«Nos preocupa mucho transmitir a las nuevas generaciones todas las obras que hemos estrenado» Franck Chevalier
16/06/2025
Una entrevista de Paco Yáñez para El Compositor Habla
La octava edición del Festival RESIS de Música Contemporánea de La Coruña ha vuelto a contar en 2025, por segunda ocasión en la historia del festival, con la presencia de uno de los cuartetos de cuerda más importantes del mundo, así como uno de los que ha dedicado una atención prioritaria a la música contemporánea desde su fundación en el año 1996, el Quatuor Diotima.
Viola del Quatuor Diotima, del que en la actualidad es su miembro más veterano, Franck Chevalier (Flers, 1973) habló con El Compositor Habla en su última visita al Festival RESIS, el pasado 3 de mayo, día en el que el Quatuor Diotima interpretó en la Iglesia de las Capuchinas obras de Pierre Boulez, Márton Illés y Helmut Lachenmann.
La muy cercana relación que el Quatuor Diotima ha tenido con estos tres compositores nos sirve de base para una entrevista en la que abordamos la vida y los desafíos que un cuarteto de cuerda tiene en la actualidad, en el contexto de un recorte en los presupuestos musicales a escala global que Franck Chevalier cree especialmente preocupante en lo referido a la música de cámara.
Sirva esta entrevista, por tanto, para reivindicar no sólo la música de cámara, sino al cuarteto de cuerda como uno de los géneros que más calidad ha aportado a la historia de la música y al propio ser humano, a través del diálogo en profundidad que sus cuatro instrumentos nos ofrecen.
1. Paco Yáñez: Ésta es la segunda vez que el Quatuor Diotima toca en el Festival RESIS. ¿Qué recuerda de su concierto de hace dos años, que fue realmente excepcional?
Franck Chevalier: Muchas gracias por el comentario. Recuerdo la calidad del público, porque el programa creo que era muy interesante: el Cuarteto de cuerda n.º 2 (1968) de György Ligeti; Grido (2001, rev. 2002), de Helmut Lachenmann y la Große Fuge (1825-26) de Ludwig van Beethoven. En primer lugar, había mucha gente en el público, así que nos sorprendió mucho, pero también la calidad de aquella gente era increíble. Los mejores conciertos que hacemos es cuando el público está realmente con nosotros, y en RESIS sentimos eso, que teníamos esa fuerza, esa electricidad y esa escucha por parte del público. Así que fue un momento muy especial.
2. P.Y.: ¿Qué le gusta del Festival RESIS?
Franck Chevalier: En primer lugar, me gusta el hecho de que exista, porque hoy en día es cada vez más y más difícil tener festivales dedicados a música contemporánea con una estética que sea el resultado de un compromiso, con un objetivo claramente marcado de querer mostrar la diversidad, pero también de incorporar a su programación las obras más difíciles. Así que esto lo valoramos y lo apreciamos mucho. Además, la diversidad de los programas es muy interesante, así como los lugares donde tienen lugar los conciertos: las iglesias y los demás lugares son realmente muy interesantes. En general, no nos gustan las iglesias, porque nos parecen demasiado resonantes; pero las iglesias en las que hemos tocado en RESIS, la última vez [Iglesia de Santiago] y esta vez [Iglesia de las Capuchinas] son estupendas, tanto por acústica como, también, simplemente, por su propia belleza, que nos resulta muy inspiradora.
3. P.Y.: Otro de los objetivos de RESIS, que es algo que escuchamos en el concierto de hace una semana, es poner en diálogo el pasado, la tradición y el presente. Hace ocho días el diálogo se estableció entre Johann Sebastian Bach, Johannes Brahms, Wolfgang Rihm, Enrique X. Macías y Helmut Lachenmann. ¿Le gusta crear en los conciertos del Quatuor Diotima este diálogo con el pasado?
