“Un poco de todo. Pero pocas veces de música y –demasiadas- de todo aquello que la rodea y que muchas veces la desvirtúa. Hay mucho ruido en los medios musicales”.
Así comienza la entrevista del compositor Benet Casablancas, un hombre a quien le gusta conversar con personas de otros ámbitos. Apasionado, tenaz, entusiasta y un curioso nato, es además un hombre muy culto. Sus respuestas están jalonadas de citas de todo tipo: le encanta leer, pero también le encanta escuchar, y eso se nota cuando cruzas dos frases con él, ...por como escucha, ...por como atiende.
Nos habla del oficio de componer, y aunque dice que el oficio es todo, también dice que con ello no basta…lo que Casablancas quiere es “es intentar apresar, o por lo menos rozar, el misterio”.
“Profesionalidad, ilusión, capacidad de trabajo, honestidad para con uno mismo y con los demás, cierto grado de convicción respecto a lo que uno hace y una actitud abierta y receptiva que nos impulse hacia la búsqueda constante”, todo esto es lo que tiene que tener un compositor según él, porque Benet siempre se pone el listón muy alto.
También es impaciente y muy perfeccionista, y considera que componer hoy en día es: “Quizás el último reducto de libertad personal”.
Ruth Prieto, para El Compositor Habla, entrevista al compositor Benet Casablancas
Sabadell, Abril del 2012
Lo único que cuenta al final es la obra bien hecha
1. Ruth Prieto: ¿De qué hablan los compositores?
Benet Casablancas: Un poco de todo. Pero pocas veces de música y –demasiadas- de todo aquello que la rodea y que muchas veces la desvirtúa. Hay mucho ruido en los medios musicales. Quizás por ello me gusta conversar con personas de otros ámbitos, ejercicio que ilumina desde una perspectiva inédita los propios pensamientos, lo que resulta muy estimulante.
2. Ruth Prieto: ¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?
Benet Casablancas: Quizá la pasión y la tenacidad, así como el entusiasmo que siento por muchos temas, no sólo la música!
3. Ruth Prieto: ¿Qué tiene de oficio componer?
Benet Casablancas: Todo, se da por supuesto, aunque con ello no basta. Lo más importante –y que siempre se nos resiste- es intentar apresar, o por lo menos rozar, el misterio. Lo decía Milhaud: “La técnica es lo de menos porque ésta se puede aprender”.
4. Ruth Prieto: ¿Qué cualidades tiene que tener un compositor?
Benet Casablancas: Profesionalidad, ilusión, capacidad de trabajo, honestidad para con uno mismo y con los demás, cierto grado de convicción íntima respecto a lo que uno está haciendo (que nos permite mantenernos en tensión frente a tantas incertidumbres), y una actitud abierta y receptiva que nos impulse hacia la búsqueda constante, que como decía mi maestro Friedrich Cerha, avanza siempre en una doble dirección: hacia cosas nuevas y hacia el interior de uno mismo, ahondando en el conocimiento de nuestra propia individualidad, algo aún más difícil si cabe que el punto anterior.
5. Ruth Prieto: ¿Y…defectos?
Benet Casablancas: La impaciencia, y un punto de insatisfacción permanente, connatural a mi quehacer, que a veces pagan injustamente mis familiares más cercanos. Y cierta propensión a dispersar los esfuerzos: Pero la música no lo es todo, y me faltan horas para leer, perderme en los museos, recuperar películas, conocer países y culturas ...
