1. Ruth Prieto: El próximo día 11 de mayo en Oxford, la Oxford Philharmonic Orchestra dirigida por Marios Papadopoulos estrena su obra «Codex» ¿qué nos puede comentar de esta obra?
Manuel Martínez Burgos: Es una obra bastante diferente a lo que he hecho anteriormente. La obra es una reflexión en torno al
“Códice sobre el vuelo de los pájaros”, donde el genio italiano describió con todo detalle los diferentes movimientos que realizan los pájaros al surcar los cielos.
2. R.P.: «Codex» es un encargo de la universidad que se enmarca en el evento Celebrating Leonardo ¿qué elementos musicales ha usado para rendir este homenaje a Leonardo da Vinci?
Manuel Martínez Burgos: A partir del códice que mencionaba antes, Leonardo imaginó máquinas voladoras que fueron los primeros prototipos de los actuales aviones. En «Codex», partiendo de las diferentes técnicas de vuelo de los pájaros, realizo una reflexión sonora en la cual la energía cinética se transforma en expresión musical.
3. R.P.: ¿Qué nos vamos a encontrar en «Codex»? ¿Cómo ha sido el proceso creativo para esta obra?
Manuel Martínez Burgos: Es una obra en la que el motor rítmico cobra una especial relevancia. Por otra parte los contrastes de timbre son fulgurantes y raudos, lo que sugiere movimientos durante el vuelo. El proceso creativo fue muy interesante para mí pues me acerqué a la figura de Leonardo da Vinci desde una perspectiva desconocida para mí.
4. R.P.: Usted es también profesor en Oxford, una de las universidades más prestigiosas del mundo, ¿Cómo es su experiencia allí como profesor?
Manuel Martínez Burgos: Oxford es un hervidero de ideas. El conocimiento se entiende desde la interdisciplinariedad; los compartimentos estancos no existen. Lógicamente con este ambiente de trabajo cada vez que viajo allí es una inyección de energía y de inspiración.
5. R.P.: A veces encontramos, sobre todo entre los jóvenes compositores, que más que influencia de sus profesores, son verdaderas continuaciones de ellos, ¿Se puede enseñar a componer, sacar lo mejor de un alumno sin cambiar su personalidad?
Manuel Martínez Burgos: Mi filosofía de la pedagogía es la de servir de guía pero sin imponer ni estilos ni estéticas. Eso sí, el aparato técnico tiene que trabajarse hasta lograr la máxima destreza compositiva. Con ello se logra la libertad; la libertad viene del dominio técnico.
6. R.P.: Cuando hablamos de música contemporánea, se habla muchas veces de desencuentro con el público ¿cuándo se produce ese desencuentro y por qué? ¿Hemos perdido la batalla de la música contemporánea?
Manuel Martínez Burgos: Actualmente no hay desencuentro, sólo miedo de algunas instituciones a la nueva música. Creo que el público va por delante de los programadores. Cuando se programa música contemporánea, cuando se promociona y se explica adecuadamente, las salas se llenan.
7. R.P.: ¿Cómo es el acercamiento a la nueva música, como profesores, programadores, compositores… se enseña, se divulga, se explica bien?, ¿nos estamos equivocando? ¿Qué le falta hoy en día a la difusión de la música de los siglos XX y XXI?
Manuel Martínez Burgos: Puede parecer muy prosaico, pero, como en todo, para obtener resultados hay que invertir. Estoy seguro de que si el gasto en promoción se incrementa y se invierte en explicar la nueva música, en educación musical, al final estamos creando espectadores potenciales; y eso es cultura y también puestos de trabajo.
8. R.P.: ¿Qué nos puede adelantar de sus próximos proyectos?
Manuel Martínez Burgos: Trabajo en una investigación sobre el uso de la prosodia como fuente de inspiración en la composición. Además hay un concierto para solista y orquesta que está en ciernes.
Las fotografías de Manuel han sido realizadas por su mujer y han sido facilitadas amablemente por el compositor para esta entrevista.