Franck Chevalier: No es sólo que nos guste, sino que es la base de lo que hacemos; incluso nuestro nombre, Diotima, fue elegido por esto mismo. Así que, por un lado, es un nombre que evoca a Luigi Nono, pero también a Friedrich Hölderlin y al Romanticismo: es algo que está realmente en nuestros genes, en nuestro ADN. De modo que, sí, creo que es superimportante, primero, pensar que la música contemporánea se convertirá alguna vez, simplemente, en música, ya que no va a ser música contemporánea para siempre, y se pondrá en el contexto de una historia más amplia. Y también, porque pensamos que el concepto de «música contemporánea» no significa nada por sí mismo. De hecho, si se piensa en lo que hay en común entre Thomas Adès, Helmut Lachenmann, Henri Dutilleux o György Ligeti, probablemente nos encontremos con que Dutilleux está más cerca de Ravel y Debussy, así como Lachenmann de Beethoven; seguramente más que el propio Lachenmann de Dutilleux.
«Creo que hay que pensar de otra manera la música contemporánea, no en términos de música contemporánea y música histórica: esa dicotomía es totalmente falsa, de modo que creo que es fundamental hacer dialogar todo»
4. P.Y.: De los compositores que ya forman parte de esa tradición y que escribieron para cuarteto de cuerda, ¿cuál le gusta especialmente o cuál le gustaría tocar más a menudo con el Quatuor Diotima?
Franck Chevalier: Es difícil elegir, porque hay muchos, pero los más importantes diría que son, quizás, Ludwig van Beethoven y Béla Bartók. ¿Por qué esos dos nombres? Porque creo que el cuarteto de cuerda no es sólo una formación como género, y el género se supone que lo inventó Haydn, pero luego Beethoven lo destruyó y le dio nuevas reglas, y más tarde Bartók hizo lo mismo.
«Por tanto, es un género que tiene algunas reglas, pero unas reglas que son flexibles, que dan la posibilidad a las propias reglas de adaptarse y reinventarse, y tanto Beethoven como Bartók lo hicieron»
5. P.Y.: La conexión, el vínculo con la tradición, en el concierto de esta noche es Pierre Boulez. Usted mantuvo una estrecha relación, como parte del Quatuor Diotima, con Boulez; de hecho lo animaron ustedes a completar Livre pour quatuor (1948-49, rev. 1954-2012). ¿Qué recuerda de aquella relación con Pierre Boulez?
Franck Chevalier: En primer lugar, nos sentimos muy honrados por haber trabajado con él, porque, por supuesto, como estudiante francés y como músico francés, Pierre Boulez era realmente un icono para nosotros: era el padre de todos los músicos franceses de la época. Dicho esto, Boulez estaba entonces un poco rodeado por una especie de corte, como si fuese un rey, así que había que pasar por varios adjuntos para conocerle, por lo que no resultaba fácil llegar hasta él. Pero esto es más para el anecdotario. Poniéndonos más serios, lo que más recuerdo son las conversaciones que mantuvimos, pero no exactamente en los ensayos, porque esta pieza, Livre pour quatuor, estaba un poco alejada de Boulez. La escribió cuando tenía veintitrés años, en 1948, y nosotros nos reunimos con él por primera vez para trabajar este cuarteto en 2011, así que ya tenía ochenta y seis años, era ya muy mayor, y podríamos decir que esta obra era como si fuese, en cierto modo, de ‘otra persona’. Así que le llevó mucho tiempo recordar el cuarteto y decir algo interesante sobre él, pero lo hizo, finalmente, porque intentó repensar exactamente los tempi y repensar los gestos, consiguiendo que le volviese a gustar Livre pour quatuor, porque creo que al principio dijo: no conozco esta obra, no estoy seguro de que sea una buena obra, así que él mismo estaba lleno de dudas sobre Livre pour quatuor. Estamos orgullosos de haber conseguido que le hubiese vuelto a gustar. La primera vez que trabajamos con él fue en Baden-Baden, donde Boulez vivía. Nos llevó a un restaurante muy agradable. Yo estaba un poco impresionado por su presencia, así que me preparé a conciencia, porque no quería parecer demasiado básico, de modo que me volví a leer muchos artículos, los libros que él escribió, todo, y le hice muchas preguntas al respecto, de modo que él estaba encantado de responder, de aclarar lo necesario. Lo recuerdo muy bien, y fueron momentos realmente preciosos.