6. Ruth Prieto: ¿Cuál ha sido la última alegría que le ha dado la música?
Benet Casablancas: La más reciente y por las singulares circunstancias que concurrían en el mismo, el estreno mundial el pasado febrero, de mi última pieza sinfónica, “Darkness visible”, por la London Philharmonic Orchestra, bajo la dirección de Vladimir Jurowski. Pueden imaginarse mi sorpresa cuando el propio Jurowsky –a quien no conocía personalmente- me escribió interesándose por mi música, así como mi emoción cuando, después del envío de partituras y grabaciones, nos vimos al final de un ensayo en Nueva York y me anunció su decisión de interpretar mi música. En general, que las obras susciten el interés de los intérpretes –trabajar con ellos resulta sumamente enriquecedor- y que se repongan con regularidad, siguiendo así su vida, que va haciéndose autónoma con el paso del tiempo, son dos de los aspectos que más satisfacciones me producen.
En un plano más personal, aquellos instantes, raros, en que atisbas algo que intuyes puede tener tal vez algún valor… cuando parece que la tinta fluye con mayor facilidad… Son momentos –repito- muy excepcionales, quizás el mayor acicate para seguir buscando incansablemente.
7. Ruth Prieto: ¿Y el último disgusto?
Benet Casablancas: Es mejor olvidarlos lo antes posible, sin perder ni un ápice de energía a causa de ellos: cribar lo malo y quedarse con lo bueno, que por suerte es muchísimo más. Si hay algo que de verdad me entristece, y le hablo de la vida en general, son la falsedad y la envidia, sentimientos negativos y muy poco productivos. Deberíamos cultivar más el respeto, la tolerancia y la camaradería.
8. Ruth Prieto: Con todo esto de la crisis, ¿qué es componer hoy en día?
Benet Casablancas: Quizás el último reducto de libertad personal. ¿Hay alguna época en la que no pueda hablarse de crisis? En todo caso, me siento un privilegiado por el mero hecho de poder ejercer mi vocación. Lo demás -éxito, dinero, posición social- es circunstancial. Lo único que cuenta al final es la obra bien hecha, testigo de su tiempo y capaz de interpelarnos.
9. Ruth Prieto: ¿Si no fuera compositor qué le hubiera gustado ser?
Benet Casablancas: El abanico es amplio: de joven me interesaban mucho –y lo siguen haciendo- la filosofía, la pintura (la practiqué bastante), la astronomía, la historia del arte ... creo que la investigación en cualquier rama de las humanidades o de la ciencia podría ser un reto y una ocupación muy estimulantes.
10. Ruth Prieto: ¿Cuál ha sido su mayor extravagancia?
Benet Casablancas: Visitar en solitario las pirámides de Gizeh –sin un solo turista a la vista-, en plena revolución egipcia el pasado mes de mayo, bajo el sol del mediodía y con las monedas justas para el taxi de vuelta. Fue con motivo de los “I Cairo Contemporary Music Days”, aconsejado por los jóvenes compositores que asistieron a mi seminario. Es triste recordarlo ahora a la vista del cariz que toman los acontecimientos.
11. Ruth Prieto: ¿Qué aporta la música a la educación?
Benet Casablancas: Tiene mucho que aportar y deberían crearse las circunstancias propicias para ello: La capacidad de escuchar, el desarrollo de la sensibilidad, el placer de actuar con un sentido comunitario, la necesaria armonía entre pensamiento abstracto, sensualidad y emoción, y otras cualidades que justifican nuestro empeño para que se le reconozca el papel que debería representar en este ámbito, el más trascendente de todos, no se olvide, y más todavía en los tiempos actuales. Tenemos una deuda contraída con los más jóvenes.
12. Ruth Prieto: ¿Qué le da miedo?
Benet Casablancas: El sufrimiento y la pérdida de mis seres queridos, pero también el desencanto vital, contra el que nos previene la cultura en sus manifestaciones más elevadas. Y ¿por que no decirlo? El paso implacable del tiempo, cuyo flujo acelerado -señala Lichtenberg- convierte los granos de arena de la clepsidra en el polvo en el que nos convertiremos al final de nuestra vida. Sobre este particular ha escrito Jünger un libro excepcional.
