, comenzó la grabación, que se prolongó a lo largo de cuatro intensas horas. A pesar del rigor que exigía la situación, hubo tiempo también para las bromas y para dar un punto de distensión a tanta concentración.
7. R.P.: ¿Qué no vamos a encontrar en este disco?
Justo Sanz: Sin duda será un retrato auténtico de la música de Alejandro Román, del antes y del ahora, de dónde viene y adónde va. Si te fijas en los números de catálogo, el CD contendrá obras tempranas (op. 9d y op. 10), y algunas muy recientes, que van del op. 45 al 54. El hilo conductor es el trío de violín, violoncello y piano, a los que se unen clarinete, por un lado y la maravillosa voz de Marta Knorr, por otro, para añadir otros colores en dos de las piezas del disco. Con estos intérpretes y esta música, ¡la emoción está asegurada!.
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Las fotos de la entrevista han sido facilitadas por Alejandro Román