ISSN 2605-2318

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«La inspiración de cualquier artista es la comunicación, la posibilidad de trasladar un mensaje».


25/02/2021

Profesionalidad, conocimiento, una gran musicalidad y mucho saber hacer son algunas de las señas de identidad de este valenciano que está llamado a ser uno de los más interesantes directores del panorama actual.

 
Los días 26 y 27 de febrero de 2021 el director de orquesta Francisco Valero-Terribas dirigirá a la KBS Symphony Orchestra en el Seoul Arts Center Concert Hall en Seul en Corea del Sur. Dirigirá un interesantísimo concierto, un acierto de programa que nos ofrece Valero-Terribas, y que incluye Le Tombeau de Couperin de Maurice Ravel, la Sinfonía n°2 en si menor Op.5 de Alexander Borodin y el estreno en Corea del Sur del Concierto Levantino para guitarra y orquesta de Manuel Palau junto al guitarrista Jongho Park. Hemos hablado largo y tendido con el director valenciano y esto es lo que nos ha contado.



 


 1. Ruth Prieto Menchero: Este año quedará marcado por la pandemia de coronavirus. El confinamiento ha sido largo y complicado y ha afectado mucho a la situación de los intérpretes. ¿Qué balance hace de este 2020?  

Francisco Valero-Terribas: La crisis derivada del impacto de la pandemia es todavía un fenómeno que se estudiará dentro de unos años. Creo que nos hemos quedado todos petrificados con esta situación que hace unos meses considerábamos casi ciencia ficción.
El dolor, la enfermedad, la rabia y la frustración se ha apoderado de todos los ámbitos y en el mundo de la música la destrucción de empleos, proyectos, iniciativas e ilusiones se ha convertido en la tónica general.
Sin embargo y pese a la precariedad que subyace y la que el contexto económico nos deparará en los próximos años, no todo ha sido calamitoso en este 2020. Hemos visto como los músicos han mostrado resiliencia, han tomado las riendas de la situación. Hemos tratado de volver a los escenarios, de reprogramar una y otra vez. De sacrificar el egoísmo para hacer que los colectivos funcionen. De volver a sentir que si no hacemos música, no somos nadie. Eso me hace confiar en el futuro.
Y no sólo los intérpretes. Hemos descubierto que hay un público fiel. Un público interesado en escuchar música en directo que ha llenado los reducidos aforos y ha soportado estoicamente cada medida de seguridad, cada cambio de programa, de solista. Público que ha pasado horas con su mascarilla, separado a dos metros de distancia para poder disfrutar de eso que llamamos música clásica y que ningún dispositivo electrónico puede reproducir.
«Si tenemos músicos y tenemos público, la música está garantizada»
 



2. R.P.: Estamos ya comenzando el 2021, ¿cómo afronta usted este nuevo año?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues con la incertidumbre propia de todos nosotros. Cualquier proyecto o cualquier compromiso, se puede caer de un momento a otro y es algo a lo que cuesta resignarse.
Pretendo afrontarlo con mucha paciencia y pocas certezas. Intentaré mantener mi actividad como de costumbre pero ahora más que nunca es necesario tener un plan B y otro plan C, como mínimo.
Los cambios son súbitos por razones muy variadas. Lo más importante es conservar la salud para poder seguir luchando con todo el resto de inconvenientes.
 
3. R.P.: ¿Quién es Francisco Valero-Terribas, y qué característica le define mejor?

Francisco Valero-Terribas: Bueno, es una gran pregunta que no estoy capacitado para responder pero lo intentaré. Soy una persona normal y corriente con sus debilidades y fortalezas, con sus filias y sus fobias. Me gusta plantearme dudas constantemente y resolverlas por mí mismo para obtener alguna certeza. Soy muy sincero conmigo mismo y con los demás, lo que hace que no a todo el mundo le resulte apetecible mi opinión.
 
«Me gusta encontrar mis defectos y equivocaciones para aprender de ellas»





Y sobre todo antepongo las personas a todas las cosas, a los bienes y a las ambiciones. Lo que considero una persona corriente. 
 
4. R.P.: ¿Qué le inspira como artista y por qué?
 
Francisco Valero-Terribas: Yo creo que la inspiración de cualquier artista es la comunicación, la posibilidad de trasladar un mensaje. En el caso de la dirección, la posibilidad de convertirte en un medio para la comunicación de un mensaje abstracto compuesto por otro artista. De revivir esa sensación inicial que mueve al compositor a plasmar, mediante una técnica, un discurso sonoro que genera emociones, sentimientos, reflexión. 
A su vez, la dirección permite subrayar la interpretación que el propio director hace de este mensaje original, lo que tiene la capacidad de potenciarlo, de hacerlo más inteligible. Siempre y cuando no se caiga en la adulteración.
 
