ISSN 2605-2318

Entrevistas

«He podido moverme en las bisagras sin entrar en ninguna secta»


21/12/2021

Una entrevista de Ismael G. Cabral para El Compositor Habla.



Ramón Paus no esconde, antes al contrario lleva a gala, haberse formado en el célebre Aula de Música Moderna y Jazz de Barcelona, continuando después sus estudios en Estados Unidos aquilatando una personalidad claramente llamativa y diferenciada en el contexto español de la composición contemporánea. Con una notable presencia discográfica y una obra que cubre diversos géneros clásicos pero también la escritura para cine, teatro y danza, Paus se encuentra a las puertas de un estreno importante, su Cantata sobre Fondo Alborán, encargo de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Mientras reivindica un ejercicio de lógica creativa al margen de estéticas prefijadas tiene por delante uno de los mayores propósitos de su carrera, lograr seducir a las instituciones para que su ópera, Aprendizaje de la noche, recién finalizada, pueda más pronto que tarde ver la luz.

1. Ismael G. Cabral: ¿Qué le atrajo de una forma tan en desuso como la cantata para denominar así su nueva obra, Cantata sobre Fondo Alborán que esta temporada estrena la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid?

Ramón Paús: Es una pieza sinfónico coral que no sigue ninguno de los preceptos de la forma cantata, solo es una forma de llamarla. Debió interpretarse en la clausura de la temporada 20/21 pero tuvo que ser pospuesta. Para mí es una obra importante, de cierta extensión (unos 25 minutos), y que está basada en textos de dos escritores excelentes y divergentes (dos poemas del libro Leve Sangre de la poeta Jeannette L. Clariond y un tercero El joven sepulto en mí (Silvas para no morir) del escritor bilbaíno Daniel Sarasola. La lectura me otorgó el contexto metafísico y poético para poder transmigrar la literatura en música. Y creo que he conseguido ser fiel a los textos y dotarlos de unas formas melódicas y armónicas adecuadas y respetuosas con sus significados profundos. Espero que estos puedan llegar al público, que logre transmitirlos; en ese empeño he puesto desde luego toda mi capacidad.
«Es una partitura dedicada, muy emocionalmente, a todos los que han perdido la vida en el Mar de Alborán»







2. I.G.C.: ¿Compone con la misma libertad estética una obra de esta envergadura que un cuarteto de cuerdas?

Ramón Paús: Escribir para 100 músicos o hacerlo para un cuarteto son realidades que ponen al compositor ante situaciones diferentes; la libertad de la música de cámara no tiene nada que ver con la rigurosidad que exige hacerlo para un conjunto grande de instrumentistas. Pero, en el fondo, no son más que cuestiones de números. De hecho, como todo el mundo sabe, escribir para cuarteto de cuerdas es probablemente el camino más complejo. A los cuatro compases de escucha ya podemos saber si el compositor escribe mal o bien. Lo que sí le puedo asegurar es que, en esta ocasión con la ORCAM, o en el pasado con el estreno del Concierto nº 1 para clarinete bajo y orquesta 'De las ciudades ajenas', a cargo de la Orquesta Nacional de España, he gozado siempre de total libertad creativa. Supongo y deseo que sea algo extensible siempre a todos los compositores que reciben un encargo.

3. I.G.C.: Cultiva usted con profusión las formas clásicas (piezas para piano a solo, cuartetos, quintetos, conciertos…), lo que resulta especialmente curioso siendo un músico cuyas raíces más profundas están asentadas en y surgen del jazz.

Ramón Paús: Mi madre tocaba el piano, no lo hacía profesionalmente, pero es tal vez por ello que tengo una amplia obra pianística. Sin embargo, mi instrumento principal es la guitarra de jazz. Puedo decir que mi camino de aprendizaje ha sido a la inversa, de hecho, mi primer disco fue de jazz (Náusica). No tengo en cuenta las tendencias, si deseo canalizar mi expresión a través del cuarteto cuerdas procedo así, pero si siento que preciso de una big band o de la música electrónica igualmente voy a abordar estos ámbitos.
 
«Esto que me plantea entronca con lo que yo considero que es o debe ser un compositor contemporáneo; alguien que está en el mundo, en el de ahora, y que es capaz de escribir para el cine, para un espectáculo de danza, para una orquesta sinfónica o incluso para un videojuego».














4. I.G.C.: A la vez que ese pragmatismo del que hace gala también existe en su música, y en muchas de sus reflexiones, una dimensión muy espiritual de la composición y, desde luego, de la música en sí misma.

Ramón Paús: Parafraseando a Rilke en las Cartas a un joven poeta, si usted no tiene la necesidad de ser compositor (adaptándolo a lo que nos ocupa), debería pensarse si quiere ser compositor. Componer es un acto que viene de mi interior, es una necesidad profunda, no me quedo corto si le digo que es algo vital.
 
