ISSN 2605-2318

Entrevistas

«Vivimos en un mundo en constante olvido, y sin memoria no se puede aprender»


15/07/2020

Séptima entrevista de la serie «Nuevos tiempos, nuevas músicas» con el compositor José María Ciria. Hemos hablado con él y esto es lo que nos ha contado.


























1. Ruth Prieto: ¿Dónde estaba y qué estaba haciendo justo antes del confinamiento?

José María Ciria: La semana en la que se decretó el confinamiento estaba dando clase en el Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha y, al mismo tiempo, desarrollando un interesante proyecto interdisciplinar que, de momento, se ha quedado pausado hasta nuevo aviso. Aunque se veía venir, lo cierto es que la cuarentena fue como entrar de golpe en un universo nuevo. En mi aula del conservatorio se quedaron partituras, material y las primeras páginas de una obra que he estado componiendo durante estos meses. Imagino que todo seguirá en la balda del armario si volvemos en septiembre, como si este tiempo intermedio no hubiera existido.

2. R.P.: Venimos de una situación de confinamiento muy larga y complicada, ¿cómo ha vivido usted toda esta situación?

José María Ciria: He ido pasando por diversas fases. Al principio, evidentemente, con dolor, preocupación y la sensación de estar viviendo una campana de irrealidad en la que no terminaba de ubicarme. Por suerte, el COVID no ha afectado directamente a mi familia y gente cercana, por lo que imagino que es inevitable haber vivido todo esto con un poco más de tranquilidad. Conforme iba avanzando la cuarentena, aunque la inquietud seguía presente, me he ido acostumbrando, no quedaba otra. Mi familia me decía, medio en broma medio en serio, que una parte de mí se ha estado preparando para esto desde que nací, así que he despertado ese gen latente de monje de clausura y he aprovechado para tomarme las cosas con un poco más de calma y para experimentar el tiempo a escala 1:1, sin los constantes viajes, prisas y estrés de la antigua normalidad. Hace unos meses nos mudamos a una casa bastante aislada con zonas exteriores y me he entretenido bastante arreglando el huerto (¡falta le hacía!), dando clases a distancia en el CSMCLM y con una rutina espartana de composición. He podido terminar una obra en la que llevaba trabajando casi un año y que exigía precisamente eso, tiempo y quietud. También me he volcado en lecturas que tenía pendientes. Prácticamente, todos los momentos que no he estado componiendo los he pasado leyendo, que es la forma más pura de libertad que conozco, aunque sea encerrado en casa.

3. R.P.: Hemos pasado una situación de desescalada, de una cierta incertidumbre, y ahora ya estamos en lo que se ha venido a llamar la "nueva normalidad", ¿pero en qué momento se encuentra usted ahora?

José María Ciria: Me encuentro relativamente bien. En mi casa no nos fiamos mucho y en algunas cosas parece que seguimos todavía en la Fase 0. Intentamos consumir y vivir de forma similar a como lo hacíamos antes, pero permaneciendo en casa el mayor tiempo posible y evitando viajar, así que sigo con el “lege, lege, lege, relege, labora et invenies” de la cuarentena. Es curioso porque durante el confinamiento han surgido varios proyectos muy interesantes que no esperaba en absoluto y que me encantan porque me permiten volver a trabajar mano a mano con otros creadores. Uno de ellos ha nacido a partir de las herramientas y plataformas que hemos estado utilizando para dar las clases telemáticas y tiene que ver con la divulgación. ¡A ver si podemos arrancarlo en septiembre! Alienta pensar que incluso en tiempos tan complicados pueden aparecer nuevas oportunidades, ¿no?

4. R.P.: ¿Cómo ve el futuro de la cultura en general y en concreto de las artes escénicas presenciales?

José María Ciria: Es imposible saberlo. Primero tendremos que ver si todos estos cambios son permanentes, cuestión de unos meses o si van a ser intermitentes. Evidentemente, necesitaremos una estrategia cultural para todos esos escenarios. A corto plazo, está claro que necesitamos encontrar soluciones reales que permitan que la cultura siga ofertándose en un mundo con COVID. Quizá es buen momento para plantear formatos alejados del concierto tradicional y del público como multitud, diseñados de forma más personal e íntima, en otros espacios o incluso con formas de relación nuevas entre el oyente/espectador y la obra. Hacen falta ideas y a los creadores casi siempre nos sobran. Para llevarlas a cabo necesitaremos inversión y, sobre todo, una buena distribución y difusión de las obras, pero creo que aquí ya me estoy alejando de la realidad y empiezo a soñar despierto.

