El de este compositor es un viaje permanente. Un ir y venir que no le da tregua. José María Sánchez-Verdú (Algeciras, Cádiz, 1968) no ha gastado pereza para hacer la maleta y convertirse en frecuentador de aeropuertos. Fue joven promesa, y así lo titulamos hace años, aunque hoy es un compositor más que consolidado, multipremiado y sólido (sus obras recorren el mundo y se escuchan en los principales auditorios). El Festival Internacional de Música y Danza de Granada, del que Antonio Moral se despide este año como director, le ha dedicado su residencia en esta edición en la que estará presente con doce obras, cinco de ellas estreno. Y entre estas, también, un homenaje que tendrá como protagonista a Manuel de Falla, que contará con el bailarín Israel Galván y el músico Benjamin Alard, a los mandos de la dirección artística de este Concierto para clave y cinco instrumentos, que es una de las fechas en rojo en el extenso calendario del encuentro musical. Meses atrás ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Cuando pasea por Düsseldorf le gusta percibir esa calma “de una ciudad en la que parece que siempre es domingo”, en contraposición con la ruidosa Madrid. Estudió Composición, Musicología y Dirección en la capital de España y Frankfurt y ha sido profesor estable de Composición en varios centros europeos. Desde 2019 es catedrático de Composición del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
1. Gema Pajares. ¿Le ilusiona ser el compositor residente de este año en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada? Recuerdo que fue el primero en residencia en el CNDM (2014-2015).
José María Sánchez-Verdú. Me parece una idea bastante bonita la de poder unir la figura de un compositor, que es, por otro lado, muy centroeuropea y que se da en Austria, Suiza o Alemania, con una ciudad a la que me siento muy unido y donde viví hasta los 18 años. Es una estupenda manera de conjugar ambas.
2. G. P. ¿Le costó mucho a Antonio Moral, director del Festival, venderle la idea? Va a llevar a Granada nada menos que doce obras de todos los géneros.
José María Sánchez-Verdú. Efectivamente. Son muchas. Él me dio esa sorpresa a bocajarro. Me habló de varios conciertos en torno a la figura de Manuel de Falla y de proyectos donde pudieran hallar su lugar junto con obras de nueva creación. Nos pusimos manos a la obra. Y así se fueron encajando las piezas, poco a poco y con cuidado. Él conoce perfectamente varias de mis obras, como, por ejemplo,
Nosferatu. También mis once cuartetos y aquí se van a escuchar cuatro de cuerda. En el caso de Falla, se trata de obras en las que él se inspiró, concretamente de Juan Vásquez y de Tomás Luis de Victoria, y de las que yo he hecho nuevas versiones que se escucharán en Granada por primera vez: De Vásquez, un arreglo para clarinete y violonchelo y de De Victoria, un arreglo para quinteto de flauta, oboe, clarinete, violín y violonchelo. Y a esto hay que sumarle tres canciones de Schubert y dos de las obras mías que creo son más importantes,
Ínsulas extrañas y
Jardín de agua II.
3. G. P. Sánchez-Verdú va a dialogar con Schubert.
José María Sánchez-Verdú. Así es. Serán los dos
Tríos con piano de Schubert, escritos un año antes de que falleciera, que se van a poder escuchar junto a dos obras mías,
…In aeternum, una pieza de 1996 que un año después pasaría a ser el quinto movimiento de
Trío II, y
Jardín de agua II, que es mi sexto trío, un estreno absoluto y que he compuesto por encargo del festival, inspirado en la idea del agua, de ahí que el escenario elegido sea el Patio de los Arrayanes. Una inspiración que tiene su centro en el arte árabe, al que estoy muy unido y que tanto me ha influido a la hora de crear. El concierto será interpretado por el Trío Arbós.
4. G. P. Hábleme de
Ínsulas extrañas.
Jose María Sánchez-Verdú. Es una obra muy especial para mí, también estreno absoluto y encargo del Festival. El nombre recoge el verso de San Juan de la Cruz en su poema
Cántico espiritual. En la misma ladera de la montaña estuvo el monasterio donde vivió San Juan de la Cruz, y a pocos metros de ahí estuvo siglos después la casa de Manuel de Falla. Yo he tratado de jugar con esa unión de tiempos tan lejanos, de mundos tan diferentes y unirla a la mística.