6. P.Y.: ¿Por qué cree que Pierre Boulez tardó tanto en completar Livre pour quatuor?
Franck Chevalier: Bueno, de todos modos siempre fue lento componiendo, y era muy raro que pusiese un punto final; quiero decir que realmente trabajaba al modo de un works in progress. Pienso que Livre pour quatuor fue una obra muy importante cuando la escribió, en 1948, pero después creo que tuvo problemas consigo mismo, y por eso no quiso volver a este cuarteto, probablemente pensó: tengo otras cosas que hacer. Y también, como decía antes, creo que en realidad no le gustaba, no estaba seguro de este cuarteto. Creo que Livre pour quatuor estaba escondido en alguna parte, ya que Boulez no tenía la partitura en casa: estaba en la Paul Sacher Stiftung de Basilea, así que tuvo que ir a dicha fundación para conseguir la partitura manuscrita. Pienso que esto fue así porque no estaba seguro de sí mismo.
7. P.Y.: ¿Cuáles fueron las recomendaciones de Pierre Boulez cuando ensayaron con él o tocaron la obra en su presencia?
Franck Chevalier: El principal problema para él era el hecho de que la obra es súper compleja rítmicamente, era casi imposible de tocar sin dirigirla, porque escuchar el ritmo es tan complejo, que resulta muy difícil imaginar los propios resultados. Cuando tocamos en el cuarteto nos coordinamos, en general, por medio del diálogo entre las voces y el ritmo que hacemos con las diferentes voces, pero en esta pieza en particular es casi imposible. Esto era lo que más le preocupaba a Boulez, que no estaba nada contento con ello y por eso mismo no quería seguir trabajando con el Arditti Quartet, porque pensaba, y así nos lo dijo, que Irvine Arditti hacía demasiados movimientos al tocar para dirigir esos ritmos tan complejos, pero paralelamente se trata de movimientos que no producen ningún sonido en sí mismos y que sólo desconcentran, al mover tanto el violín, así que realmente no estaba contento con eso. De modo que intentó simplificar algunos ritmos, cambiar algunos tempi y también algunas alturas de algunas figuras, sólo para hacer los ritmos más fáciles. Por tanto, fueron pequeños cambios, como éstos; pero, aun así, seguimos teniendo que dirigir un poco, porque, de lo contrario, a veces resulta demasiado complicado. El trabajo principal que hicimos con Pierre Boulez fue éste.
8. P.Y.: Ha mencionado usted al Arditti Quartet, y es curioso que la versión final de Livre pour quatuor tuviera un estreno paralelo, al mismo tiempo, con el Quatuor Diotima y el Arditti Quartet tocando en salas diferentes. Irvine Arditti escribió sobre ello en Collaborations (Schott Music, 2023), su libro de memorias.
Franck Chevalier: Sí, fue el mismo día: el Arditti Quartet tocó en la Pierre Boulez Saal de Berlín, mientras que nosotros lo hicimos en la Philharmonie de París, pero fue Philippe Manoury quien completó la pieza, pues esto fue después de la muerte de Pierre Boulez, que no pudo hacerlo, así que es una larga historia. Irvine Arditti insistió mucho en tener Livre pour quatuor completado por Manoury, pero la Philharmonie de París no quería que la obra se estrenase en su versión completa sólo en Berlín, así que también fue una cuestión política que no tuvo nada que ver con Boulez.
9. P.Y.: El Quatuor Diotima ha grabado las dos ediciones de Livre pour quatuor: hace once años, la incompleta, en un disco publicado por Megadisc; y ahora, la edición completa, publicada por el sello Pentatone. Ambas son interpretaciones extraordinarias, no sólo por el hecho de que la última grabación incorpore la nueva parte completada por Philippe Manoury, sino por la propia calidad de la interpretación. ¿Qué han querido ustedes cambiar en su segunda grabación, del año 2023, con respecto a la primera, grabada en 2014?