13. Ruth Prieto: ¿Perdió algo por el camino?
Benet Casablancas: Zweig reconocía en la música de Mahler todo el entusiasmo y el frescor de la juventud, aquella época en que todo resulta aún posible. Se producen desengaños y desilusiones, cierto, uno se vuelve menos inocente, más sensato, si se quiere. Pero me parece irrenunciable tratar de mantener viva esta llama, la del descubrimiento, la sorpresa, el fervor, la búsqueda de aquella puerta en el muro que nos invita a traspasar Wells en un relato memorable.
14. Ruth Prieto: ¿Qué es el silencio?
Benet Casablancas: La condición de posibilidad de la música, pero también del pensamiento y de la intimidad personal y el reencuentro consigo mismo. Lo considero un bien primordial a proteger encarecidamente en una sociedad que parece primar la barbarie, el “ruido y la furia”, un lujo que debería ser considerado patrimonio de la humanidad.
15. Ruth Prieto: Liberté, egalité, fraternité ... ¿Añadiría algo?
Benet Casablancas: Sí, que se hagan realidad! Pero que la persecución de la utopía no nos impida ser precavidos frente a ciertas derivas y “sueños de la razón”, cuyos resultados se han revelado siniestros!
16. Ruth Prieto: ¿Tiene una idea de lo que puede ser la felicidad «musical»?
Benet Casablancas: Escuchar un cuarteto de cuerda de Haydn o cualquier cantata o fuga de Bach sólo o en compañía, ¿cabe imaginar una experiencia más extraordinaria y gratificante? La simbiosis perfecta de conocimiento y emoción, dejando un resquicio abierto a lo insondable, a lo sagrado, a otros ámbitos distintos al de la realidad ordinaria que nos consume, pero que al mismo tiempo debemos apurar, es lo único que verdaderamente tenemos!
17. Ruth Prieto: ¿A quién rescataría del pasado?
Benet Casablancas: Nuestra vida musical es como un iceberg. Aflora sólo una pequeña parte, no necesariamente la mejor. Mientras que música de enorme calidad permanece sumergida, muchas piezas omnipresentes son perfectamente innecesarias y prescindibles. Me gusta explorar autores y obras que si no olvidados, han quedado algo relegados pese a su calidad manifiesta: Obrecht, Brühn, Myslivecek, Johann Christian Bach, Schreker, Zemlinsky, Schulhoff, Krasa y muchos otros.
18. Ruth Prieto: ¿Qué tiene el presente de interesante?
Benet Casablancas: Que es el tiempo que vivimos, y por tanto, único, intransferible e irrepetible. Pero en otros sentidos, no me parecen menos apasionantes otros períodos históricos. Si hablamos de arte, por cierto, y frente al reduccionismo historicista, tantas veces imperante y que fuera ya denunciado por Rognoni y el propio Dahlhaus, en las obras maestras pasado, presente y futuro parecen fundirse en una realidad superior.
19. Ruth Prieto: ¿Qué espera del futuro?
Benet Casablancas: Salud, amor, el bienestar y la plenitud vital de mi círculo familiar más próximo, la complicidad única que permite la verdadera amistad, una mayor serenidad y la capacidad de percibir en cada día nuevos y mejores motivos para proseguir en todos los empeños. Y ojalá la capacidad de descubrir en mi interior y dar forma a música cada vez mejor!
20. Ruth Prieto: Podría definir ¿contemporáneo?
Benet Casablancas: Lo que corresponde a nuestro tiempo. Pero no siempre la autenticidad reside en lo que nos viene dado de un modo más inmediato, sometidos a la presión de lo que nos rodea, no necesariamente bueno ni deseable. Creo firmemente en la dimensión utópica del arte, que implica también ofrecer resistencia al curso de lo real. Ser demasiado contemporáneo –y creo recoger ahora el guante de su pregunta- puede suponer el pago de un peaje excesivo a la moda, y con ello verse condenado al olvido con gran rapidez. Hay muchos malentendidos al respecto, y no siempre bien intencionados. Los grandes logros artísticos son a la vez atemporales y contemporáneos, en el sentido más auténtico del término. Es decir, nos hablan con el vigor e inmediatez de la expresión más genuína y acuciante, son las « presencias reales » invocadas por el sabio Steiner. O cuando Kott se refería a Shakespeare como « nuestro contemporáneo ». De ahí que quizá fuera más prudente aspirar a lo in-contemporáneo, que es como Keller concibe la producción del último Beethoven.