5. R.P.: Se habla mucho de ‘volver’ a la normalidad, pero antes, ¿estaba todo tan bien?, ¿deberíamos volver a cómo estábamos? ¿reinventarnos? ¿cómo?

José María Ciria: Acabo de terminar un libro largo, pero muy ameno, que se llama “Los ángeles que llevamos dentro”, de Steven Pinker. Es un ensayo sobre la violencia desde los inicios de la humanidad hasta la actualidad y defiende la tesis de que, aunque parezca mentira, estamos viviendo en la época más pacífica de nuestra historia. Sin embargo, ves un telediario o abres Twitter y todo es violencia todo el tiempo. Siempre demonizamos el momento en el que vivimos, es una constante. En concreto, desde la creación actual, que nadie nos escucha, que no hay interés, etc. Algo de verdad habrá, claro, pero no me lo termino de creer del todo.

No me puedo quitar de la cabeza que hay un público que está ahí y que disponemos de más herramientas que nunca para llegar a él, aunque quizá ese camino se aleje de esas vías tradicionales que damos por sentado incluso antes de escribir la primera nota. Igual esta situación tan terrible es un buen momento para dar un paso en esa dirección.

En cuanto a cómo hacerlo, yo soy un enfermo de la Prehistoria y en el arte paleolítico encuentro claves que me interesan mucho: la función ritual, la relación multidisciplinariedad entre sonido, espacio, gesto y palabra, la experiencia artística, etc. En un sector que me toca muy de cerca como es el turismo y la hostelería, el término “experiencia” se pasó de moda hace ya diez años, pero en el arte, por ejemplo, parece que todavía nos cuesta alejarnos del formato tradicional del concierto. Yo no sé cómo ni qué tenemos que hacer a nivel colectivo, pero estos son los territorios que me interesan a nivel individual.  

6. R.P.: ¿Qué eliminaría usted de cómo estaban las cosas antes y qué añadiría usted?

José María Ciria: Quitaría esa concepción tan arraigada en algunos sectores, empresas e instituciones de que los artistas crean por un impulso interno y que no es necesario invertir dinero en ellos y en sus obras porque lo harán igual gratis. Añadiría, por tanto, que los creadores puedan vivir de su trabajo.

7. R.P.: En concreto en el mundo de la música, de los conciertos: ¿cómo ha cambiado su visión como creador? ¿cómo piensas que esta pandemia va a cambiar la realidad de los compositores e intérpretes?

José María Ciria: Mi visión no ha cambiado demasiado. Me siento muy cómodo con el formato concierto y me gusta mucho componer en silencio y soledad, pero desde hace unos años tengo una necesidad cada vez más grande de salir y relacionarme de otras formas con la creación: teatro, instalaciones artísticas (tanto las más humildes como las más grandes, como Elogi d’aire o Travesía por los estados de la palabra) o incluso colaboraciones y proyectos con empresas del mundo de la innovación. Me interesa cualquier territorio en el que la creación pueda aplicarse con libertad y me importa poco si es a través de una partitura o de cualquier otro soporte. No sé si la pandemia cambiará la realidad de los compositores e intérpretes, pero ojalá nos anime a tirarnos sin miedo a la piscina (y que esta esté bien llena de agua, a ser posible).

8. R.P.: Parece mentira que a estas alturas tengamos que estar hablando de esto pero, ¿por qué la música y la cultura es importante para la sociedad?

José María Ciria: El arte (el pensamiento abstracto, la creatividad, etc.) es algo inherente a nuestra especie, no podemos desligarnos de la cultura como si fuera un añadido o un ornamento superficial. Somos humanos porque somos arte y cultura.
Por otro lado, una sociedad con poca cultura es una sociedad esclavizada y débil, destinada al fracaso en todos sus niveles y un caldo de cultivo idóneo para la manipulación y el engaño (¡lo estamos viendo todos los días!). La cultura nos hace libres, curiosos y nos da visión de futuro. Y en Occidente no hay excusas: con todos sus problemas y desigualdades, nuestro mundo nos permite también consumir cultura de miles de formas distintas, desde cualquier lugar, en cualquier momento y, en muchas ocasiones, prácticamente sin ningún coste. Si alguien es ignorante hoy, es por decisión propia.