5. R.P.: ¿Cuáles son sus raíces musicales (reales o imaginarias)?
 
Francisco Valero-Terribas: Bueno, mis raíces son muy básicas. El primer recuerdo que tengo es un sonido asociado a una edad excesivamente temprana. Mi madre corroboró la autenticidad de estos recuerdos y las sensaciones auditivas me han acompañado siempre.
En mi familia no hubo nunca tradición musical, ni tan siquiera hábito de escuchar música. Cuando mi hermana mayor empezó a recibir unas clases de música en el colegio apareció una flauta dulce en mi casa. Mi hermana apenas conseguía tocar las sencillas melodías que le proponían y yo siendo cinco años más pequeño cogí aquella flauta y me las ingenié para tocar cualquier melodía por compleja o virtuosa que hubiera escuchado en televisión. Todo ello sin saber el nombre de las notas tan siquiera. 
Unos años más tarde, mi mejor amigo comenzó a estudiar música y me quedé sin nadie con quién jugar al fútbol, que era lo que todos los niños queríamos. De ese modo, mis padres me animaron a recibir unas clases de música en la sociedad musical de mi pueblo. Una vez puse el pie allí dentro y vi todo aquello, supe que mi sitio estaba ahí.
Tuve la enorme fortuna de poder integrarme y formarme en ese tejido social y educativo de las sociedades musicales tradicionales de la comunidad valenciana. De otro modo, hubiera sido muy complicado desarrollar mi formación musical y por ende, mi carrera.
 
6. R.P.: ¿Cómo ve el futuro de la cultura en general y en concreto de la música?
 
Francisco Valero-Terribas: El futuro de la cultura y de la música debería estar garantizado, al menos si pretendemos tener una civilización como la actual.
No obstante, considero que la renovación es necesaria. Los formatos y los soportes mediante los que accedemos a la cultura están cambiando porque también cambian los gustos sociales. No hablo del fondo sino de la forma.
«Tendremos que renovarnos para poder seguir disfrutando de la música, para atraer a nuevos públicos, para dotar de nuevos significados a los conciertos»







Ahora bien, el hecho de volver a escuchar Bach, Mozart, Beethoven, Berio, Donatoni o la más reciente creación, permanecerá intacto. Y la experiencia de escuchar los instrumentos y las voces en directo, prevalecerá.
 
7. R.P.: A lo largo de este año de pandemia se ha hablado mucho de ‘volver’ a la normalidad, pero antes, ¿estaba todo tan bien?, ¿deberíamos volver a cómo estábamos?, ¿reinventarnos?... ¿cómo?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues estoy de acuerdo en que algunas cosas es mejor que no regresen. La música clásica arrastra una serie de males en lo que llevamos de siglo XXI que me resultan bastante desalentadores. 
La falta de criterio, la implantación de procedimientos de dudosa utilidad y modas que no obedecen a criterios artísticos, las luchas de poder y los intereses particulares. Creo que todo esto es bastante prescindible y que pese a toda la catástrofe que supone esta situación, podríamos haber establecido unos nuevos cimientos.
No obstante, ha sido curioso observar cómo estos antiguos vicios han sido los primeros en desconfinarse. Pero en cualquier caso y teniendo en cuenta que todavía falta mucho para regresar a la normalidad, yo apuesto por mayor sensatez, mayor diálogo, mayor consenso entre todos para lograr lo mejor para todos y menos vanidades y egoísmos.
 
8. R.P.: En concreto en el mundo de la música, de los conciertos: ¿cómo ha cambiado su visión?, ¿cómo piensa que esta pandemia de 2020 va a cambiar la realidad musical en los próximos años?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues lo enfocaría desde diversas perspectivas:
A nivel social tenemos una oportunidad sin precedentes para consolidarnos como un bien colectivo de uso público. Pero necesitamos saber aprovecharlo.
A nivel económico vamos a tener una serie de problemas que nos van a poner en jaque. Además, observando cómo será el contexto de crisis global y la precariedad que habrá en muchos ámbitos,  no estaremos en disposición de solicitar ayudas.
A nivel educativo tendremos que luchar mucho para que las nuevas generaciones puedan disponer, al menos, de las posibilidades que nosotros hemos conocido.
A nivel artístico la restricción de la movilidad que imperará durante tiempo va a condicionar el movimiento de artistas, cantantes, orquestas, producciones. Se abren posibilidades interiores y se cierran las exteriores. Para ello, será imprescindible que seamos capaces de ofrecer la misma calidad o aún mayor de la que se disfrutaba anteriormente. El público es soberano y no acepta gato por liebre.
 