5. G. P. La Orquesta Ciudad de Granada va a interpretar su
Nosferatu dirigida por usted, al tiempo que se proyecta la película de Murnau de 1922. Otra de las fechas imperdibles en este Festival.
José María Sánchez-Verdú. Una parcela de mi trabajo, por estudios y por experiencia, es la dirección. Sobre todo fuera de España. El poder trabajar con la Orquesta Ciudad de Granada de nuevo es un lujo. Y con su coro. Creo que es la tercera vez que la dirijo. En este caso se une mi dirección con la obra orquestal de 93 minutos que hice para la película
Nosferatu de Murnau en 2003. Quizá ha sido hasta ahora una de mis obras más programadas en el mundo. Creo que la habré dirigido unas 14 ó 15 veces por toda Europa y América (desde Salzburgo hasta el mismísimo Teatro Colón de Buenos Aires). Y también grandes directores la han hecho suya (Encinar, Schliegensippen, De Paz, etc…). La película de Murnau es una joya del cine, y es la primera vez que se presentará en Granada.
6. G. P. Además, va a coordinar el curso
Poéticas de la creación actual.
José María Sánchez-Verdú. El curso continúa la idea que siempre he perseguido de establecer relaciones entre las artes y las ciencias, el pensamiento y la tecnología, es decir, la multidisciplinariedad. No es un curso de composición tradicional al uso. Se trata de un encuentro muy potente con gente muy potente también, como Chantal Maillard, Ramón Andrés, Marina Hervás, Ángela García de Paredes, Alberto Carretero y Nieves Muriel, que yo voy a coordinar, que nace con la idea de crear un diálogo entre disciplinas y en el que la composición va a hablar con la poesía, la filosofía o la arquitectura. Las artes plásticas, la arquitectura, etc…, van a aparecer no como una mera ornamentación o un adorno sin más, sino como base para un diálogo vital.
7. G. P. Hablando de creación musical, ¿a qué retos se enfrenta y cuáles son sus principales problemas?
José María Sánchez-Verdú. La creación hoy en Europa vive un momento de riqueza; el mundo se está alimentando de nuevas realidades tecnológicas y en ese sentido la creación está muy viva en lo espiritual, con múltiples posicionamientos y búsquedas, con compositores que salen por Europa con lo que ello implica de diálogo entre culturas, lenguas y creación actual. En España hasta hace diez años hubo una apuesta de primer orden que en los últimos años ha ido a mucho menos, no hay más que mirar la labor de instituciones como el Centro Nacional de Difusión Musical o la Fundación BBVA que han reducido enormemente su apuesta por la música de hoy y que yo espero que esto cambie en el futuro. Esa labor de encargo de obras ha resultado bastante importante y ha dado frutos. La situación hoy ha cambiado y los encargos se han reducido, aunque quiero pensar que se trata de ciclos, que vivimos en una permanente transición y que este periodo dará lugar con el tiempo a otro nuevo. Lo que sí que creo firmemente es que no debemos de quejarnos tanto e ir cambiando, porque somos trashumantes por naturaleza. Yo, por ejemplo, podría haberme quedado como catedrático en Alemania y preferí venirme a España, y ha sido un periodo fructífero.
8. G. P. Quizá uno de los principales problemas es que a quienes nos gobiernan no les importa demasiado la cultura. Y la música, aún menos.
José María Sánchez-Verdú. La política es totalmente cortoplacista y se guía exclusivamente por la rentabilidad de los votos. La formación cultural en España en materia musical es bajísima y es un problema que no se afronta. El resultado es un diálogo de sordos en el que la música, en el
ranking de las artes y la cultura, siempre ocupa los últimos puestos, es la más deficiente. Algunos políticos yo creo que no saben ni cómo se aplaude en un auditorio. Poseemos una riqueza cultural patrimonial extraordinaria.
