ISSN 2605-2318

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«Un compositor tiene que ganar un territorio mental, no físico» Alberto Posadas


02/11/2020

Una entrevista de Ismael G. Cabral para El Compositor Habla.



Hace solo unas semanas la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid acogía la presentación del disco Poética del laberinto (Wergo), partitura(s) para cuarteto de saxofones de Alberto Posadas (Valladolid, 1967) que ha grabado el conjunto Sigma Project. Se trata de una obra que conforma un tríptico (hasta hoy al menos) con Poética del espacio y Poética del camino. Tres ciclos que retratan ejemplarmente la personalidad estética de un compositor que en 2011 mereció el Premio Nacional de Música. Distinción que, como suele ser habitual, nunca ha ido de la mano de la difusión de la obra de Posadas en España. Antes al contrario su música es demandada e interpretada por los mejores conjuntos centroeuropeos dedicados a la nueva música y notoriamente obviada en su país de origen. Su obra, ambiciosa y profusamente reflexiva, le señala como a una voz privilegiada de la creación contemporánea.
 
1. Ismael G. Cabral: Hace unas semanas estrenó en Colonia Poética del camino, con el ensemble recherche y los Neue Vocalsolisten además de otros dos solistas de viento. ¿Representa este nuevo ciclo, mejor que ningún otro, sus actuales inquietudes compositivas?
 
Alberto Posadas: El concierto tuvo lugar el pasado 11 de octubre. Y días después tuvo lugar una grabación de estudio pero lamentablemente no he podido estar presente. Un procolo interno de la emisora WDR, en cuya sede se presentaba la obra, me impidió viajar por provenir de una zona considerada de alto riesgo sanitario como es en estos momentos España. Lógicamente Poética del camino (2019), aunque solo fuera por cercanía temporal a su escritura, es una obra que siento muy afín a mí, pero realmente no tengo demasiada perspectiva sobre mis partituras de los últimos dos o tres años. Sí que puedo decir que esta Poética, junto con las otras dos que he hecho (Poética del espacio, 2019; y Poética del laberinto, 2016-17), la siento singularmente cercana.
 
2. I.G.C.: Poética del espacio, que estrenó en el Donaueschinger Musiktage 2019 el Klangforum Wien a las órdenes de Sylvain Cambreling, es una creación para gran ensemble espacializado de alrededor de 90 minutos de duración. ¿No le preocupa que la ambición de algunas de sus obras vaya en contra de su difusión?
 
Alberto Posadas: Soy consciente de lo que dice con respecto a una obra como Poética del espacio. Y sé, que su envergadura complica su interpretación. Pero para mí esto no es ningún obstáculo, lo relevante es la idea a nivel compositivo y no me planteo si una obra mía es más o menos fácil de que se vuelva a programar. Para serle sincero no soy alguien pragmático. Pero, con todo, a pesar de que con la pandemia todo está muy parado había conversaciones para que se volviera a montar. De todas formas le confesaré que siento una gran desafectación hacia las obras pequeñas, hacia la música de circunstancias. No hay en mí un a priori para componer en formato grande o pequeño, todo nace a partir de una necesidad que impone sus propios medios, por mucho que estos puedan ir en contra de la propia difusión de la obra. Pero no hay militancia en lo que le digo.
 
3. I.G.C.: ¿Estos ciclos de los que venimos hablando están cerrados o deja abierta la posibilidad de volver a ellos para ampliarlos o, por el contrario, quizás contraerlos?
 
Alberto Posadas: Son proyectos cerrados. No soy muy dado a volver sobre obras terminadas porque me interesa más buscar nuevos incentivos, nuevas problemáticas. Lo que sí existe es la posibilidad de oír algunas obras de estas Poéticas de manera aislada.
 
4. I.G.C.: ¿Por qué ese interés por el ciclo, por el engarce de obras en un contexto formal amplio?
 
Alberto Posadas: No tengo nada en contra de la idea de escribir obras de 15 minutos, de hecho yo mismo tengo unas cuantas. Pero hace años comencé a sentir que necesitaba manejar temporalidades más amplias de las que había venido usando. Necesitaba agrandar el material, crear obras que exigían mucho tiempo a nivel auditivo para ser percibidas, y mucho tiempo también para ser construidas. Los materiales de mis piezas son bastante ambivalentes porque pueden crear relaciones muy complejas; por eso uso extensiones más dilatadas. Me gusta componer de esta forma pero también necesito que algunas de las secciones de mis ciclos puedan funcionar como organismos autónomos, que puedan ser escuchados en ocasiones al margen del contexto en el que se insertan.
 