Franck Chevalier: Un poco. Pero yo diría que es un tanto como el Cuarteto de cuerda en si bemol mayor opus 130 (1825-26) de Beethoven, cuando lo tocas con el movimiento que finalmente Beethoven puso de último, o si lo tocas con la Große Fuge. Si le pones un final diferente a este cuarteto de Beethoven, todo el cuarteto es diferente, porque no le da la misma arquitectura y el mismo peso a cada parte de la obra. Y ocurre un poco lo mismo con este cuarto movimiento nuevamente añadido al Livre pour quatuor de Boulez, porque si tocas la obra completa sin el cuarto movimiento, que a su vez tiene partes de los otros movimientos, pierdes un poco la comprensión de la estructura completa. De modo que, cuando se toca la pieza sin el cuarto movimiento, se parece más a un poemario, del que puedes escoger algunos poemas; pero cuando se toca la obra completa, con el cuarto movimiento completado por Philippe Manoury, entonces es realmente un cuarteto completo, desde el alfa hasta la omega.
10. P.Y.: Otra conexión con la tradición en su concierto del Festival RESIS es Helmut Lachenmann, que siempre está pensando, tocando el piano y reflexionando sobre la tradición. ¿Cuál es su relación con Helmut Lachenmann?
Franck Chevalier: Estamos muy unidos a él. Lo queremos mucho. Conocimos a Helmut Lachenmann en 1998, hace mucho tiempo, veintisiete años, y nos impresionó mucho no sólo su música, sino cómo ve toda la música, lo que piensa de la música en general. En los ensayos, durante las pausas, se iba al piano y tocaba Bruckner, Beethoven o muchas, muchas otras cosas. Así que, cómo piensa y cuáles son sus sentimientos sobre la música, es algo superinteresante. Por ejemplo, Lachenmann escribió un artículo sobre el Cuarteto de cuerda en mi bemol mayor “Arpa”, Op. 74 (1809) de Beethoven explicando el primer movimiento, y lo que tomó de él es un poco como lo que en su día hizo Richard Wagner explicando lo que tenía en mente de Beethoven, ya sabes, cuando Wagner explicó cómo tomó el comienzo de Lohengrin (1845-48) del Cuarteto de cuerda en do sostenido menor, Op. 131 (1825-26) de Beethoven. Esto, refiriéndonos al lado más artístico de Helmut Lachenmann, pero también está su lado humano, en el que es una persona superencantadora. Es muy divertido y muy afectuoso. Asimismo, su forma de ver las cosas nunca es la que uno esperaría. Desde que lo conocimos en 1998, pasamos tiempo con él cada año o cada dos años, mucho tiempo juntos, y siempre ha sido superamistoso. La última vez que lo vimos fue hace poco, en enero, hace como tres meses, y fue lo mismo.
11. P.Y.: Si no me equivoco, la primera grabación del Quatuor Diotima, realizada en el año 2003 y publicada por el sello Assai, reunía ya a Luigi Nono y a Helmut Lachenmann, así que teníamos ya entonces al ‘maestro’ y al ‘alumno’. Están ustedes ahora grabando los tres cuartetos de Helmut Lachenmann, así que ¿qué les pidió Lachenmann para cada cuarteto, para Gran Torso (1971, rev. 1978/1988), Reigen seliger Geister (1988-89) y Grido?
Franck Chevalier: Creo que esos tres cuartetos representan diferentes momentos de su vida, tres momentos de su realización artística. Gran Torso es un shock, cuando lo escuchas. Toda la pieza gira en torno a una idea: qué es escuchar y qué es el silencio.
«Trata sobre la forma de escuchar música y sobre la diferencia entre sonido y música. Lachenmann dice que es un experimento auditivo, y no lo llama «cuarteto de cuerda», sino «música para cuerdas», así que no es un cuarteto de cuerda puro»
Pero el segundo y el tercer cuarteto, Reigen seliger Geister y Grido, son ya verdaderos cuartetos de cuerda, están en la tradición del cuarteto de cuerda. Reigen seliger Geister es una pieza que se escribió para el bicentenario de la Revolución francesa, fue un encargo para el año 1989. Y es una broma, porque el título está tomado de Gluck. Reigen es la obra más desafiante y, para mí, el mejor de sus tres cuartetos de cuerda. Es extremadamente difícil de tocar, pero, cuando lo consigues, cuando todo funciona, que no siempre es el caso cuando interpretas esta pieza, la forma es extraordinaria, cómo transforma las cuerdas en detalles e inventa nuevos sonidos, cómo trata el vals, que está tomado del lado aristocrático de esta obra: es fascinante cómo lo destruye. Es político, es artístico.