«Ya sabes que cuando no se sabe qué hacer con un político, dónde mandarle, siempre acaba como concejal de Cultura o como ministro»
9. G. P. Nos invade una estandarización en todos los campos de la vida. ¿En la música también?
José María Sánchez-Verdú. Totalmente. No hay más que pararse a mirar cómo son las formaciones de las orquestas y las programaciones de los auditorios para darse cuenta de que la reiteración es constante, que se repiten las mismas obras de los mismos compositores con demasiada frecuencia, como si hubiéramos entrado en un bucle. No se trata de volver al pasado para repetir lo ya hecho. Me cuesta entender esos prejuicios que se dan bastante más entre los músicos que en el mundo de la arquitectura, el arte o en la filosofía. Y contra eso tenemos que luchar, contra ese sentimiento antropofágico de repetir siempre lo sabido, lo oído. La música está hecha para sentirla, no para entenderla.
10. G. P. El color y el silencio son dos elementos fundamentales en sus obras. Hábleme de ellos.
José María Sánchez-Verdú. Sí, lo son. Sobre todo, el color. Y es que muchas de mis obras incorporan colores, están dentro de la propia partitura. Veo las notas con colores, soy sinestésico. En cuanto a la idea del silencio, está muy ligada a la arquitectura y un ejemplo de ello, por ejemplo, es la obra de Pablo Palazuelo. He aprendido bastante más de las artes plásticas que de la música para tomar mis ideas musicales. Me ha fascinado, y aún me sigue fascinando, ese mundo de la superficie, la geometría, la repetición de patrones, el mundo de la ornamentación árabe una vez más. Y mis obras entablan con todo ello un diálogo directo. Tiene que ver con la percepción, entendida en un sentido amplio, no únicamente desde el punto de vista sonoro. La música que hago es muy fisiológica, no está pensada solo para el intelecto, para entenderla, sino para sentirla, para que te toque la piel. No conozco música más intelectual que la de Bach ni más compleja que la de Mozart. ¿Y somos capaces de entender a Mozart? No, pero sí lo reconocemos, por el lenguaje que utiliza, que ya tenemos interiorizado.
«Necesitamos auditorios con público que tenga los oídos limpios de prejuicios»
11. G. P. No sé si pide usted demasiado…
José María Sánchez-Verdú. En materia musical existe una cerrazón absoluta: solo es música aquello que hemos estudiado y aprendido y a lo que no somos capaces de reconocer no le damos valor. En Centroeuropa los conciertos se llenan de público, que está deseoso de compartir experiencias, de llenarse los oídos, de disfrutar y de sentir. La Filarmónica de Berlín hace el mejor Mozart y la mejor creación actual. ¿Por qué van a ser incompatibles? El hábito es el hábito.
«El público allí ha crecido gracias a los gestores que pueden llevar a las salas el repertorio del siglo XX»
12. G. P. ¿Sería fundamental que se enseñara música actual en los conservatorios españoles?
José María Sánchez-Verdú. Hay colegas míos que ya lo están haciendo. Transmitir es responsabilidad del profesor, de quien enseña, y si no lo haces están hurtando esa posibilidad de conocimiento. Me parece relevante que se haga, aunque la música del siglo XX ya es antigua porque ya estamos en el XXI. Vuelvo a la idea de que es necesario abrirse.
13. G. P. ¿Se le dan facilidades suficientes en España al compositor para que trabaje, pueda estrenar su obra, se pueda ver en diferentes teatros, salga fuera de España y se conozca?
José María Sánchez-Verdú. Son demasiadas cosas. Es bastante complicado y yo diría que solo uno o dos pueden vivir de la música y considerarse afortunados por ello. Y fuera de España sucede algo similar. No obstante, no me quejo y me considero profeta en mi tierra porque mis obras se estrenan, se repiten, se escuchan en teatros y auditorios. Esto tendría que ser la norma, sobre todo, para las generaciones que vienen detrás de la nuestra, que hubiera propuestas capaces de enriquecer el panorama de la creación musical.
14. G. P. La docencia es fundamental en su carrera. ¿Se puede enseñar a componer o es una quimera? ¿Y si un alumno quiere imitar al maestro?
José María Sánchez-Verdú. Me horroriza que un alumno me pueda imitar. Cada uno es como es y lo que tiene que hacer el profesor es fomentar esa personalidad única. Trabajar con ellos, enseñarles las técnicas, transmitir formas de trabajo, ampliar la mirada, encauzar, empujarlos…, y aprender de ellos, aunque una parte fundamental es la que ya trae el compositor cuando llega al aula. Si no hay talento no se puede ser poeta. Es muy difícil enseñar a componer. Muchos alumnos acaban Composición y se disuelven. Yo he vivido grandes satisfacciones como profesor, con excelentes alumnos en Alemania en Düsseldorf o en España en Zaragoza, donde existió un departamento excepcional del que ha salido una pléyade de compositores que constituyen una estupenda generación y que tiene poco más de treinta años. Grandes colegas que han salido de mi aula y que son un orgullo.