5. I.G.C.: Uno de sus primeros ciclos fue Liturgia fractal (2003/08), para cuarteto de cuerdas, que gozó de una sorprendente vida (concertística y fonográfica) pese a tratarse de una obra severa y muy estricta. ¿Se ve reflejado en ella cuando hoy la escucha?
 
Alberto Posadas: Sí. Pero aunque la vea como una parte intrínseca de mi quehacer compositivo no refleja desde luego al Alberto Posadas actual. Liturgia fractal fue una obra muy importante, es casi como un órgano de mi cuerpo. Pero hoy yo no escribiría una obra como aquella. Aunque con toda seguridad le diré que si hoy mi música es la que es es gracias a que existen en mi catálogo partituras como aquella. Mi idea de la composición es muy orgánica, muy evolutiva. Es realmente difícil establecer cortes limpios en la evolución de un creador; en obras posteriores siempre hay raíces de páginas que has escrito años atrás; y del mismo modo en piezas antiguas hay semillas de partituras que se desarrollan bastantes años después.
«No soy un compositor al que se le puedan adjudicar períodos; todo forma parte de un mismo arco»
 




6. I.G.C.: ¿Y en ese afloramiento creativo surgen de vez en cuando podas?
 
Alberto Posadas: He sido estricto conmigo mismo y hace años eliminé obras del catálogo. Pero ya no lo hago. Lo que está ahora mismo es lo que considero que se puede tocar.
 
7. I.G.C.: ¿Sigue sintiendo cercana la huella del magisterio que le impartió Francisco Guerrero?
 
Alberto Posadas: Lo que queda es un agradecimiento inmenso. Paco fue un maestro atípico que no me enseñó mucha técnica; hizo algo más importante, impulsarme a pensar por mí mismo. Esa fue su mayor aportación. Luego en el proceso formativo de un compositor pienso que hay más de autodidacta que de asunción del credo de tal o cual profesor. Pero la mayor enseñanza es que te empujen, que te den las herramientas para pensar por ti mismo. Antes de morir Paco vio algunas obras mías que él respetaba pero que yo sabía que ni le gustaban ni le interesaban. Pero era profundamente respetuoso. Sobre 1995 comencé a escribir piezas en la que investigaba más en las posibilidades de los instrumentos y eso a él no le atraía nada. Sin embargo nunca emitió ningún juicio de valor estético.
 
8. I.G.C.: Su comentario va en la línea de la desmitificación de esa imagen de compositor un punto absolutista que tuvo Guerrero y que se acrecentó tras su deceso...
 
Alberto Posadas: Todo eso forma parte de la imagen caricaturesca que él mismo contribuyó a crear. Podríamos decir que Paco cinceló un personaje en torno a sí mismo que yo creo que le perjudicó mucho. No recuerdo censurándome jamás por motivos subjetivos. Solo una vez me preguntó por las razones de una decisión que tomé en una partitura. Cuando comprobó que yo no era capaz de argumentarla entonces sí que me lo reprendió. Luego está el enorme valor de su legado; con la creación de algunas de sus obras tuve un contacto muy directo. Por ejemplo con Sahara, que me parece uno de sus logros más grandes.
 

 

9. I.G.C.: En los últimos años ha escrito mucho para saxofón, protagonista absoluto de dos de sus ciclos, Poética del laberinto y Veredas. ¿Qué le atrae del instrumento?
 
Alberto Posadas: Tengo que agradecer a Andrés Gomis que me introdujera al instrumento. Fue él quien me propuso hacer una obra para saxofón solo (Anábasis, 2001). Aquella pieza me abrió un mundo porque descubrí un artefacto con un potencial enorme. Como instrumento multifónico para mí es incomparable a ningún otro y es ideal para trabajar lo que yo llamo microinstrumentación. No me interesan tanto los instrumentos que puedan proveerme de muchas notas como aquellos que permiten que cada nota tenga una entidad individual. Además se daba otro hecho y es que el repertorio contemporáneo para el saxofón, salvo contadas excepciones, no me resultaba interesante por ser, entre otras razones, poco idiomático. En fin, fue así como llegué a trabar con Sigma Project y también con Ricard Carpellino, con quien he coescrito el libro Nuevas perspectivas en torno al saxofón. De la exploración sonora a la composición.
 