«La chispa jamás proviene de la técnica, nace de lo más profundo»




5. I.G.C.: Sobre la mesa de su estudio lleva bastante tiempo una ópera que, de ver la luz, podría suponer un momento muy importante para la lírica española teniendo en cuenta lo ambicioso del proyecto y lo sorprendente del sustrato argumental…

Ramón Paús: Acabé la partitura de Aprendizaje de la noche hace un mes y medio; ahora está pendiente de revisión por un orquestador para dejarla perfectamente lista. Yo no me veo capaz de hacerlo porque he invertido siete años de mi vida en una obra, que rebosa las dos horas, y que no sé si algún día veré en pie. Ojalá. La he presentado a distintos teatros y, por ahora, lo que he recibido ha sido la sugerencia de que sea yo mismo quien levante una coproducción en la que se aúnen las voluntades de varios coliseos. Supongo que esto debe formar parte también de la realidad del compositor contemporáneo, o de algunos al menos. En mi caso las cosas nunca han sido fáciles, recibes apoyos sucintos y te indican el camino para que tú lo hagas todo. De momento mi editor (Wise Classical Music) está también en ello. Sobre la ópera en sí puedo decirle que es una obra de gran formato basada en unos textos que Daniel Sarasola sacó a la luz tras muchas horas de investigación en la Biblioteca Nacional. La ópera está escrita en diversas métricas y es primorosa a nivel literario; aborda la trayectoria estética y mística de San Juan de la Cruz; y en ella se ponen en evidencia cuestiones historiográficas que no son de público conocimiento y que estoy seguro que sorprenderán muchísimo.



6. I.G.C.: Usted compone desde un estilo que podríamos llamar ecléctico, sin desdeño alguno hacia la tonalidad clásica. ¿Cree que su música está en menos sitios por no asirse a lo que, académicamente, entendemos como contemporáneo?

Ramón Paús: Esa estética ecléctica hace que me sienta denostado, pero, no le voy a exagerar, no es para tanto. He podido moverme en las bisagras sin entrar en ninguna secta y no creo ser un compositor conservador. Respeto absolutamente todos los lenguajes y reivindico que la obra nueva se programe y se difunda. ¿Por qué sin embargo entendemos que convivan pintores modernos como Bacon y Rothko y, en la música, esto nos causa asombro? Todo ello me produce una gran lástima, ver que se aprecia tanto a Chillida y no se difunde la obra de grandes compositores actuales. Pero mire, personalmente, yo he estado en lugares como el IRCAM y también me he movido mucho en el mundo del jazz. Mi afán siempre ha sido aprender y por ello creo que he conseguido moverme en los intersticios, aprender de todos los sitios en los que he podido estar, por eso tengo pocos prejuicios. Además, si hablamos de libertad creativa, es en el jazz donde encontrará la máxima.




7. I.G.C.: ¿En qué cifra la aportación del jazz para usted?

Ramón Paús: Me ha dado una libertad de pensamiento inmensa; un músico de jazz tiene que dominar toda la armonía, tenerla presente y en constante ebullición, transportar e improvisar. El nivel de conocimiento profundo de los músicos de jazz yo no lo he hallado en ninguna otra parte. Hay quienes no saben distinguir un mezzo piano de un mezzo forte.

8. I.G.C.: Sin embargo en su música no atisbamos la presencia del jazz, no le ha interesado el diálogo entre géneros.

Ramón Paús: El jazz está en mi ADN pero no lo pongo en ningún lado, no me interesa la fusión. No tengo ninguna deuda, lo que no ha impedido que críticos de ala corta en ocasiones atajaran por el camino fácil señalando la influencia del jazz en mi música. Siempre anhelo que la gente dedique un tiempo de calidad a la escucha de la música, que no saque conclusiones precipitadas. Para mí el sentido del arte es el de convocar nuevos espacios habitables, si yo compongo algo que reconozcas de inmediato puede que los disfrutes, pero será como un déjà vu, no te sugerirá emociones nuevas. Todo esto que le digo no resta sin embargo para que, como antes le he comentado, me guste rodearme de intérpretes que entienden mi lenguaje y que tengan la fluidez del pianista de jazz, de un Oscar Peterson o un Brad Mehldau, algo que por ejemplo he encontrado en Eduardo Fernández.




9. I.G.C.: También ha abordado la composición de bandas sonoras para el cine desde un presupuesto muy respetuoso y agradecido hacia el género, lo que no siempre es habitual.

Ramón Paús: Este año, entre otros grandes, se nos ha marchado Luis de Pablo, a quien respeto profundamente. Pero nunca comprendí que hablara como lo hacía de sus trabajos para la imagen, en ese sentido Antón García Abril quizás lo entendió mejor que ningún otro compositor español, fue más abierto a otras formas de expresión. En la música de cine hay obras excelsas, ahí están las bandas sonoras de Bernard Herrmann por ejemplo. Si la película es de un director de mi confianza y el guion me satisface el encargo que me realicen lo abordaré con el mismo primor que cualquier otro tipo de composición. A mí me llama alguno de los directores que adoro, como Wim Wenders o, en vida, Theo Angelopoulos, y hubiera pagado yo por hacer la música. De otro lado jamás aceptaría hacer la música de una película mediocre.

10. I.G.C.: Antes mencionó la electrónica como posibilidad compositiva.

Ramón Paús: La he usado en composiciones para cine, para mí no hay nada sacrosanto en la electrónica, es un recurso más al alcance. Pero no tengo tiempo de hacer música electrónica de gran envergadura porque me desmotiva lo efímero de las máquinas y de los programas, lo que condena las obras a una especie de saco roto.

11. I.G.C.: ¿Qué otros proyectos tiene?

Ramón Paús: Estoy con la gran aventura, no deseada por mí pero así planteada, de lograr la coproducción de mi ópera, y a la vez sigo con la docencia, que me ocupa bastante tiempo. Pero en la temporada 22/23 se estrenará una obra de mucha envergadura de la que estoy orgulloso, se trata del Concierto para piano y orquesta nº2, que hará Eduardo Fernández con la Orquesta de Extremadura. El primero que hice, sin embargo, dedicado a Iván Martín, aún aguarda el momento de que vea la luz.

La foto de Ramón es de Fernando Briones y ha sido facilitada por el propio compositor.
 
Ismael G. Cabral
Diciembre 2021

 

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