ISSN 2605-2318

Noticias

«Fantasmagorías y estelas armónicas»


16/09/2022

Una crítica de Paco Yáñez para El Compositor Habla.



STEFANO SCODANIBBIO: Visas; Lugares que pasan – a Adolfo Castañón; Altri Visas; Mas Lugares (su Madrigali di Monteverdi) – a Luciano Berio. Arditti Quartet. Area Sísmica, Rassegna di Nuova Musica, producción. Andrea Lambertucci, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 71:26 minutos de duración grabado en el Teatro Lauro Rossi de Macerata (Italia), del 10 al 14 de abril de 2016. Kairos 0015091KAI.
 

Prematura, demasiado prematuramente desaparecido, el contrabajista italiano Stefano Scodanibbio (Macerata, 1956 - Cuernavaca, 2012) es, asimismo, autor de una serie de partituras entre las que destaca su escritura para instrumentos de cuerda, de la cual muchos tuvimos primera noticia por medio de uno de aquellos míticos discos grabados por el Arditti Quartet para el sello Montaigne; en concreto, por lo que a Scodanibbio se refiere, el registro del año 1992 de los tres episodios que conforman Visas (1985-87).
 
Visas representa el lado más puro y abstracto en el catálogo para cuarteto de cuerda de Stefano Scodanibbio, un compositor que en este mismo género ha viajado y establecido diálogos desde con la música popular, en su Canzoniere Messicano (2004-09) o en sus Quattro Pezzi Spagnoli (2009), a con la gran tradición europea, a través de unos Contrapunctus (2007-09) en los que los originales bachianos comprendidos en Die Kunst der Fuge BWV 1080 (c.1738-50) cobran una nuevas vidas.
 
Estas últimas partituras ya habían sido publicadas en disco compacto por el sello ECM, en soberbias versiones del Quartetto Prometeo que, grabadas en el año 2011, cubrían un importante hueco en el catálogo scodanibbiano. Pues bien, un lustro más tarde, el Arditti se encerraba en una producción en estudio de cinco días para darnos cuenta de cuatro nuevas grabaciones para cuarteto de cuerda del compositor italiano, comenzando por aquellas Visas que ellos mismos habían grabado (aunque de tal formación sólo reste el imperecedero Irvine Arditti) hace ahora treinta años.
 



Visas (1985-87) muestra esa voz tan personal y diferente, con respecto al mundo de la vanguardia, a la que Irvine Arditti se refiere en las notas de esta edición discográfica: una voz, la de Stefano Scodanibbio, que en el ámbito de la escritura para cuerdas se caracteriza por su atención a los armónicos, a las sonoridades más volátiles y huidizas, creando verdaderas fantasmagorías de una belleza tan inasible como subyugante. Es por ello que resulta curioso que un compositor cuyo propio instrumento fue el cavernoso contrabajo muestre tal predilección ya no sólo por las tesituras agudas, sino por su modulación y articulación tan basada en dichos armónicos como en el flautando, algo que confiere a Visas una sutil levedad y ciertos ecos orientales.
 
De acuerdo con Mario Gamba, es la de Scodanibbio una música antirretórica, en constante evolución y movimiento, abierta y pulsátil. Visas comprende todo ello, aunque entre sus tres episodios se da cierta direccionalidad que los encadena e hilvana, tramando una estructura progresiva. Es Visas, asimismo, todo un proceso evolutivo de lo musical, una pequeña historia de bolsillo, que se abre con un primer movimiento en el que el primer violín entona un discurso existencial y apremiante, marcado por cierta urgencia y angustia, tanto en su propio instrumento como en la interacción con las tres restantes cuerdas, que van ampliando el cuarteto hasta su plantilla al completo. La progresiva construcción de esta arquitectura se asienta, aquí, en modelos más clásicos, aunque la expansión de los motivos a través de las dieciséis cuerdas no sea, en absoluto, convencional, y si bien utiliza recursos tonales, éstos parecen entrar en proceso de disolución, apenas se asientan en cada instrumento, como si desde ellos huyesen hacia otra dimensión.
 
