ISSN 2605-2318

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«Estamos totalmente desconectados de nuestra esencia y los unos de los otros»


20/07/2020

Novena entrevista de la serie «Nuevos tiempos, nuevas músicas» con la cellista Lucía Otero.


Hablamos con ella en mayo con motivo del concierto que ofreció en la Plataforma de Conciertos Online de El Compositor Habla, pero hemos querido hablar con ella de nuevo. Lucía representa un grupo de fantásticos intérpretes, con una sólida formación internacional y un nivel de virtuosismo espectacular, que han elegido los escenarios como forma de vida y que forman parte de una generación emergente que se asoma a un futuro muy incierto, una promoción de grandes intérpretes que tenemos que apoyar. Hemos hablado con ella y esto es lo que nos ha contado.



1. Ruth Prieto: ¿Cómo era su día a día antes de la pandemia?

Lucía Otero: Lo cierto es que no tenía una rutina establecida, viajaba continuamente para tocar en un sitio u otro, era una vida muy agitada y poco convencional pero enormemente enriquecedora y satisfactoria. Cuando estalló toda esta crisis estaba justo de paso en Madrid, acababa de volver de tocar en el Festival Musika Música de Bilbao con la OSPA, tenía 5 días de descanso antes de volver a Oviedo para otro proyecto con ellos.

2. R.P.: Han sido muchos meses de confinamiento, usted como intérprete independiente que depende de los conciertos semanales, ¿cómo ha vivido usted toda esta situación?

Lucía Otero: Para mí toda esta situación ha sido dramática, de pronto me he visto privada de mi libertad, de mi trabajo, de mi pasión que es el escenario, de mis viajes, por no mencionar los ingresos económicos…

3. R.P.: Después de la desescalada estamos en una situación de “nueva normalidad” pero también de mucha incertidumbre ¿en qué momento se encuentra usted ahora? 

Lucía Otero: He pasado por un momento en el que “no me encontraba”, con un futuro muy incierto donde no veía sentido a hacer planes, intentando vivir el día a día y no pensar demasiado.
"Ahora empiezo a ver la luz al final del túnel, quiero pensar que poco a poco la situación se irá solucionando y no pierdo la confianza en que todo va a estar bien".







4. R.P.: ¿Cómo ve su futuro como cellista en España dentro de la cultura en general y en concreto de las artes escénicas presenciales?

Lucía Otero: Muy complicado. Si ya lo era antes de la pandemia, me parece que las consecuencias a nivel laboral y económico van a ser devastadoras en este país.

5. R.P.: Se habla mucho de ‘volver’ a la normalidad, pero antes, ¿estaba todo tan bien?, ¿deberíamos volver a cómo estábamos? ¿reinventarnos?... ¿cómo?

Lucía Otero: Antes no estaba todo nada bien, vivimos en una sociedad en la que prima el interés económico, en la que los valores sociales y humanitarios están demasiado difuminados, hablamos de volver “a la normalidad” pero, en mi opinión, hay muy poco de “normal”, o, al menos, natural, en el comportamiento humano actual, estamos totalmente desconectados de nuestra esencia y los unos de los otros.

6. R.P.: ¿Qué eliminaría usted de cómo estaban las cosas antes y qué añadiría usted?

Lucía Otero: A riesgo de hablar de utopías o parecer idealista, eliminaría la falta de empatía y la priorización de los intereses económicos, para añadir valores de comunión los unos con los otros, y a la vez con todo nuestro entorno.

7. R.P.: En concreto en el mundo de la música, de los conciertos: ¿cómo ha cambiado su visión como intérprete?, ¿cómo piensa que esta pandemia va a cambiar la realidad de los compositores e intérpretes?

Lucía Otero: Creo que, como de toda gran crisis, también van a salir cosas buenas, que se han abierto nuevas vías de comunicación, por ejemplo la de los conciertos y clases online, que, aunque distan mucho de la experiencia en directo, también son una opción que llega para quedarse.

8. R.P.: Parece mentira que a estas altura tengamos que estar hablando de esto pero, ¿por qué la música y la cultura es importante para la sociedad?

Lucía Otero: La cultura y la música son fundamentales para la sociedad porque son la vía de comunicación más potente que podemos encontrar, porque está más allá de las palabras, trabajamos con los sentimientos de las personas, y si conseguimos una sociedad más feliz, más culta, el mundo es un lugar mejor.

9. R.P.: ¿Por qué se infravalora tantas veces la cultura, el trabajo del artista…?

Lucía Otero: Porque no produce bienes económicos, que son los únicos que interesan políticamente.

10. R.P.: ¿Qué papel van a jugar las plataformas digitales, el streaming, la tecnología ahora mismo tras el confinamiento? ¿tendrán utilidad estas herramientas tecnológicas en el futuro cercano y cuando la pandemia acabe?