«Grido es el cuarteto más popular, porque es el más fácil de escuchar. Pero es supereficaz, extremadamente brillante y, cuando lo tocas, tienes un éxito enorme, porque no puedes resistirte a él»
12. P.Y.: Lo vimos hace dos años, fue increíble. Venían ustedes de trabajar Grido con Lachenmann y sonó de un modo excepcional. ¿Cómo va, por cierto, ese proceso de grabación, está ya terminado?
Franck Chevalier: Sí, ya está terminado. Lo hicimos en Berlín hace dos años. Fue como en julio de 2023.
13. P.Y.: ¿Sabe cuando se publicará?
Franck Chevalier: Saldrá a la venta con motivo del aniversario de Helmut Lachnemann, por su cumpleaños, el 27 de noviembre.
14. P.Y.: Aparte de los ruidos y de los sonidos de las cuerdas, ¿les pidió Lachenmann que prestaran mucha atención a la estructura, ya que Lachenmann es alemán y los compositores alemanes suelen prestar mucha atención a la estructura?
Franck Chevalier: Sí, por supuesto. En cuanto a la estructura, ello también era parte de cómo equilibrar la forma, ya que el proceso es extremadamente importante en su música: cómo se llega desde un elemento y se pasa a otro. Así que las transiciones pueden ser lo más importante, cómo se pasa de un tono a otro, de un sonido a otro. Eso genera una importante forma, en cuanto a estructura, y él está muy atento a ello, por supuesto. Por último, insiste mucho en que seamos muy precisos, pero, al final, no es lo más importante para él, ya que siempre dice que escuchar su música es como ir a un jardín, pero no sólo por las flores, ya que más importante que las flores, que podríamos decir que son los sonidos, es cómo se pasa de un ángulo a otro ángulo.
15. P.Y.: El tercer cuarteto de cuerda que van a tocar esta noche fue escrito por el compositor húngaro Márton Illés, ¿cómo nos presentaría esta obra?
Franck Chevalier: El título de este cuarteto es también Torso V (2007), pero no es como Gran Torso, que está muy relacionado con el cuerpo del instrumento: recorres el cuerpo del instrumento para producir sonidos. En el caso de Márton Illés, el torso más bien está relacionado con el ser humano, así que son formas opuestas de ver el mismo objeto.
16. P.Y.: El Quatuor Diotima ha grabado discos excepcionales de compositores españoles como Alberto Posadas o Mauricio Sotelo. ¿Qué compositores españoles le gustan especialmente?
Franck Chevalier: ¡Esos dos! Estamos muy unidos a ambos. Sí, nos encanta su música. Quiero decir, Alberto Posadas es realmente un genio, aunque en los últimos años no hemos estado muy en contacto, ya que no ha compuesto mucha música de cámara para cuarteto de cuerda. Pero está muy, muy fuertemente, en nuestros corazones, y lo mismo ocurre con Mauricio, que es un compositor fantástico. En general, creo que el nivel de composición es muy alto en España.
17. P.Y.: Desde sus comienzos, el Quatuor Diotima se ha centrado no sólo, aunque sí de forma mayoritaria, en el repertorio contemporáneo. ¿Por qué decidieron seguir este camino ya desde el nacimiento del cuarteto, en 1996?
Franck Chevalier: Yo me incorporé al Quatuor Diotima muy pronto, a los seis meses de su formación, pero el último miembro fundador que dejó el cuarteto fue Pierre Morlet, el violonchelista. Me uní a un cuarteto que se llamaba ya Diotima, yo no elegí el nombre. ¿Por qué? Bueno, porque era exactamente lo que queríamos hacer, lo que ellos querían hacer, cuando formaron el grupo. Tenían muchos amigos compositores y profesores en el Conservatorio de París, como Gérard Pesson, Emmanuel Nunes, Brice Pauset, Alain Bancquart... Eran amigos muy cercanos y querían ayudarles a que se tocaran sus obras, y así fue como crearon el grupo, aunque en realidad, al principio, no sólo para formar ‘otro’ cuarteto de cuerda, porque ya había muchos, muchos cuartetos de cuerda tocando.