10. I.G.C.: ¿Qué fue del proyecto operístico para el Teatro Real?
 
Alberto Posadas: A pesar de que llegué a componer algo... quedó en nada, cayó con el fallecimiento de Gerard Mortier.
 
11. I.G.C.: El Ministerio de Cultura del Gobierno de España le reconoció en 2011 con el Premio Nacional de Música. Pero, distinciones al margen, ¿espera que alguna vez sus obras puedan ser más o menos regularmente oídas aquí?
 
Alberto Posadas: No dedico pensamientos a esto. Cada compositor tiene que buscar su propio espacio, que puede estar en tu país o en otro. No va de ganar un territorio físico, se trata de ganar un territorio mental. Y para esto la clave es contar con buenos músicos y saber elegir que es lo que cada uno necesita componer, pero nunca haciéndolo en términos prácticos, sino como un deseo vital.
 
11. I.G.C.: En la composición actual impera lo multimedia y la ya comentada forma breve. Su música nada a la contra, diría que en ese sentido es clásica y, a la vez, determinantemente vanguardista (creo que conecta de forma natural con la ambición de muchos compositores de la segunda mitad del siglo XX)...



Alberto Posadas: Tengo algunas obras con vídeo, también con danza. Pero fueron proyectos puntuales. Sigo escribiendo música para ciegos en un sentido metafórico, hago música que se sustente pudiendo cerrar los ojos. Me interesa el formato de concierto tradicional y no tengo nada en contra de lo multimedia aunque, salvo honrosas excepciones, sí que percibo un interés más por presentar las cosas que por el contenido de estas. Estoy algo saturado de esta tendencia, de oír y ver un exceso de creaciones que, con la intención de resultar más accesibles, tratan de convertir al oyente en un mero espectador.
 
12. I.G.C.: Aunque ha utilizado la electrónica en algunas de sus obras, ¿nunca le ha interesado trabajar con ella de manera exclusiva?
 
Alberto Posadas: En mi catálogo solo hay una pequeña obra electroacústica de circunstancias (Mort et création, 2011) que me pidieron para la inauguración del espacio cultural Centquatre de París. Pero no, no me interesa la electrónica en sí misma. Para mí en el concierto es importante contar con el factor humano, con el margen de error que aporta pero también con el margen de magia que puede añadir.
«Y la música electrónica pura a nivel de concierto no me parece que funcione, adolece de la vitalidad de un concierto con músicos en el escenario»
 






13. I.G.C.: ¿Cuánto le ocupa la cuestión de la trascendencia?
 
Alberto Posadas: Practicamente nada. Y es más saludable que sea así desde un punto de vista psicológico, pero también porque, a veces, uno se pregunta qué es eso de la trascendencia. Yo miro las programaciones y encuentro, por ejemplo, que un compositor de referencia como Luigi Nono apenas se interpreta. Y sin embargo para mí su obra tuvo y tendrá siempre una gran trascendencia. Por eso creo que esta no hay que buscarla solo a partir del fallecimiento.
«La trascendencia viene dada por la propuesta del compositor y esto es algo que debería poder advertirse en vida de este. Lo que el futuro depare no es algo que podamos controlar»
 







14. I.G.C.: Cita a Nono pero, ¿qué otros compositores contemporáneos juzga ineludibles?
 
Alberto Posadas: Scelsi, Xenakis, Stockhausen hasta los años 70... También me interesa Beat Furrer, un compositor importantísimo; al igual que también lo hace la música de José Manuel López López.
 
15. I.G.C.: ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
 
Alberto Posadas: En breve el sello Kairos publicará mi ciclo para saxofón Veredas, con Ricard Capellino. Y estoy componiendo, contrariamente a lo que hemos venido conversando, una obra breve para contraforte, un instrumento muy nuevo que estoy descubriendo y que me ha pedido Lorelei Dowling, fagotista del Klangforum.


La fotografía de Alberto Posadas es de Harald Hoddmann

 
Ismael G. Cabral
Octubre 2020



 
 

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