9. R.P.: Parece mentira que a estas alturas tengamos que estar hablando de esto pero, ¿por qué la música y la cultura es importante para la sociedad?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues básicamente porque juega un doble papel: por un lado es un reflejo de su valor intrínseco. Y por otro, es la única herramienta para transformarla positivamente.
Esto que es una obviedad, lo hemos dejado de lado y hemos perdido la consciencia de su verdadero significado. La voz de cualquier sociedad es su cultura, define sus valores, sus principios, sus códigos éticos y su proyección.
La música es la más incomprendida de las manifestaciones artísticas. La gran carga abstracta de la interpretación de los sonidos parece que deje de lado la concreción de otras manifestaciones culturales. Sin embargo, lejos de todo pronóstico, su propio lenguaje abstracto permite la elaboración de un mensaje más trascendental, más puro y más directo a los sentidos.




10. R.P.: ¿Por qué se infravalora tantas veces la cultura, el trabajo del artista…?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues imagino que por la propia definición de artista que se ha trasladado a la sociedad.
Para mí, un artista es un ser humano único e irrepetible, capaz de transmitir sus sentimientos, sus emociones y sus reflexiones a través de un arte.
Ahora bien, la definición de artista que se nos ofrece en los medios, en la cultura popular y en la educación, está tan denigrada que obviamente repercute en todo nuestro entorno. Por tanto, si finalmente todos somos inteligentes y consideramos que "eso" que hace este señor o señora es "arte", la valoración de su trabajo viene dada. Es decir, no hace falta mucho para ser artista del modo en que la sociedad nos cataloga.
En parte es culpa nuestra, por aceptar y transigir en ocasiones, aceptando por arte aquello que no lo es. Pero si nos interesa por otras inconfesables razones, pues ancha es Castilla.

11. R.P.: ¿Tiene algún compositor/compositora clave en la escena musical contemporánea? ¿Algún consejo, sugerencia, descubrimiento?
 
Francisco Valero-Terribas: Tengo que decir que la escena actual está plagada de talentosos compositores y compositoras. Me sorprende observar la cantidad de trabajos interesantes existentes y sería muy injusto destacar a unos por encima de otros. 
Sin embargo he de señalar dos cuestiones:
A mi juicio, menos es más. Es decir, encuentro algo de incontinencia en la composición. Probablemente viene marcado por el hecho de que hoy día es necesario estar siempre presente.
Sin embargo este hecho de composición recurrente me ofrece la impresión contraria: falta de profundidad, de innovación, de refinamiento en lenguaje y forma. Por poner un símil, si me entrevistas cada semana al final ya no tendré nada que contar...

Otra cuestión que detesto es el hecho de que la tecnología ha creado millones de falsos compositores. Esto ha descendido vertiginosamente el nivel semántico del término composición, siendo este el verdadero germen de la música tal y como la hemos conocido.
La utilidad de los medios actuales es innegable y ha facilitado el trabajo y lo ha proyectado a niveles impensables. No obstante, cuando uno compone debería plantearse este acto como algo trascendental, meditado, irrepetible. No un simple corta-pega, que ahora uso y luego tiro a la papelera. 
En ocasiones pienso que el número de compositores descendería drásticamente si regresáramos al sistema de composición tradicional cuando uno tenía que copiar y recopiar, probar al piano, consultar tratados, consultar con instrumentistas, con cantantes, pedir opinión a otros compositores, directores, etc.
Imagínese el trabajo que Wagner tuvo que hacer sólo para Parsifal, por no nombrar otras obras o compositores. Pretender componer en cantidades industriales gracias a la tecnología, además de un insulto al oyente y a los grandes del pasado, parte de un error de base: la mente del compositor, de momento, no es un aparato tecnológico, es humana con todas sus virtudes pero también con todos sus defectos.