9. R.P.: ¿Por qué se infravalora tantas veces la cultura, el trabajo del artista…?

José María Ciria: El otro día un compañero me decía que no interesa que la gente piense. Pero, ¿a quién no le interesa? No creo demasiado en ese tipo de conspiraciones de gente reunida en una sala decidiendo qué hay que pensar y qué no, me parece más bien que hay un flujo de pensamiento, una corriente muy fuerte, que premia el inmovilismo, la dejadez, el camino más corto, los lugares comunes y la apatía brutal hacia el aprendizaje, que evita cualquier esfuerzo intelectual y trata de satisfacer de la forma más banal las necesidades más superfluas. Incluso es posible que muchas de mis respuestas vayan por esa autopista tan siniestra… ¡De eso no nos libramos ninguno!

10. R.P.: ¿Qué papel van a jugar las plataformas digitales, el streaming, la tecnología ahora mismo tras el confinamiento? ¿tendrán utilidad estas herramientas tecnológicas en el futuro cercano y cuando la pandemia acabe?

José María Ciria: Uno de los proyectos en los que estoy trabajando ahora ha nacido precisamente de estas herramientas. Veremos cómo se desarrolla, pero estoy aprendiendo mucho y están surgiendo ideas interesantes simplemente al plantear un escenario de trabajo en streaming, por lo que seguro que va a merecer la pena. La tecnología es nuestro presente, vivimos con ella y a través de ella. En mi opinión, es absurdo plantear un arte que no la tenga en cuenta (o, al menos, que no la conozca en profundidad, aunque luego no la utilice).
El lugar en el que veo un cambio más potente es en el de la educación. En concreto, en las asignaturas teóricas de las Enseñanzas Artísticas Superiores de Música.  Es cierto que las clases a distancia son raras, cansan mucho más y son impersonales, pero para mí se ha abierto un universo nuevo que tengo muchas ganas de explorar: tenemos recursos que en el aula son impensables, materiales audiovisuales, plataformas interactivas o incluso software de código abierto que podemos utilizar con los alumnos durante la clase. Las clases a distancia no son un sucedáneo en formato pantalla de las presenciales, sino una forma de educación y de comunicación totalmente diferente.

11. R.P.: ¿Saldremos de todo esto mejores?, ¿qué ha aprendido usted en todo esto?

José María Ciria: Quizá me equivoco, pero no conozco en la historia de la humanidad ninguna catástrofe a nivel mundial que haya mejorado de forma instantánea nuestra especie. No creo que vayamos a salir de todo esto siendo mejores. Vivimos en un mundo en constante olvido y sin memoria no se puede aprender, por lo que seguiremos comportándonos como siempre. Supongo que ver fiestas y playas abarrotadas sin ningún tipo de cuidado desde el primer día de la nueva normalidad y los teatros y centros de enseñanza cerrados tampoco es el mejor presagio…
En cuanto a mí, estos meses me han reforzado bastante en algo que ya he mencionado antes: que a la libertad se llega siempre desde la cultura y que yo soy muy feliz trabajando. En este mundo hiperconectado y saturado de estímulos, a veces es fácil despistarse y perder de vista lo que realmente quieres hacer. No es una sensación agradable. Esta cuarentena me ha servido para volver a ver claros esos territorios que tanto me gustan y la forma de explorarlos que más me interesa. ¡Ahora sólo hay que caminar!

12. R.P.: Avances tecnológicos, comunicación… ¿cómo se imagina los conciertos del futuro?, ¿habrá cambios en la experiencia artística?, ¿en los conciertos?…

José María Ciria: ¡Ojalá! La tecnología es ya una realidad y lo que viene (machine learning, redes neuronales, AI, etc.) tiene un potencial increíble. Eso sí, ¡o nos subimos pronto o se van sin nosotros!

13. R.P.: ¿Qué espacio tiene la música de vanguardia en la nueva normalidad, en los futuros conciertos? y, ¿Cuál es el futuro de las artes presenciales?

José María Ciria: Yo creo que, más que ocupar un espacio, la música de vanguardia debe disolverse y extenderse impregnando otros terrenos. En general, creo que el futuro de las artes, sean presenciales o no, es habitar la frontera: disolver las barreras entre disciplinas, situarse en los márgenes del conocimiento y expandirlos e incluso dinamitar los límites de las propias obras, de los autores y de los formatos. Desde los inicios de la humanidad, el arte ha sido siempre múltiple, mezclado, contaminado y ha estado en constante redefinición. Yo apuesto por el arte como una experiencia de la frontera.

14. R.P.: Un pensamiento sugerencia para la situación actual ….

José María Ciria: Trabajo, pasión y curiosidad en todas y cada una de las cosas que se hagan, sean del tipo que sean.

   
La fotografía de José María es de Daniel Lisbona

Más información en el perfil de José María en nuestra web ECH-José María Ciria


 

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