15. G. P. El estreno de su ópera
Gramma (Jardines de la escritura), que se iba a producir en el Teatro Real cuando Gerard Mortier era director artístico, quedó en el aire. ¿Se podrá volver a retomar? ¿Hay interés en ella?
José María Sánchez-Verdú. Era mi cuarta ópera y no se pudo estrenar. El proyecto se paró y no siguió adelante. En Centroeuropa, en Múnich y Dresde, y en El Cairo, sí se ha visto, pero en España, nunca. Tiene una escenografía bárbara en forma de
scriptorium que está en Barcelona. Ya veremos. Por ahora no hay noticias.
16. G. P. ¿En qué está trabajando? ¿Alguna ópera nueva?
José María Sánchez-Verdú. Estoy volcado en Granada. Tengo dos obras para orquesta muy potentes: una para Amberes que interpretará la Antwerp Symphony Orchestra, y otra para Granada que interpretará la Orquesta Ciudad de Granada, un encargo del patronato por los cuarenta años de la declaración de la Alhambra como patrimonio de la Unesco. Y estoy con mi ópera decimocuarta, un proyecto enorme del que poco te puedo adelantar y en el empezaré a trabajar en breve.Es un proyecto muy ambicioso, superpotente, que se está perfilando y que se va a coproducir entre varios teatros. Tendrá una duración de dos horas y media o tres.
Ficha:
Festival Internacional de Música y Danza de Granada
Patio de los Arrayanes
17 de junio, a las 22:30 h.
Trío Arbós
Piano: Juan Carlos Garvayo.
Violín: Ferdinando Trematore.
Violonchelo: José Miguel Gómez.
José María Sánchez-Verdú (1968): ...In aeternum (del Trío II) (1996)
Franz Schubert (1797-1828): Trío con piano en si bemol mayor, D 898, op. 99 (1827)
José María Sánchez-Verdú: Jardín de agua II (Trío VI) (2024) *
Franz Schubert: Trío con piano en mi bemol mayor, D 929, op.100 (1827)
* Estreno absoluto, encargo del Festival de Granada
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Patio de los Inocentes
18 de junio, a las 21:30 h.
Israel Galván y Benjamin Alard
Baile: Israel Galván
Clave y dirección: Benjamin Alard
Violín: Miguel Colom
Violonchelo: Fernando Arias
Flauta: Álvaro Octavio
Oboe: Ángel Luis Sánchez
Clarinete: Vicente Alberola
Manuel de Falla, entre la influencia y la creación
Johann Sebastian Bach (1685-1750): Affettuoso del Concierto de Brandemburgo nº 5 en re mayor, BWV 1050 (para flauta, violín y clave. 1720-21)
José María Sánchez-Verdú (1968): Las ínsulas extrañas (2024) *
Domenico Scarlatti (1685-1757): Sonata para clavicémbalo en si menor, K. 87 (L. 33)
Juan Vásquez (c. 1500-c. 1560) / José María Sánchez-Verdú
De los álamos vengo, madre (arreglo para clarinete y violonchelo, 2024)*
Tomás Luis de Victoria (h. 1548-1611) / José María Sánchez-Verdú
Tantum ergo (arreglo para quinteto de flauta, oboe, clarinete, violín y violonchelo, 2024)*
Manuel de Falla (1876-1946): Concierto para clavicémbalo, flauta, oboe, clarinete, violín y violonchelo (1923-26)
* Estreno absoluto, encargo Festival de Granada—------------------------------------------------------------------------
Patio de los Arrayanes
24 de junio, a las 22:30h.