Me gustaría también romper una lanza a favor del gran trabajo realizado por muchos directores que tenían enorme talento para la composición pero también para la dirección, de modo que su proyección como directores eclipsó su trabajo compositivo. Existe cierto paradigma en algunos nombres que han logrado permanecer en ambos mundos como Bernstein o Boulez. Tuve la suerte de conversar largamente con Lorin Maazel sobre su interesantísima ópera 1984 y sobre otras muchas composiciones inacabadas. Pero la música de Markevich, Schuller, Foss, Previn, Kubelik o Faberman merece una atención mayor.
 
12. R.P.: ¿Cuál es su principal obsesión cuando trabaja una nueva obra de su repertorio?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues mi obsesión se centra casi siempre en descubrir la voluntad del compositor. Al igual que el lenguaje hablado, las técnicas compositivas son un medio no un fin.
«Una partitura te muestra unos códigos pero el mensaje no está en las notas, está entre las notas»





Este proceso te hace tener que tomar muchas decisiones y necesito estar seguro de que estoy tomando las decisiones acertadas. Por ello, se convierte en una lucha constante dentro de mi cabeza hasta que en un determinado momento hace "click" y de repente todo empieza a encajar.
En muchas ocasiones sucede como con los grandes descubrimientos científicos. El abnegado científico está media vida dándole vueltas a una serie de conjeturas y en el momento más insospechado, casi siempre haciendo algo que no tiene relación alguna, aparece por ciencia infusa un principio que da pie a la resolución de años de trabajo. 
 
13. R.P.: ¿Cómo es armar un nuevo trabajo, podría describir su proceso creativo?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues realmente yo no me considero un creador sino un vehículo para el creador.
Por ello empiezo siempre el trabajo haciendo una visión muy general que me produce unas sensaciones muy instintivas pero en las que confío mucho. Posteriormente entro progresivamente al detalle e intento que todas las cuestiones queden resueltas. Este viaje hacia el interior de la obra hace que se confirmen o desmientan mis primeras impresiones pero solidifican mi criterio interpretativo.
Finalmente siempre aparecen unos nudos difíciles de deshacer. En la mayor parte de los casos termino constatando que han sido problemáticos para el propio compositor. Por ello, trato de resolverlos con muchísimo cuidado para no dañar la cuerda que no es mía y tengo que cuidarla bien. Una vez he llegado a este punto vuelvo a alejarme cada vez más para retomar esa sensación inicial que siempre es más genuina, más cautivadora y ahora ya, absolutamente lógica y coherente, lo que me permite comenzar el trabajo adecuado con los intérpretes para respetar la obra del verdadero creador.
 
14. R.P.: ¿Cómo ve la escena musical contemporánea de hoy?
 
Francisco Valero-Terribas: Me parece que está en un óptimo estado creativo. Es un terreno muy fértil, muy variado, conviven estéticas y procesos absolutamente distantes. A mí me resulta muy atractivo.
No obstante esta heterogeneidad que sin lugar a dudas es absolutamente positiva, hace también que la propia denominación de la música contemporánea entre en un terreno de indefinición. Hay estéticas tan dispares que uno no sabe qué se va a encontrar cuando recibe una nueva partitura.
Esta indefinición que en el ámbito profesional me resulta absolutamente atractiva, creo que no beneficia su promoción. A ojos externos y neófitos puede parecer un "cajón de sastre" cuando nada es más lejos de la realidad. Es el fruto de siglos de técnicas y métodos de composición y merece ser respetado y admirado. Por ello, creo que la labor divulgativa es esencial en este terreno. Cualquier concierto, función, sesión o performance que incluya nuevo repertorio debe ser explicado para su correcta comprensión.
Además, en este campo los medios de comunicación cobran una importancia vital en trasladar la realidad del amplio espectro que se esconde tras estos términos. Por ello, aprovecho para felicitarte efusivamente por la enorme y honesta labor que realizas de modo altruista y casi filantrópico. ¡Enhorabuena!
 
15. R.P.: ¿Qué papel van a jugar las plataformas digitales, el streaming y la tecnología en 2021? ¿Tendrán utilidad estas herramientas tecnológicas en el futuro cercano cuando la pandemia acabe?
 