«Así que no se trataba de crear un nuevo cuarteto de cuerda, sino de ayudar a los amigos»
18. P.Y.: Acaba usted de mencionar a Emmanuel Nunes, y recuerdo que yo mismo estuve presente con Nunes en el concierto que el Quatuor Diotima ofreció en la Casa da Música de Oporto en diciembre de 2007. Habían tocado ustedes entonces los cuartetos de cuerda de Emmanuel Nunes Esquisses (1967; rev. 1980) y Chessed III (1990-91), junto con los contrapunctus I, II, V & IX de Die Kunst der Fuge BWV 1080 (1742-50), de Johann Sebastian Bach, y el Cuarteto de cuerda n.º 4 (2005) de James Dillon, pero en aquel momento Naaman Sluchin era aún violinista del Diotima y formaba parte también de la plantilla Pierre Morlet, que acaba de dejar el Quatuor Diotima, así que es un grupo cuyos miembros han cambiado mucho desde el principio; de hecho, ya no queda ninguno de los miembros fundadores. En su última visita a La Coruña, era Pierre Morlet el violonchelista del Ditioma; ahora, lo es Alexis Descharmes, ¿por qué cambia tanto Quatuor Diotima?
Franck Chevalier: Bueno, es difícil de responder, pero si miras detenidamente a muchos grupos en la historia del cuarteto de cuerda, ocurre lo mismo.
19. P.Y.: Sí, el caso del Arditti Quartet es similar.
Franck Chevalier: Sí. Llevo en el Quatuor Diotima desde 1997, y nuestro primer violín, Yun-Peng Zhao, está con nosotros desde hace 20 años, así que hay cierta estabilidad. Además, antes de que Léo Marillier, el segundo violinista, entrase en el cuarteto, había una chica, Constance Ronzatti, que estuvo ocho años. Así que pasó con nosotros bastante tiempo, un período largo para un cuarteto. Y Pierre, antes de irse, había estado desde el principio, así que estuvo en el cuarteto durante veintiocho años. De modo que cambiamos la plantilla, sí, pero no cada dos años, sino cada seis, siete u ocho años, y sólo un miembro.
Bien, creo que tocar en un cuarteto es una vida difícil. Es una vida muy difícil porque, primero, es superagotador, viajas mucho y, en nuestro caso, damos muchos conciertos. Si piensas, por ejemplo, en el Quatuor Ébène, pues hacemos casi el mismo número de conciertos, pero si te fijas en lo que ellos hacen, verás que tienen unos tres programas al año, mientras que nosotros hacemos estrenos y música contemporánea, y tenemos que ensayar mucho, así que no sólo viajamos para los conciertos, sino que también necesitamos mucho tiempo para ensayar. Es agotador y, desde un punto de vista humano, difícil. Y cuanto más ensayas, más problemas y discusiones surgen. Creo que, probablemente, ésta sea una explicación, pero no la única. Si te fijas en el Cuarteto de Budapest, que fue un cuarteto histórico, y si ves la gente que tocaba en él, compruebas que empezaron con músicos húngaros y, al final, ya sólo había músicos rusos, pero llamados Cuarteto de Budapest, lo cual es muy irónico. Quiero decir, no somos los únicos. Pero también hay cuartetos que nunca cambiaron, como el Amadeus Quartet, o algunos que prácticamente no cambiaron, como el Alban Berg Quartett. Asimismo, ya sabes, también tiene cierta relación con la sociedad en la que cada uno vive, pues en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, cuando uno se casaba, era difícil divorciarse, era complicado; pero ahora la gente se divorcia con mucha facilidad. Así que también tiene que ver con los usos sociales de cada momento.
20. P.Y.: Cuando un miembro del Quatuor Diotima abandona el cuarteto, ¿es decisión suya, o el propio cuarteto, a veces, puede decidir cambiar a algún intérprete?