Schumann Quartett & Seon-Jin Cho
Violín: Erik Schumann
Violín: Ken Schumann
Viola: Veit Hertenstein
Violonchelo: Mark Schumann
Piano: Seong-Jin Cho
I
José María Sánchez-Verdú (1968): BARZAJ (Cuarteto de cuerdas nº 10) (2014-15)
Ludwig van Beethoven (1770-1827): Cuarteto nº 12 en mi bemol mayor, op. 127 (1823-24)
II
Béla Bartók (1881-1945): Quinteto para piano y cuerdas en do mayor, Sz. 23 (1903-1904, rev. 1920)
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Quartet Gerhard
Crucero del Hospital Real
29 de junio, a las 12:30 h.
Quartet Gerhard
Violín: Lluís Castán Cochs
Violín: Judit Bardolet Vilaró
Viola: Miquel Jordà Saún
Violonchelo: Jesús Miralles Roger
I
José María Sánchez-Verdú (1968): Arquitecturas de la memoria (Cuarteto de cuerda nº 7) (2004)
Antoni Ros-Marbà (1937): Quartet Tardoral (2021-2022)
II
Franz Schubert (1797-1828): Cuarteto de cuerda nº 15 en sol mayor, D 887 (1826)
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Centro Federico García Lorca
4 de julio, a las 20:00h.
Soprano: Raquel Lojendio
Piano: Aurelio Viribay
Lorca en forma de canciones
María Teresa Prieto (1896-1982): Alto pinar (1939) y Cautiva (1940)
Francis Poulenc (1899-1963): Trois chansons de Federico García Lorca (1947)
Jesús Legido (1943): Tríptico lorquiano (2016)
Antón García Abril (1933-2021): Tres canciones españolas (1962)
Borja Mariño (1982): Vaqueros en Nueva York (2024)
José María Sánchez-Verdú (1968): Dos canciones sobre texto de F. García Lorca (I. Silencio, II. Sorpresa) (1990)
Miquel Ortega (1963): Romance de la luna, luna (1992), Memento (1994)
y Canción del jinete (1995)
Federico García Lorca (1898-1936): Canciones españolas antiguas (Selección. Recogidas y armonizadas por Federico García Lorca)
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Teatro Caja Granada
9 de julio, a las 20:00 h.
SIGMA Project
Saxofones: Andrés Gomis, Ángel Soria, Alberto Chaves y Josetxo Silguero
Acordeón: Iñaki Alberdi
Espacio escénico: Javier Larreina
José María Sánchez-Verdú (1968): KHÔRA (ciclo para cuarteto de saxofones y acordeón microtonal) (2012-2019)
Estreno absoluto de la versión escénica
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Colegio Mayor Santa Cruz la Real
11 de julio, a las 22.30 h.
Nosferatu
Orquesta Ciudad de Granada
Coro de la OCG (Héctor E. Márquez director)
Acordeón: Iñaki Alberdi
Director: José María Sánchez-Verdú
Nosferatu. Eine Symphonie des Grauens (Nosferatu. Una sinfonía del horror, 1922)
Película de Friedrich Wilhelm Murnau (1888-1931)
Música de José María Sánchez-Verdú (1968)
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Crucero del Hospital Real
13 de julio, a las 12:30 h.
Cosmos Quartet
Violín: Helena Satué,
Violín: Bernat Prat
Viola: Lara Fernández
Violonchelo: Oriol Prat
Soprano: Katharina Konradi
I
Franz Schubert (1797-1828) / José María Sánchez-Verdú (1968)
Wandrers Nachtlied D 768, An den Mond D 259, Gretchen am Spinnrade D 118 (arreglos para soprano y cuarteto de cuerdas, 2024)*
Franz Schubert / Aribert Reimann (1936): Mignon (transcr. 1995)
II
Franz Schubert: Cuarteto nº 13 en la menor «Rosamunde», D 804 (1824)
* Estreno absoluto, encargo del Festival de Granada y la Schubertíada Vilabertran
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Monasterio de San Jerónimo
14 de julio, a las 12:30 h.
Academia Barroca del Festival de Granada
Director: Aarón Zapico
Joseph Haydn (1732-1809): Die sieben letzten Worte unseres Erlösers am Kreuze, HOB.XX:1 (Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz, 1787)
José María Sánchez-Verdú (1968): SHEBA (Siete estudios para orquesta histórica sobre Die sieben letzten Worte unseres Erlösers am Kreuze de J. Haydn) (2018) *
* Estreno en España
Las fotos de José María son de
Julio Jaime Fotografía, cortesía del compositor
Más información en el
Festival de Granada
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