Francisco Valero-Terribas: Creo que van a tener una gran implantación. De todos modos, no como consecuencia directa de la pandemia. Ya estábamos en ese camino antes del estallido del Covid-19.
«Todo lo que ha sucedido no ha hecho más que acelerar un futuro al que estábamos destinados»






Muchas grandes formaciones en Europa y EEUU ya habían digitalizado y diversificado sus contenidos antes de la pandemia por lo que el camino ya estaba abierto.
No obstante, yo opino que los conciertos en directo son insustituibles y necesarios. Creo que debemos reflexionar y ver en toda esta situación una oportunidad no para cambiar sino para ampliar y diversificar. Lo ideal sería que cualquier formación pueda seguir ofreciendo su programación habitual pero además multiplicando sus contenidos, actividades, seguidores y abonados por medios digitales y tecnológicos.
Esto ofrece una oportunidad única para la difusión de la música clásica. Imaginémonos por un momento una formación Orquestal, Vocal, Camerística u Operística con un presupuesto corriente, que ofrece interpretaciones de ensueño en un país remotamente desconocido, con intérpretes absolutamente desconocidos o con música de nueva creación y que capta la atención y seguimiento de la comunidad mundial. ¿Quién no se sentiría atraído por viajar para escuchar sus actuaciones en directo o promover su venida a las grandes salas?
Quizá estamos frente a una especie de democratización de la música clásica, pues basta un rudimentario accesorio para abrir la puerta a este gran escenario que representa la tecnología. Ahora bien, igual que sucede en otros ámbitos también se nos puede llenar el correo de basura. De momento, confiemos en la inteligencia del ser humano porque el sentido común ya se ha visto que es el menos común de los sentidos.
 
16. R.P.: ¿Qué espacio tiene la música de vanguardia en la nueva normalidad, en los futuros conciertos?
 
Francisco Valero-Terribas: Lamentablemente han sucedido dos hechos que nuestros programadores no han sabido aprovechar para dar mayor relieve a la música de vanguardia. 
Por un lado, la celebración del 250 aniversario del nacimiento de Beethoven durante 2020 ya hizo desaparecer la música de vanguardia de cualquier programación pero es que además con la reprogramación surgida del desconfinamiento se ha vuelto a incurrir en el desprecio hacia la composición actual.
Si ha existido un vanguardista en la historia de la música clásica, ese ha sido Beethoven, además de por su música, por su propia ideología, unida al periodo histórico que le tocó vivir. Beethoven se presta como pocos otros compositores para convivir con la música vanguardista aunque es verdad que para ello se debería hacer un excelente trabajo de programación temática, motívica y compositiva. Además de una excelente oportunidad para incentivar la composición sobre diferentes motivos. Solamente las oberturas para la ópera Leonora dan lugar a múltiples deconstrucciones, derivaciones, expansiones y yuxtaposiciones que generarían unos elementos valiosísimos sobre los que generar nuevos trabajos. Por citar sólo un minúsculo ejemplo de todo lo que podría haber sido. Oportunidad perdida.
Por último, las restricciones impuestas por la crisis sanitaria podrían dar cabida a muchísima música que no dispone de efectivos orquestales amplios. Composiciones para orquesta de cámara, conjuntos variados, óperas de cámara. Todo ello hubiera sido un buen aliciente para el repertorio actual pero hemos caído de nuevo en un perpetuo "Déjà vu".
 
18. R.P.: ¿Y qué espacio tiene la música actual en su repertorio?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues tiene un peso considerable. No puedo decir tampoco que sea una constante en mi carrera pero constituye una parte importante. 
Desde mis comienzos en la dirección no me he cerrado nunca ninguna puerta. No lo he hecho porque me siento cómodo con todo tipo de repertorio. Es más, me atrae esa variedad y la posibilidad de realizar trabajos tan estéticamente diferentes. 
Por ello, alternar sinfónico, ópera, oratorio, música antigua y vanguardia me resulta muy motivante.
Pero para ser sincero, no siempre estoy en disposición de decidir completamente mi repertorio. Aquí entramos en el terreno de los directores artísticos, gestores y productores. Por ello, en alguna ocasión he recibido alguna crítica sobre la ausencia de música actual en mis programas. Sin embargo, haciendo recuento puedo afirmar que he realizado unos 25 estrenos absolutos en los diez años que llevo dirigiendo, unas 5 primeras audiciones en España y composiciones del siglo XX me siento incapaz de hacer recuento.