Franck Chevalier: Es una pregunta difícil. Cuando alguien se va, significa que hay un problema, y no sólo con la persona que se marcha. Diría que son ambas cosas. Uno puede ver que no está lo suficientemente contento como para quedarse. Naaman Sluchin, por ejemplo, cuando dejó el grupo, fue porque era demasiado para él. Quería hacer otras cosas: ciclos como solista, espectáculos, obras de teatro, etc., pero no le fue posible hacerlo con el cuarteto. También podría haber dicho: «Me encantaría hacerlo, pero ¿estaríais de acuerdo en que hagamos menos conciertos con el Diotima, para así poder dedicarme más al teatro?». Y le dijimos que no, que era imposible. Así que se fue, y fue para nosotros muy, muy triste. El caso de Pierre Morlet, el violonchelista, fue algo diferente, porque él tenía cincuenta y seis años, y creo que estaba un poco cansado de tantos conciertos, además de que, recientemente, fue padre de una niña y que quería pasar más tiempo con su hija. Con Constance, pasó lo mismo, también dejó el cuarteto porque tenía un bebé y le costaba seguir viajando tanto. Así que es como una combinación de vida privada y, a veces, de cuestiones artísticas.
21. P.Y.: Entre los compositores cuya música nunca han tocado, tanto contemporánea como tradicional, ¿cuál le gustaría más tocar o grabar, que aún no hayan grabado?
Franck Chevalier: Es una buena pregunta, y hay dos que nos encantaría grabar; ambas, mujeres. La primera es Kaija Saariaho, porque compuso dos cuartetos muy importantes: Terra Memoria (2006) y Nymphéa (1987), así que nos encanta. Alexis Descharmes, nuestro nuevo violonchelista, estuvo muy cercano a ella, así que lo haremos. También Misato Mochizuki, la compositora japonesa, escribió recientemente un ciclo para cuarteto, dedicado a nosotros, y nos encanta esta obra, así que nos encantaría grabarla. Pero hay otras cosas que nos gustaría grabar. La grabación de Beat Furrer se lanzó recientemente; la hicimos para el sello bastille musique en dos discos compactos. La música de Bruno Mantovani, también nos gustaría grabarla. Quizás, también, una compositora mexicana llamada Ana Lara, cuya música grabaremos en México en octubre. Hemos terminado la grabación de los cinco últimos cuartetos de Beethoven, que se lanzará en abril del próximo año y que nos supuso mucho trabajo. Este año se lanzará el disco de Helmut Lachenmann en Pentatone, el próximo noviembre. Después, grabaremos a Misato Mochizuki y, posiblemente, Johannes Brahms.
22. P.Y.: Es usted músico de un cuarteto de cuerda, ¿qué echa de menos o qué retos ve usted para el cuarteto de cuerda, como formación, como género, de cara al futuro?, pues ha interpretado usted, como parte del Quatuor Diotima, prácticamente de todo: desde Black Angels (1970), de George Crumb, hasta Helmut Lachenmann, desde Pierre Boulez hasta Beat Furrer, Toshio Hosokawa, György Ligeti, Alberto Posadas, etc. ¿Cuál cree que será el futuro del cuarteto de cuerda?
Franck Chevalier: Es una muy buena pregunta, pero este momento resulta un poco alarmante, pues vemos que, en todas partes, no sólo en Europa, sino también en Norteamérica y un poco en Asia, aunque algo menos en Asia, la música de cámara no es la prioridad para los promotores musicales. Quizás todos sufran recortes drásticos, debido a la mala situación financiera y también porque sabemos que los países se están preparando para la guerra. En general, la situación no es realmente nada fácil. Hay muchos recortes en cultura, muchos recortes en música, y lo primero que se está recortando es la música de cámara, desgraciadamente. Es muy difícil, porque el mayor reto sería despertar el interés por la música de nuevos públicos; especialmente, de los jóvenes. Así que creo que, de cara al futuro, ése es el principal objetivo: intentar interesar al mayor número de personas posible. Esto implica replantear cómo presentamos los conciertos: a qué hora, qué día de la semana, su duración y el tipo de formato, si queremos seguir con conciertos de dos o tres horas, o si podemos reducirlos a conciertos más cortos, pero con mayor frecuencia. También nos preocupa mucho transmitir a las nuevas generaciones todas las obras que hemos estrenado: es algo superimportante para nosotros, pues no queremos que se olviden, si no las interpretamos nosotros mismos. Ésa es la razón por la que estamos reforzando la Academia que tenemos en Metz, Francia. Le estamos dedicando mucha energía. En primer lugar, cómo podemos presentar la música de cámara de forma diferente y explicársela a los promotores de conciertos, pero también a los políticos: que sepan cuán importante es la música de cámara; y es muy importante, porque se trata de diálogo y de lo primero que haces cuando tomas un instrumento: tú tienes un instrumento y yo tengo un instrumento, y dialogamos juntos a través de la música, que es lo más difícil, compartir esto. No se necesita un director, como en una sinfonía, ni un solista, simplemente se dialoga entre personas, y esto es algo que no debe desaparecer, porque, de lo contrario, sería una lástima para todo el mundo musical.