El segundo episodio juega —según Mario Gamba— con núcleos irregulares, creando secuencias repetitivas a modo de flashes cortos: luces que traman todo un juego de señales entre los miembros del Arditti, un lenguaje secreto en busca de sorprendentes melodías y consonancias, cuando entre dichos destellos se produce un acorde cromático, un haz de luz que parece conectar el mundo de ayer —que diría Stefan Zweig— con el de hoy: unión de clasicismo e «hipermodernidad» —utilizando, de nuevo, las palabras de Mario Gamba— que esta última tanto rechaza como admite. Todo este proceso de tensiones y magnetismos se conduce a un tercer episodio más dilatado que los precedentes, en el que se agudizan la velocidad y la desintegración del cuarteto: un anhelo de la individualidad que parece retrotraer al cuarteto a los estadios germinales del primer episodio, en el que cada instrumento iba al encuentro del otro. El final regreso del todo a sus partes perfila, así, un horizonte conclusivo en el que, por descontado, cada individuo de esta microsociedad ya no es el mismo que a ella había ido entrando en el transcurso del primer episodio, por lo que Visas dibuja, asimismo, todo un proceso iniciático-musical.
 
Aquel primer movimiento de Visas había sido dedicado por Stefano Scodanibbio, precisamente, al Arditti Quartet, reforzando los vínculos de los londinenses con un compositor a cuyo festival en Italia, el Rassegna di Nuova Musica de Macerata, habían acudido por primera vez en 1987. Dichos vínculos se remontan, a nivel fonográfico, a la antes referida grabación de Visas para el sello Montaigne, más directa y aguerridamente articulada que la nueva grabación para Kairos, en la que priman los elementos unificadores y el trabajo de los armónicos, donde el registro de 1992 resultaba más atomizado y virulento. Quizás, por impacto a nivel técnico, me quede con la contundencia de los Arditti en los años 90; si bien en cuanto a sentido de conjunto y calidad de sonido, se impone esta nueva grabación.
 
Siguiendo un orden cronológico (algo que tanto se agradece y que tan revelador resulta sobre el recorrido estético de un compositor —pero que tan a menudo se obvia en la disposición de las partituras en disco compacto—), el segundo cuarteto aquí reunido es Lugares que pasan – a Adolfo Castañón (1999). Dedicada, como su título explicita, al escritor y académico Adolfo Castañón, estamos ante una obra que explicita los estrechos vínculos de Scodanibbio con un país, México, en el que finalmente terminaría encontrando la muerte, víctima de una esclerosis que años antes lo había privado de seguir tocando el contrabajo.
 
Lugares que pasan comparte con algunas de las piezas del Canzoniere Messicano, así como con la literatura del propio Castañón (o de otros escritores mexicanos, como Juan Rulfo y Carlos Fuentes), la levedad de la fantasmagoría, lo huidizo de lo inasible, cual si el cuarteto estuviese constantemente creando auras que se desvanecen, haciendo permeables las fronteras entre el ser y el no ser, entre la vida y la muerte. Ello genera la síntesis de densidad y liviandad que Lugares que pasan nos muestra, su carácter de tránsito en estado continuo, haciendo forma de lo que —muy poéticamente— Mario Gamba dice «episodios cargados de un lirismo casi desesperado: del deseo de una imposible felicidad infinita». El final de estos lugares musicales en fuga dudo mucho que nos haga alcanzar dicha felicidad, pues se mueve en claves tan contrapuestas, en tensiones tan dispares, que cualquier equilibrio está condenado al fracaso; a no ser que alguien tan sabio como Stefano Scodanibbio hubiese querido contarnos que sólo quien sepa manejar ese frágil desequilibrio será el equilibrista perfecto. Sin duda, los Arditti se encuentran cerca de tal estado de gracia, pues su lectura muestra una perfección pasmosa, cargada de ambiguas sutilezas y magia. Sus numerosos conciertos en México, así como su ya larga colaboración con compositores mexicanos como Julio Estrada o Hilda Paredes, les habrá ayudado a comprender ese mistérico mundo del país azteca.
 