19. R.P.: Está usted ahora en Corea del Sur de gira, ¿qué repertorio está haciendo y cómo está siendo la experiencia?
 
Francisco Valero-Terribas: Efectivamente, me encuentro invitado por la KBS Symphony Orchestra que es la orquesta de la Radio Televisión Sur-Coreana. Es una de las orquestas más prestigiosas de Asia y estamos inaugurando la temporada 2021 que aquí discurre por años naturales.
He programado una obra que hacía tiempo pretendía trabajar como la Sinfonía n° 2 de Borodin. Es el culmen de su obra sinfónica y un baluarte del repertorio ruso. Además es una obra de compleja interpretación. Su elaboración se dilató por casi una década, posteriormente Borodín extravió la versión original y reconstruyó toda la orquestación para su edición antes de morir. Entre tanto hubo versiones para piano a 4 manos, para piano sólo, modificaciones sugeridas por Rimsky Korsakov, es decir, un trasiego continuo.
Todo ello junto con los constantes cambios de mentalidad que Borodin manifiesta en la partitura, hace que la labor interpretativa del director sea vital para poner en pie esta maravilla de sinfonía. Hay muchas decisiones que tomar y muchas fuentes a consultar y analizar. Me ha tomado una ingente cantidad de tiempo pero ahora ya he encontrado las certezas para mi versión que recogerá las verdaderas intenciones del compositor. Es todo un reto apasionante.

Al recibir la invitación también pensé en proponer incluir algo de repertorio español y prácticamente vino dado al contar con un excelente guitarrista Coreano. Obviamente el Concierto de Aranjuez parecía que iba a tener su enésimo momento de gloria.
Quizá por el hecho de haber tenido la oportunidad de haber dirigido algunos de los más conocidos conciertos de guitarra con orquesta, me motivó buscar algo diferente. De repente encuentro el Concierto Levantino de un compositor valenciano de la primera mitad del siglo XX: Manuel Palau. Conocía bien su música y estaba seguro que la obra sería interesante.
Lejos de cualquier percepción inicial, el Concierto Levantino resultó la obra en la que Manuel Palau puso su mayor empeñó y grado de meticulosidad en su instrumentación. Era la época dorada de la guitarra clásica y Rodrigo, Ponce, Yepes, Segovia, Sainz y tantos otros habían dado una proyección internacional a este instrumento. Por ello, la partitura de Palau, dedicada a Narciso Yepes, es inmaculada y de una excelente calidad técnica, musical y guitarrística.
Por tanto, contacté con la orquesta y propuse consultar la posibilidad de su programación. Fortuna la mía que el guitarrista había escuchado esta obra y le apetecía mucho prepararla exclusivamente para la ocasión.
Realizando diversas pesquisas, cual es la casualidad que al consultar con la editorial que gestiona los derechos descubrimos una triste historia que se repite una y otra vez en la música española. El concierto fue interpretado en dos ocasiones en Madrid por Narciso Yepes (la segunda registrada por la ONE) y en otra ocasión se estrenó en Valencia. Posteriormente se dejó de interpretar hasta que hace unos 10 años la Joven Orquesta de la Generalitat Valenciana junto al guitarrista Rafael Serrallet y Manuel Galduf como director, realizaron una segunda grabación. 
Por tanto, lo que inicialmente se preveía como un "estreno" en Corea va a resultar una primera audición fuera de España retransmitida por radio y televisión para la mayoría de países del continente Asiático. Creo que es de justicia y espero que no vuelva a caer en el olvido de los tiempos, como tantísima otra música y compositores.
 
20. R.P.: ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
 
Francisco Valero-Terribas: Pues en la actualidad, el término proyecto hay que ponerlo también en cuarentena. Hay tal grado de incertidumbre que todo puede variar de un momento a otro. En cualquier caso, estoy concretando fechas de diversas cancelaciones de 2020 en México, Brasil y alguna en España. Tengo algunos proyectos con el CNDM y espero también poder dirigir el monográfico de Kurt Weill con su Concierto para violín (infrecuente en las programaciones) que haré junto con Jesús Reina al violín en el Teatro Principal de Palma en abril.
 
21. R.P.: Un deseo para este año que comienza.
 
Francisco Valero-Terribas: Deseo que utilicemos nuestra resiliencia no sólo para atravesar este periodo convulso, sino para desterrar todo aquello que nos parecía injusto o banal y transformarlo en lo que verdaderamente deseemos y colme nuestras expectativas y esperanzas. 
Además, si todo ello puede ser sin mascarilla, ¡tanto mejor!



Las fotografías de Francisco son de Michal Novak

Más información en la web del director Francisco Valero-Terribas

Más información en la web de KBS Symphony Orchestra

El concierto podrá verse en streaming el sábado a las 17,00 horas (hora local) -Las 9,00 horas en España en el canal de youtube de la KBS Symphony Orchestra

 

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