ISSN 2605-2318

Entrevistas

Ismael G. Cabral | «La música de Sorabji vuelve el tiempo elástico, lo deforma, es como entrar en otra dimensión» Abel Sánchez-Aguilera


29/07/2020

Una entrevista de Ismael G. Cabral para El Compositor Habla.





























La obra de Kaikhosru Shapurji Sorabji (Reino Unido, 1892-1988) aparece en el horizonte de la música del siglo XX como un verso suelto, como un extraviado ajeno a cualquier vanguardia imperante. La profusion ornamental y las duraciones desmesuradas son santo y seña de un catálogo casi absolutamente pianístico que, en las últimas décadas, está gozando de una esmeradísima atención por parte de importantes solistas. A la lista formada por John Ogdon, Michael Habermann, Fredrik Ullen, Geoffrey Douglas Madge y Jonathan Powell (quien recientemente ha publicado la Sequentia Cyclica super Dies Irae ex Missa pro Defunctis, de ocho horas de duración) se suma al fin un músico español, el pianista Abel Sánchez-Aguilera. El sello Piano Classics ha editado recientemente la Toccata Seconda, una obra inédita hasta la fecha que constituye el punto de partida fonográfico de la relación del intérprete con la obra del inglés. Que en el catálogo de páginas en repertorio de Aguilera se encuentren obras de Scriabin, Radulescu y Boulez señalan la natural afinidad que puede sentir con los horizontes rizomáticos, laberínticos de Sorabji, un compositor que pertenece al más palpitante modernismo musical.
 
1. Ismael G. Cabral: ¿Cuál fue su primer contacto con la música de Sorabji?
 
Abel Sánchez-Aguilera: Lo descubrí en 2008 en Estados Unidos. Encontré algunas de las partituras de su primer período, muchas de ellas por aquel entonces no habían sido todavía publicadas. En Boston hice numerosas visitas a la Biblioteca de Música de la Universidad de Harvard y copié un buen número de sus obras. Al principio no tenía una intención decidida de estudiarlas, simplemente me parecieron muy interesantes porque Sorabji tuvo una manera de escribir para el piano que no se puede comparar con ningún otro compositor.
Poco después conocí el Sorabji Archive y comprobé que, en efecto, muchas de sus obras estában todavía en forma manuscrita. Me interesé por hacer yo mismo ediciones de algunas obras inéditas y poco a poco comencé a pensar que todo ese material merecía muchísimo la pena. Finalmente me decidí a estudiar la Toccata Seconda, la única vez que se había interpretado fue en diciembre de 1936. Lo hizo el propio compositor. 80 años después yo estaba ante ella.



 
2. I.G.C: ¿Por qué esta obra?
 
Abel Sánchez-Aguilera: Fue escrita en la década de 1930, entre 1933 y 1934, la etapa creativa más prolífica de Sorabji. Él escribió música continuamente y a mucha velocidad, hilvanaba una obra gigantesca con otra, sin parar. La Toccata Seconda la compuso después de su enorme Opus clavicembalisticum. Son los mismos años de la Sinfonía para órgano, las Variaciones sinfónicas y la Sinfonía Tántrica para piano.

La Toccata está en ese contexto de madurez temprana en el que el compositor ya había encontrado su lenguaje y todas las influencias más importantes (Busoni, Scriabin, Szymanowski) estaban perfectamente integradas.
 
3. I.G.C: ¿Cómo logra Sorabji, a pesar de la enorme complejidad de sus obras, eludir la sensación de música puramente virtuosa, pirotécnica?
 
Abel Sánchez-Aguilera: Porque su complejidad es completamente orgánica, quiero decir con esto que forma parte de la misma música, no se entiende sin ella. La dificultad es su vocabulario. Suelo comparar su música con la pintura del Bosco (no es casualidad que eligiera un fragmento de una obra suya para ilustrar el álbum); implica gran cantidad de detalle, composiciones muy densas en las que, sin embargo, no hay nada gratuito. Sorabji comparaba su manera de componer con la forma en la que los artesanos de Oriente Medio elaboran su artesanía. Por supuesto que él era consciente de la música tan compleja que escribía, pero necesitaba esa escritura ornamentada y polifónica para expresarse.
 
4. I.G.C: ¿Una búsqueda quizá de cómo trascender el concepto occidental de escucha?
 
Abel Sánchez-Aguilera: No sé si eso era algo que él pretendía pero desde luego, lo logró. Porque la experiencia de escuchar sus obras más extensas es muy especial, es como si el tiempo se volviera elástico, se deformara y no fuera exactamente paralelo al tiempo real... como entrar en otra dimensión.