La finisecular Altri Visas (2000) funciona, temporalmente, en sentido inverso con respecto a Visas, pues cada movimiento es, sucesivamente, más corto que el anterior. Hay, en este segundo ciclo de episodios para cuarteto de cuerda, un trabajo sobre ideas desgajadas del ciclo de los años ochenta, en lo referido a la unidad/dispersión de los materiales, así como al sentido de movimiento que impelen sus tres partes, ya desde un primer episodio que nos remite, por medio de su título, Para llegar a la Montego Bay, al tránsito, citando al escritor cubano José Lezama Lima. Ese anhelo de arribar a algún lugar se hace patente en una música tendida continuamente en direccionalidades que persiguen, bien un horizonte, bien las estelas de las restantes cuerdas del cuarteto, lo que refuerza la antes citada tensión entre homogeneidad y heterogeneidad.
 
Nuevamente es un escritor, el parisino Stéphane Mallarmé, quien da título al segundo episodio, Au seul souci de voyager, y una vez más, éste tiene que ver con el viaje como camino espiritual; en este caso, el que persigue una «espléndida y túrbida India». Es un movimiento que, asimismo, evoluciona en términos técnicos, pues del trabajo melódico y armónico pasamos a una integración de puntuales técnicas extendidas, como lachenmannianos efectos de sobrepresión que confieren una sonoridad más moderna al ecuador de una partitura que, desde dicha turbidez, más rugosa y violenta, va avanzando hacia una reaparición de las auras armónicas, más espirituales, cuando no en pos de unos perfiles microtonales que hacen flotar al cuarteto de forma extática, incluyendo melodías evanescentes: toda una ruta de contemplación.
 
El tercer episodio de Altri Visas nos remite a un nuevo poeta, Johann Wolfgang von Goethe, algo de lo que nos informa su título, Kennst du das Land? A pesar de que la fuente literaria y los modelos musicales puedan resultar aquí más tradicionales, estamos ante una nueva fantasmagoría que hará que toda la tierra conquistada en nuestro trayecto, a través de los dos episodios precedentes, se volatilice bajo nuestros pies, dejando nuestra mirada atónita. Es algo en lo que incidía el propio Scodanibbio, al hablarnos sobre esta pieza y su capacidad para desarticular las estructuras ya consolidadas, de-formando el lenguaje. Algo ancestral, atávico y ajeno al orden se asoma a este tercer episodio de Altri Visas, un sonido-magma inasible, que no deja de recordar a Giacinto Scelsi y sus cantos arcaicos articulados por medio de nuevas y personales formas musicales. Una vez más, el Arditti Quartet borda esta forma de crear texturas melódicas desde armonías tan plasmáticas como inasibles, cual los espejismos de un Pedro Páramo (1955): referencia literaria a la que me remitiría para enmarcar Kennst du das Land?, antes, incluso, que al original goethiano (algo que no nos debiera extrañar, pues el propio Scodanibbio fue uno de los músicos que estrenó, en Madrid, la ópera de Julio Estrada Murmullos del páramo (1991-2006), basada en la obra maestra de Juan Rulfo).
 
Siguiendo una dinámica similar a la que unía Visas y Altri Visas, cuatro años después de componer Lugares que pasan Stefano Scodanibbio nos regaló Mas Lugares (su Madrigali di Monteverdi) – a Luciano Berio (2003), estableciendo un diálogo con dos de sus compositores predilectos, al tiempo que dos gigantes de la música italiana de todos los tiempos. Nos acercamos, aquí, al Scodanibbio que ya iba camino de la estética por él mismo desarrollada en partituras como el Canzoniere Messicano (2004-09) y los Contrapunctus (2007-09): a un auténtico mago de la paráfrasis y del juego con los ecos históricos, en cuyas partituras reaparece la melodía con fuerza, ya tomada de los acervos populares, ya de la música culta.
 
Sin embargo, dentro del profuso eclecticismo que caracteriza al último Scodanibbio, llama la atención que el primer movimiento de Mas Lugares muestre una innegable impronta de Steve Reich, tanto por sus construcciones métricas como por los juegos rítmicos y de respuestas entre los instrumentos del cuarteto. Pasando al segundo movimiento, Io mi son giovinetta, comienza la dinámica de transcripciones y adaptaciones a partir de madrigales de Claudio Monteverdi, incluido el del libro IV que da nombre a esta segunda parte de Mas Lugares (título en el que intuimos que se ha omitido la preceptiva tilde diacrítica en castellano para el adverbio «Más»), único madrigal que se usa de forma íntegra (mientras que el resto son fragmentados en los restantes movimientos).
 