23. P.Y.: Ha mencionado usted la educación, su Academia de Metz, y también han enseñado ustedes, como cuarteto, en California. ¿Encuentra un interés real de las jóvenes generaciones de intérpretes por el género del cuarteto de cuerda y por el tan exigente mundo de la música contemporánea?
Franck Chevalier: Sí, y es fascinante lo buenos que son. El nivel es altísimo. Hoy en día puedes encontrar cuartetos de cuerda jóvenes con una técnica y una dedicación absolutamente increíbles. Por supuesto, históricamente siempre hemos tenido cuartetos muy profesionales, como el Alban Berg Quartett o el LaSalle Quartet, pero el nivel medio no era tan alto. Quiero decir que también había cuartetos muy buenos, como el Italiano, el Amadeus o el Tokyo, y que hacían de todo, más o menos. Así que había como cinco o seis cuartetos haciendo la mayoría de los conciertos. Y luego, llegó una nueva generación y hubo cada vez más y más cuartetos. Así que ahora el nivel general es extremadamente alto. De modo que esto es muy positivo y también se ve que muchos de ellos quieren hacer música contemporánea, quieren aprender música contemporánea. El problema no es por parte de los músicos, sino de los organizadores.
24. P.Y.: La semana que viene habrá otro concierto de cuarteto de cuerda en el Festival RESIS, con el Quartet Gerhard tocando música de Witold Lutosławski, Dmitri Shostakovich y Jacobo Gaspar, que es un muy buen compositor gallego que ha escrito para cuarteto de cuerda, como Hugo Gómez-Chao o Jorge Berdullas del Río. ¿Están dispuestos a tocar música de algún compositor gallego cuando vuelvan a Galicia?
Franck Chevalier: Sí, claro, nos encantaría. Pero el problema es, como he mencionado, que estamos ensayando mucho y viajando mucho, así que no queremos presentar la obra sin ensayarla lo suficiente y limitarnos a coger la partitura el día antes del concierto, tocarla y olvidarnos de ella. De ese modo no nos gusta hacer las cosas.
«Así que, si disponemos del tiempo que necesitamos para hacerlo seriamente y si tenemos tiempo para ello la próxima vez, nos encantaría»
25. P.Y.: Hace dos años, el Quatuor Diotima tocó en RESIS el tercer cuarteto de cuerda de Helmut Lachenmann, Grido; esta noche, tocarán ustedes el primero, Gran Torso; así que ya estamos esperando a que toquen también en La Coruña Reigen seliger Geister, para completar así el ciclo con el segundo cuarteto.
Franck Chevalier: Me encantaría hacerlo, sí.
26. P.Y.: Todas las entradas para esta noche están agotadas desde hace semanas, de modo que la expectación para ver y escuchar al Quatuor Diotima en directo es realmente muy alta, pues el suyo es uno de los conciertos más importantes del Festival RESIS cada año que vienen ustedes a La Coruña; así que espero que vengan por tercera vez, para tocar Reigen seliger Geister y hacerlo, probablemente, con la misma plantilla que ahora tiene el Diotima, que parece estar en muy buen momento con estos cuatro músicos. Muchas gracias.
Franck Chevalier: Muchas gracias.
Las fotos del festival Resis son de Xurso Gómez-Chao