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«La música contemporánea hay que saber y querer programarla» Alondra de la Parra

17/01/2024

Una entrevista de Gema Pajares para El Compositor Habla

 
En sus redes dispara con esta declaración de intenciones y principios: “Madre de dos y modeladora de sonido”. Se define como artista, género aparte. Alondra de la Parra (Nueva York, 1980) es una de las directoras de orquesta más solicitadas en los teatros y auditorios de medio planeta. Montó su primera orquesta con 23 años. Vive con la maleta en la mano y encabeza el ranking de principales mujeres en el podio. La lista va en aumento, lo sabe y lo reconoce, pero “deberíamos ser muchas más. Ya vendrá”, cuenta. Marin Alsop, Susana Mälkki, Irene Delgado Jiménez, Shi Yeon-Sung, Simone Young, Oksana Lyniv… Cada vez más, sí. Los días 19 y 20 de enero estará en el Festival Internacional de Música de Canarias, que esta edición cumple 40 años, con un programa que le gusta especialmente: John Adams, Gershwin y Shostakovich.



1. Gema Pajares: En una familia con tanto miembro dedicado al arte, usted no podía permanecer ajena. Actores, escritores, cantantes…, y una directora de orquesta.
 
Alondra de la Parra: Así es. Lo tenía a mi alrededor desde niña. Y fue siempre una suerte, un privilegio. Mi casa y mi familia eran un foco de actividad permanente. Y en ese ambiente de admiración y amor al arte es en el que me crié. Y doy gracias por ello.
 
2. G. P: Volvamos atrás en el tiempo. ¿Cómo recuerda aquella primera oportunidad que le dio el director Charles Dutoit de dirigir en el Teatro Colón de Buenos Aires? Tenía 19 años.
 
Alondra de la Parra: Fue mi primera oportunidad con una orquesta profesional y llegó de la mano de Dutoit, quien me había invitado a asistir a sus clases magistrales. Fue la primera vez que me coloqué delante de una orquesta y tuve una sensación única, sorprendente. En aquel momento sentí que el podio era el lugar donde tenía que haber estado y donde deseaba estar en adelante. Que era ahí donde estaba mi sitio. Noté esa conexión con los músicos que posteriormente he tenido.
 
3. G. P: Cuatro años después, a los 23, fundó la Orquesta Filarmónica de las Américas. ¿Cómo dirige Alondra de la Parra, mira a los músicos, se hace una con ellos?
 
Alondra de la Parra: Siempre hay que estar atento para que cada nota se dé como debe de ser, prestar atención al menor detalle, al sonido más nimio, al más pequeño porque todos y cada uno hacen la música. Hay que guardar respeto al sonido y eso se consigue juntos y conectados, siendo uno con la orquesta. Me parece fundamental la necesidad de tener alerta un sentido, que es el oído, pero al tiempo no descuidamos lo demás. Cuando al dirigir cerramos los ojos nos estamos concentrando, estamos sintiendo, nos estamos concentrando absolutamente en el oído.

 

«A mí me gusta establecer ese contacto visual. Se puede decir tanto con una mirada…»

 





4. G. P: Dicen que usted incluso baila frente a la orquesta.
 
Alondra de la Parra: Por mi nacimiento, por mi crianza, me ha tocado darle lugar a las músicas de las Américas y hacer música basada en danzas, música popular y me parece natural conectar mediante esa sensación corporal. Pero yo no bailo sobre el podio. Ser bailarín implica reaccionar a la música, y yo no lo hago frente a la orquesta. La música sucede en nuestro interior y antes de que sea escuchada damos ese impulso y la orquesta reacciona.
 
5. G. P: Hablando de la música de América, ¿cree que Europa se ha mirado demasiado el ombligo, musicalmente hablando, y ha desdeñado lo que se hacía en Latinoamérica, como si no existiera, como si en esa tierra inmensa no se hiciera nada que mereciera la pena escuchar?
 