21. Ruth Prieto: ¿Podría decirme cómo es su música?
Benet Casablancas: Esto es algo que podrán apreciar mejor los demás, aunque seguramente refleje mi propia personalidad. Me atrevería a mencionar tal vez su talante vitalista, que convive con momentos líricos y contemplativos, sin excluir la vertiente lúdica. Pero insisto, soy el menos indicado para responder a esta pregunta.
22. Ruth Prieto: ¿Qué consejo le daría a un joven que quiere ser compositor?
Benet Casablancas: Las palabras más bellas las dejó escritas hace tiempo Rilke en sus célebres cartas un joven poeta. Autoexigencia, perseverancia, fuerza de voluntad y capacidad de sacrificio, mantener en todo momento la avidez y curiosidad intelectual, y lo más difícil, cultivar celosamente su independencia personal, desoyendo los cantos de sirena de esnobs y mandarines (se paga un elevado precio por ello). La labor creativa es siempre un trayecto de largo recorrido.
23. Ruth Prieto: ¿Qué le hace reír?
Benet Casablancas: Un buen film de Charles Chaplin, los Hermanos Marx, las comedias de Lubitsch o Wilder, el humor negro de Hitchcock, los juegos de palabras de algunos aforistas... Sin olvidar lo cómico musical, claro, a cuya exploración he dedicado un libro entero! Y por supuesto la estupidez humana en todas sus manifestaciones, que autores como Gogol, Chejov o Bernhard tan bien supieron plasmar.
24. Ruth Prieto: ¿Qué le hace llorar?
Benet Casablancas: Ciertas músicas, tal es su perfección, que parecen confrontarnos directamente con el misterio, con lo inexplicable; el recuerdo de los seres queridos que nos dejaron, pero que permanecen vivos en el recuerdo.
25. Ruth Prieto: ¿A qué compositor invitaría a comer a casa?
Benet Casablancas: Pese a lo solitario y absorbente de nuestro trabajo, he compartido veladas estupendas con muchos de mis colegas. De entre los foráneos, Benjamin, Harvey, Lindberg o Hosokawa, algunos de ellos buenos amigos, serían opciones estupendas.
26. Ruth Prieto: ¿Con cuál se sentaría a charlar horas y horas?
Benet Casablancas: Una larga sesión con Schönberg, Berio, Ligeti o Cerha, maestros en el sentido más profundo del término, podría resultar una experiencia apasionante, como he tenido el privilegio de constatar en el caso de los dos últimos citados. Sin olvidar a personajes de otros campos, George Steiner o Philip Roth, pongamos por caso. Por suerte, y gracias a los libros, podemos conversar en todo momento y lugar con los mejores espíritus de la humanidad!
27. Ruth Prieto: ¿Tiene usted “compositor de cabecera”?
Benet Casablancas: Johann Sebastian Bach (los nombres de pila son importantes, ya que siento también una gran estima por la música de varios de sus hijos). Comparto plenamente la expresión de Webern: “En Bach está todo”!
28. Ruth Prieto: Alguna manía a la hora de componer….
Benet Casablancas: Encontrar el estado de ánimo –y la disciplina propicias. Mi mesa, mis lápices, mis papeles, mi pluma… En general, un proceso más bien lento, aunque, por otra parte, pueda escribir o pensar música en cualquier tiempo y circunstancia.