Lucía Otero: Creo que son herramientas que vienen para quedarse, que debemos cuidar que no sustituyan a la experiencia en directo. Yo no estoy en absoluto en contra, pero me da un poco de miedo que se abuse de ello, como en general se viene haciendo con todo el desarrollo virtual. Como dice Marina Abramovic, “el problema no son las tecnologías, sino el mal uso de ellas”.

11. R.P.: ¿Saldremos de todo esto mejores?, ¿qué ha aprendido usted en todo esto?

Lucía Otero: Quiero pensar que para muchas personas este ha sido un periodo que ha facilitado el autoanálisis y la reflexión, pero tampoco pondría la mano en el fuego, al fin y al cabo la tendencia de la mayoría es volver a su pequeña rutina y olvidarse de todo lo demás. Para mí esta situación ha sido una “masterclass” de paciencia; paciencia y confianza.

12. R.P.: Avances tecnológicos, comunicación… ¿cómo se imagina los conciertos del futuro?, ¿habrá cambios en la experiencia artística?, ¿en los conciertos?…

Lucía Otero: Espero que no dejen de fomentarse las experiencias en vivo, tanto a nivel de conciertos, clases, como personales. Pero muy probablemente se abrirá un espacio a la vez ofreciendo posibilidades online. Mi único miedo al respecto es que se abuse de ello, olvidando la indispensabilidad del contacto y comunicación humana en directo

13. R.P.: ¿Qué espacio tiene la música de vanguardia en la nueva normalidad, en los futuros conciertos?

Lucía Otero: Debería tener un espacio igual de importante que el de la música clásica, al fin y al cabo es el arte de nuestro tiempo, comunica y transforma al ser humano actual bebiendo de la historia que vamos viviendo.

14. R.P.: ¿Cuál es el futuro de las artes presenciales?

Lucía Otero: Espero que el mismo, o mejorado. Llegados a este punto no me atrevo a hacer presunciones sobre el futuro ya que, si algo estoy aprendiendo, es que no podemos contar más que con nuestro presente inmediato. He llegado a un punto en el que esta situación me ha agotado emocionalmente, solo espero que la sociedad sienta la necesidad ingente que siento yo de volver a sobrecogerse a fuerzas categóricas como la experiencia de escuchar, por ejemplo, una “octava” de Bruckner en vivo y en directo, que nos haga recolocar de nuevo las necesidades y los valores de la humanidad, y que esto suceda más temprano que tarde, porque a muchos se nos está empezando a sobrecoger el espíritu algo más de la cuenta.

15. R.P.: Un pensamiento sugerencia para la situación actual ….

Creo que es fundamental que prestemos muchísima atención a nuestra intuición y que desarrollemos criterios, que tomemos medidas responsables ante las situaciones que estamos viviendo pero no nos dejemos arrastrar por el miedo y el odio que veo cada vez más a mi alrededor, eso no va a hacer más que dividirnos definitivamente y matar nuestro espíritu.




 
Caracterizada por una gran versatilidad, Lucía Otero es una violoncellista con una amplia experiencia tanto a nivel solístico, en el campo de la música de cámara como en el ámbito orquestal. Su cálido sonido, un técnica sólida y depurada, y su gran expresividad musical la han llevado a ser una violoncellista muy valorada a pesar de su juventud.Se ha formado con la maestra Natalia Shakhovskaya y Michal Dmochowski en la Escuela Superior de Música Reina Sofía y en el Centro Superior Katarina Gurska, donde ha disfrutado de una beca por méritos artísticos de la FKG, y ha continuado sus estudios de perfeccionamiento bajo la supervisión de David Geringas. Asimismo ha participado en lecciones magistrales con importantes violoncellistas como Franz Helmerson, Philippe Muller, Gary Hoffman, Roland Pidoux o Kazimierz Michalik.
Como solista ha tenido la oportunidad de viajar por toda la geografía española, dando conciertos por los teatros más prestigiosos de su país, como el Liceu de Barcelona, el Auditorio Nacional o el Teatro Monumental de Madrid, así como de participar en numerosos festivales internacionales como en la prestigiosa Fondazione Accademia Chigiana de Siena, el festival Pro Bono Musical en Krakovia, Polonia, o One World One Smile en Dar Es Salaam, Tanzania.
Domina un gran repertorio, desde el Barroco hasta la música contemporánea, habiendo participado en numerosos proyectos con importantes ensembles como el Plural Ensemble o Sax Ensemble.
Actualmente colabora habitualmente con prestigiosas orquestas como la ORTVE y OSPA, continuando a la vez con su actividad solística y camerística.
Toca un violoncello italiano del luthier Giuseppe Lucci di Bagnacavallo construido en Roma en 1942.

Las fotografías de Lucía son de Óscar Bejarano
 

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