Alondra de la Parra: Complemente y así ha sido a lo largo de todo el pasado siglo XX, salvo excepciones como la de Leonard Bernstein, que se convirtió en un promotor de la música latina. En 2000, en Nueva York, fundo una orquesta con ese reto y con esa meta: dar un lugar, el que merece, a la música latina dentro del repertorio. ¿Cómo habiendo tanta música hermosa no se interpreta más? ¿Por qué? Me parece una locura porque se trata de obras muy bien escritas, que poseen colores y ritmos únicos y es una lástima que hayan tardado tanto tiempo en hacerse un hueco. Todavía queda camino por recorrer en cuanto a que formen parte, lo merecen, del repertorio, pero la presencia de músicos y compositores latinoamericanos hoy es bastante mayor.
 
6. G. P: Ha sido titular de la Orquesta Sinfónica de Queensland y es principal directora invitada de la Sinfónica de Milán. ¿En cuál de los dos papeles se siente más a gusto?
 
Alondra de la Parra: Como titular, sin duda. Es muy bello e implica una gran responsabilidad. Yo me siento como si fuera el director técnico de un equipo de fútbol, metida de lleno con los profesores, se genera una relación personal con ellos y con la audiencia. El hecho de construir y formar un equipo me resulta apasionante. Esa ha sido mi experiencia como titular, aunque en Milán ha sido un placer trabajar: es como tener conocidos que son muy cercanos, pero que no son familia.
 
7. G. P: ¿Y se ve en un futuro como directora titular de la Orquesta Nacional de España?
 
Alondra de la Parra: Me encantaría. Mantengo una muy buena relación con los músicos y vuelvo a tocar con ellos siempre que puedo. Me encantaría poder seguir trabajando con ellos, aunque he de decirle que las decisiones sobre la titularidad de una orquesta no están en uno ni dependen de uno. Hay una complejidad mayor que subyace y otros factores que entran en juego.
 
8. G. P: Hábleme del repertorio del concierto que dirigirá en el Festival Internacional de Música de Canarias. Hay obras de John Adams, Short ride in a fast machine, Gershwin, Concierto para piano en Fa, y Shostakovich, Sinfonía nº 5 en Re menor, op. 47.
 
Alondra de la Parra: Tuve la oportunidad de conocer a John Adams en Barcelona, en el Liceu meses atrás, mientras él dirigía las funciones de su ópera Antonio y Cleopatra, y me resultó un verdadero placer tenerle cerca y conocer lo que pensaba, así que dirigir ahora esta obra es fantástico. En cuanto a Gershwin se trata de una versión muy especial, con muchas cadencias imposibles y complicadas. Y sobre la obra elegida de Shostakovich le diré que es la que más tuvo que ver para que yo me dedicara a la dirección de orquesta. Con 13 o 14 años yo escuchaba esta sinfonía con una enorme atención.
 
9. G. P: ¿Le añade presión, al hecho de situarse frente a la orquesta, que su nombre sea uno de los indispensables en la dirección?
 
Alondra de la Parra: La verdad es que no. Cuando estoy metida en mi trabajo estoy a tope. Yo escucho de dentro hacia afuera, no me estoy observando. Doy lo mejor.

 

«Es increíble, pero todo el mundo tiene algo que decir sobre mí, incluso si jamás me han visto dirigir»

 
10. G. P: ¿Es la música contemporánea una asignatura pendiente en las salas de conciertos?
 
Alondra de la Parra: Yo creo que depende de las orquestas, hay quienes la tocan con mucha frecuencia. En mi caso, intento incluirla siempre. También es responsabilidad de los programadores, que han de atreverse a programarla más y salir de la zona de confort en la que viven. Hay grandes obras y muy valiosas que es necesario conocer y escuchar más. Por ejemplo, uno de los casos es el de Arturo Márquez y la Sinfonía Imposible que yo he dirigido en Galicia, en el que fue su estreno en Europa, y que es un deleite. Hay que saber programarla y querer programarla y establecer combinaciones, mezclar obras de estilos diferentes. Y cuando escuchas programas así, te das cuenta de que funcionan.
 
11. G. P: El problema puede estar en la base: ¿por qué la música no se estudia en la escuela como las matemáticas o la literatura?
 