"Después de oír una obra de Sorabji suele ocurrir que la sensación del tiempo transcurrido es mucho menor del que, en realidad, efectivamente ha pasado".
 








5. I.G.C: Con su actitud huidiza y su elevada exigencia Sorabji otorgó una cierta aura de misterio a su música...
 
Abel Sánchez-Aguilera: Bueno la verdad es que su relación con el público y con la experiencia del concierto era compleja. Él decidió en un momento determinado prohibir la interpretación de su música porque le parecía que era mejor que su obra no se tocara en absoluto a que se tocara mal. Hizo todo lo posible por evitar cualquier ejecución de sus obras y hubo años en los que no se oyó públicamente una sola nota. Componía para sí mismo y no creo que ni siquiera llegara a imaginar un momento como el actual, en el que tantas obras suyas han sido grabadas y hay una pequeña pero militante nómina de pianistas dispuestos a seguir difundiendo su legado. Sorabji decía no sé si en serio o en broma que una de las razones por las que escribía una música tan difícil era para disuadir a intérpretes mediocres.
 
6. I.G.C: ¿Cómo vivió la experiencia de la primera interpretación pública de la Toccata Seconda, con sus 145 minutos de duración?
 
Abel Sánchez-Aguilera: Es la obra más compleja que he tocado y la que más tiempo me ha costado preparar. Pero cada uno de los conciertos que he dado han sido un gozo para mí. Al igual que hablábamos antes del punto de vista del auditor, para el intérprete la duración también parece menor de la que en realidad es, y lo mismo pasa con el esfuerzo. Cuando comienzo a tocarla simplemente me dejo llevar por el caudal.  Tengo previsto volver a interpretarla en noviembre de este año en 's-Hertogenbosch (Holanda). Y me encantaría poder encontrar una ciudad en España en la que dar una audición íntegra.



 
7. I.G.C: ¿Hay alguna predisposición mejor que otra para, como oyentes, penetrar en este universo?

Abel Sánchez-Aguilera: Para tener la experiencia global es necesario estar dispuestos a escuchar de principio a fin, sin interrupciones y sin ningún descanso, una de sus obras. Porque solo así el aprendizaje es completo. Si hablamos de las Toccatas cada una de ellas es monotemática, tiene un tema o motivo fundamental del que se deriva todo el material. Ahora bien tampoco es que me parezca una mala idea acercarse a ella poco a poco para familiarizarse con el lenguaje y como preparación previa a una escucha plena. En la Toccata Seconda los movimientos lentos (Aria y Notturno) son ideales para esto.
 
8. I.G.C: En cierto modo Sorabji no está lejos del afán por extender el tiempo de Morton Feldman y, a la vez, no se me ocurren dos músicos estéticamente más antagonistas...
 
Abel Sánchez-Aguilera: Sí, tiene razón. La idea de habitar el sonido está presente por supuesto en Feldman pero también lo está en Sorabji, en su caso más que a través de la repetición de elementos sencillos mediante la construcción de estructuras muy complejas y de desarrollos enormes. Yo haría incluso un paralelismo con el drama musical de Wagner, ese desarrollo continuo tan característico está también muy presente.
 
9. I.G.C: ¿Cuál será la siguiente obra de Sorabji que aborde?
 
Abel Sánchez-Aguilera: Cuando el disco con la Toccata Seconda estaba en proceso de producción tuve noticias del Archivo Sorabji. Se había encontrado en una colección privada el manuscrito de la Toccata Terza, que se creía perdida. Son 10 movimientos, algo menos de dos horas de música. Tengo el encargo de hacer el estreno mundial y espero, naturalmente, poder llevarla también al disco.  Pero no solo estoy centrado en la música de Sorabji, también llevo meses estudiando a Scriabin, de quien en 2022 se celebrará el 150 aniversario de su nacimiento. Espero tocar entonces su obra completa.
 

Más información en la web del Archivo Sorabji

Más información en la web de Abel Sánchez-Aguilera

Las fotos de Abel son autorretratos y han sido facilitados por el pianista.
 
 
© Ismael G. Cabral - julio 2020
 
Ismael G. Cabral
Soy periodista (no solo) cultural en Sevilla. Pasé 16 años en la redacción de 'El Correo de Andalucía' (2002-2018). Actualmente escribo sobre música en las revistas 'Ópera Actual', 'Scherzo', 'Sul Ponticello' y El Compositor Habla. Y sobre animales en el portal 'Wamiz'. En el pasado, también investigué radio y televisión. Buscando nuevos horizontes.


 



 



 

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