Ello da pie a un juego de citas, espejeos, deformaciones y estilizaciones, más o menos fieles al original, que encuentran en Luciano Berio un paradigma muy cercano al del propio Scodanibbio, dentro de la música contemporánea transalpina: motivo por el que a Berio le fue dedicada esta serie de Mas Lugares, como homenaje póstumo. Se suma, así, Stefano Scodanibbio a esa proteica reflexión sobre la historia que caracteriza a buena parte de la mejor composición italiana de los siglos XX y XXI, con ejemplos paradigmáticos como los de Luigi Nono, Salvatore Sciarrino o el propio Luciano Berio. A ellos se une Stefano Scodanibbio, dando muestras de magisterio en estas paráfrasis sobre madrigales monteverdianos, a las que se asoma un velo de nostalgia, un melodismo dulce y cálido, enmarcado en una construcción armónica que, en claroscuro, tanto muestra la pátina de ese tiempo hecho música como los armónicos tan personales a los que nos hemos referido para caracterizar la estética de Scodanibbio, progresivamente esfumados en un gran arco que en este compacto del sello Kairos nos conduce desde lo más abstracto a la reformulación del canto como un punto de encuentro con la intemporalidad en lo musical: canto suspendido que aquí conecta partituras y momentos históricos de la música italiana separados por más de cuatro siglos de distancia; o la propia conjura del tiempo a través del arte: un tiempo de cuyo legado el propio Scodanibbio ya forma parte.
 
Por lo que a las grabaciones se refiere, éstas son excelentes: más límpidas y nítidas que la de Visas en su día para Montaigne, así como con una soberbia espacialización que logra una transparente presencia del cuarteto londinense en nuestros equipos de música. La edición del compacto presenta el habitual diseño del sello Kairos, incluyendo fotografías de compositor e intérpretes, los datos completos de los registros y textos a cargo de Irvine Arditti, en el que recuerda su relación musical y humana con Stefano Scodanibbio; Mario Gamba, que traza un marco estético general sobre el compositor de Macerata; y del propio Gamba y Scodanibbio para adentrarnos de forma escueta en cada una de estas partituras: verdaderas fantasmagorías que recorren culturas e historia(s), dejando a su paso una bella estela de auras armónicas.  
 



Más información en la página web del sello Kairos
 
© Paco Yáñez, septiembre de 2022


Paco Yáñez, Santiago de Compostela, 1974, desarrolla su actividad creativa en la intersección y diálogo de diversos lenguajes artísticos; destacadamente, la fotografía, la música, el cine y la literatura. Tal es el camino recorrido por sus dos novelas hasta ahora publicadas: ...distancias... (Baía Edicións, 2008) y contra(de)cadencia (Laiovento, 2014; EdictOràlia, 2021), así como por sus ensayos, entrevistas y críticas musicales, publicados en ocho idiomas en medios especializados de América y Europa, así como sus notas para conciertos y discos. Diversos compositores han creado obras musicales inspiradas en sus fotografías y textos poéticos, diálogos interdisciplinarios que articulan toda su creación.
Ha pronunciado conferencias en conservatorios, auditorios y espacios culturales, como la Universidad de Santiago de Compostela, el Auditorio de Galicia, el MARCO de Vigo, la Fundación Luis Seoane, o el Centro Gallego de Arte Contemporánea.
Sus fotografías han sido exhibidas y publicadas en exposiciones, catálogos y revistas de arte y música, tanto en España como en el extranjero, incluyendo instituciones y medios especializados como la revista Sibila, la revista del CGAC, Ricordi, etc.  
En el terreno cinematográfico, ha colaborado en la realización de los documentales Correspondencias sonoras (2013) y Enrique X. Macías. A lira do deserto (2020), obras de Manuel del Río. 
Paco Yáñez es colaborador de El Compositor Habla

Más información en el canal de YouTube de Paco Yáñez

 

Destacamos ...



Este trabajo tiene la licencia CC BY-NC-SA 4.0