Alondra de la Parra: Efectivamente, ahí está el problema, que se estudie en la escuela, y también la práctica orquestal, en ensamble, en bandas, orquestal. Es la oportunidad de darle a niño la posibilidad de que aprenda disciplina, respeto, autoestima, a convivir, a comunicarse con los demás, a compartir. Vuelvo a la idea del trabajo en equipo. La música es básica para el ser humano y en la orquesta es algo que se aprende sí o sí. Los griegos hacían música, filosofía, matemáticas, por qué no hacerlo en las aulas si va a contribuir positivamente al desarrollo del ser humano.
 
12. G. P: En 2025 el Concierto de Año Nuevo de Viena tampoco lo dirigirá una mujer… Riccardo Muti será quien esté en el foso.
 
Alondra de la Parra: No sé si lo veremos alguna vez dirigido por una mujer, pero quizá debiéramos mirar otras cosas, como por ejemplo, por qué el programa es idéntico año tras año, con leves modificaciones. Yo creo que lo que hay que cuestionar es el motivo de ese formato tan añejo, porque siempre suena a lo mismo. ¿No estaría bien variar el programa y desempolvar la música de ese cajón tan rígido? Hay mucha música más allá del Concierto de Año Nuevo.
 
13. G. P: Usted prefiere hablar de artista y no detenerse en clasificaciones por géneros.
 
Alondra de la Parra: Lo masculino y lo femenino existen en la música, pero no tiene que ver con quién lo interpreta, sino con la obra en sí. Yo prefiero hablar de artista, que es lo que me considero. El rol de director de orquesta está atado a tantas expectativas y convenciones que nada tienen que ver con el oficio o la profesión…

 

«No creo para nada en ese papel de ser el maestro, casi reverencial, que está por encima de la orquesta, que incluso infunde cierto temor, tan ensimismado… »

Todo esto no puede estar más lejos de lo que mi profesión me pide, que es construir un arco dramático con la orquesta, saber extraer los colores a la música, entender una idea para comunicar una emoción y lograr esa sintonía y confianza con quienes tengo delante. Situar el foco únicamente en una persona me parece atroz porque somos un equipo. El director tiene en su mano una enorme responsabilidad, pero el mundo no empieza ni acaba en él o ella, no somos principio ni fin de nada. Y yo es como vivo mi profesión.
 
14. G. P: ¿Dirigiría una obra escrita por una Inteligencia Artificial?
 
Alondra de la Parra: Bueno, ya lo he hecho, con la Sinfonía Inconclusa de Schubert, que terminó una IA. Y me resultó una experiencia interesante. Yo creo que tenemos que atrevernos a experimentar con todo y ¡ver hasta dónde llega la técnica, en que nos puede ayudar.

 

«Ahora, lo que sí tengo claro es que una computadora jamás podrá sustituir a un ser humano»

La humanidad es la cualidad que otorga un valor verdadero al arte. La magia de vivir la experiencia en vivo en una sala de conciertos no se puede reemplazar. En un mundo cada vez más lleno de máquinas, la música y quienes la hacen cobran cada vez un mayor sentido.
 
15. G. P: ¿Se enfrenta a cada concierto como si fuera el primero?
 
Alondra de la Parra: Cada uno es diferente, especial y el público es una parte fundamental de esa alquimia de lo que sucede. Yo cuando me sitúo frente a la orquesta nunca he sentido que estuviera trabajando. Disfruto tanto de lo que hago… Le diré que continúo teniendo el mismo asombro que de niña, cuando al escuchar una pieza me conmovía hasta las lágrimas y me preguntaba por el porqué de tanta maravilla. Es una fortuna poder estar dentro de la cocina, un privilegio poder ofrecer un momento de paz, de evasión, de calma. Ser parte de los que provocamos eso me parece un hecho extraordinario.
 
 
 
 
Festival Internacional de Música de Canarias
 
 
Más información en la web de la directora Alondra de la Parra

Más información en www.festivaldecanarias.com
 


 

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