29. Ruth Prieto: Un libro indispensable…
Benet Casablancas: Me lo pone muy difícil. Pongamos tres: los Sonetos de Shakespeare, la Autobiografia de Canetti, las memorias de Nabokov. Y un cuento prodigioso de Joyce: Los muertos.
30. Ruth Prieto: Una película…
Benet Casablancas: El bazar de las sorpresas (The shop around the corner) de Ernst Lubitsch, un canto agridulce –y muy musical!- a la alegría de vivir.
31. Ruth Prieto: Una canción que le arregle un mal día…
Benet Casablancas: “Mondnacht” de Schubert. Pero también “Night and day” (por Ella Fitzgerald), “Ruby my dear” (al piano Thelonius Monk) o “Cantando bajo la lluvia”!
32. Ruth Prieto: Un personaje del teatro imprescindible…
Benet Casablancas: Hamlet, pero déjeme citar también a Antígona, Prometeo, Prospero …
33. Ruth Prieto: ¿Qué piensa de la política?
Benet Casablancas: En plena época de desafección y crisis generalizada en todos los órdenes, conviene preservar sus valores más profundos, urgiendo a su pronta y radical regeneración.
34. Ruth Prieto: ¿Tiene algún sueño recurrente?
Benet Casablancas: No suelo recordar mis sueños, quizás porque de día ando muy enfrascado en mis pensamientos …
35. Ruth Prieto: Tres obras maestras de la historia de la música
Benet Casablancas: ¿Tres solamente? Qué se le va a hacer! Depende del momento y la ocasión, pero ahora mismo mencionaría el Requiem de Ockeghem, el Cuarteto op. 130 de Beethoven y Petrouskha de Stravinsky. De ser diez, seguiría con la Misa en si menor de Bach, Nozze di Figaro de Mozart, la Segunda Sinfonia de Brahms, Parsifal de Wagner, El Mar de Debussy, Wozzeck de Berg, y el Requiem de Ligeti.
36. Ruth Prieto: ¿Qué le queda de hacer en música, que no hay hecho todavía?
Benet Casablancas: Un montón de cosas, quizás las más importantes, o por lo menos en eso confío! Stravinsky decía que nunca se escribe la obra que uno se había propuesto escribir. Y con los años el listón de la exigencia no hace sino subir. El próximo es siempre el reto más ilusionante, y en mi caso, lo es doblemente, por la envergadura del proyecto. Me refiero a la ópera que preparamos con Rafael Argullol para el Gran Teatre de Liceu. Estamos ya trabajando en ella, labor que centrará todos mis esfuerzos creativos en los próximos dos años. Paralelamente, estoy ultimando una obra para orquesta de cámara en homenaje a Montsalvatge, que será estrenada en la serie de conciertos de la Morgan Library de Nueva York en otoño de este año.
37. Ruth Prieto: ¿Cuál es su pasatiempo favorito?
Benet Casablancas: La lectura, el cine, explorar museos y librerías de lance, reordenar mi biblioteca, leer partituras y escuchar música! Finalmente, todo redunda en el trabajo, constituyendo al mismo tiempo diversiones muy gratificantes.
38. Ruth Prieto: ¿Cuál considera que es su estado actual de ánimo?
Benet Casablancas: Expectante y un poco agotado después de las recientes emociones. La sensación de vivir un momento decisivo de mi trayectoria musical y personal.
39. Ruth Prieto: ¿Tiene usted algún lema?
Benet Casablancas: Intentar hacer el trabajo lo mejor posible, sin regatear esfuerzos… y después ya se verá!
40. Ruth Prieto: ¿Qué diría Benet Casablancas de Benet Casablancas?
Benet Casablancas: Que lo digan los demás. Sigo mi camino, intentando ser siempre positivo y sumar.
Benet Casablancas, Sabadell, Abril 2012
La fotografía de Benet Casablancas es de Xavi Olivé