Hoy hablamos con Ismael G. Cabral, una de las voces más autorizadas de la crítica de la música contemporánea, de la música actual, de la música de los siglos XX y XXI.
El mes que viene arraca una sección de crítica discográfica en su Atelier de Músicas y hemos querido terminar el mes de septiembre hablando con él de lo que más le gusta: la música de nuestros dias.
1. Ruth Prieto: Llevas toda una vida estudiando, escuchando, escribiendo sobre musica actual. ¿De dónde te viene este interés por la música de nuestros días?
Ismael G. Cabral: Muchas gracias por tus palabras hacia mí. Me viene de un descubrimiento un tanto azaroso, en mi adolescencia yo venía de lo que entonces se daban en llamar
nuevas músicas y poco a poco empecé a pensar que aquello se me quedaba corto y que quizás había algo más allá de esas melodías maravillosas, y de esas músicas. Llegué a un concierto por curiosidad, porque no sabía de qué iba aquello y me llamó la atención, me regalaron una entrada y era el Cuarteto Arditi estrenando una obra del compositor español Paco Guerrero. Cuando llegué allí ni sabía quién era el cuarteto Arditi ni sabía quién era Paco Guerrero ni sabía realmente que iba a escuchar, pero aquello me fascinó, estoy hablando del año 1997. Me quedé, empecé a prestar oídos a todo aquello y empecé a introducirme en en este mundo. Bueno son 30 años casi.
2. R.P.: ¿Cómo ha cambiado la crítica musical en el contexto de la música contemporánea desde que empezasteis a escribir hasta nuestros días?
Ismael G. Cabral: Yo creo que que ha cambiado a mejor y esto es un tanto paradójico porque la profesionalización no ha cambiado. Básicamente no existe como tal la figura del crítico musical, igual que la del crítico cinematográfico existe. En muchos casos es una cuestión de de voluntades, de colaboraciones, pero realmente esa personificación que todos más o menos podemos tener en la cabeza de personas absolutamente relevantes, y hablo en el contexto español, que se dedicaban a la crítica musical, al periodismo musical también por extensión, no diría que se ha perdido pero desde luego no ha evolucionado en un sentido positivo. Pero sí que hay más personas escribiendo que saben más de música nueva, de música contemporánea. En el año 97 por retrotearme a ese primer momento la crítica musical especializada no existía. Prácticamente existían personalidades sueltas, muy aisladas que se dedicaban con mucha fricción y mucho entusiasmo a escribir de esto, pero realmente era el crítico de música clásica el que de vez en cuando se enfrentaba con el hecho contemporáneo y no siempre lo entendía o le interesaba del mismo modo que una sinfonía de Beethoven que realmente era para lo que estaban.
No sé si compartirás conmigo la impresión que hoy, al menos, tengo la sensación de leer a más voces y más distintas, más pluralidad y además hay más interés en que haya espacios donde se puedan compartir estas reflexiones. Aunque no dejan de ser como te decía antes, una reunión de voluntades y en eso tristemente no, no se ha cambiado.
3. R.P.: ¿Qué papel crees que juega la crítica en la promoción o el rechazo de obras de música contemporánea?
Ismael G. Cabral: En la promoción pienso que bastante, no tanto en la promoción de unas u otras obras, pero sí en la promoción de compositores que ven hoy más que nunca en la persona que reseña, en el crítico, un trampolín. Ahora bien a mí siempre, tanto con la crítica de música contemporánea como con la crítica de música clásica, me gusta poner en contexto y en situación. Creo que la crítica tiene un papel muy importante como documentación que queda ahí para el futuro, documentación para la persona que un día puede llegar a esa obra que hoy estás comentando, o que queda ahí, pero desde un punto de vista archivístico y yo creo que ese es un papel más relevante del que nos creemos pero tampoco más, es decir tampoco nos podemos arrogar una relevancia que creo que la tiene que tener en todo momento el compositor y el intérprete que son los que crean y ejecutan.
4. R.P.: ¿Cómo te preparas para escribir sobre un álbum o un CD de música contemporánea, qué elementos consideras más importantes a la hora de enfrentarte a un álbum?
Ismael G. Cabral: Yo haría una distinción entre hacer una reseña de un estreno, que plantea una situación distinta y a mi parecer más compleja, que a la hora de escuchar un disco. Si me preguntas por un disco, generalmente hay un
background que uno lleva ya de conocimiento. Yo creo que eso es importante para tener un contexto, un punto de partida, y a partir de ahí claro, la reseña de la música contemporánea, no se puede medir con los mismos parámetros que la de la música clásica porque efectivamente todos entenderéis que cuando uno recibe un disco con una grabación de una sinfonía de Brahms o de Sibelius tiene muchísimo con lo que comparar, y ni siquiera eso es lo fundamental porque al final tampoco la crítica puede estar basada en un juego comparativo con lo que hizo
tal o cual director o tal o cual pianista. Pero desde luego en la música contemporánea son raras las ocasiones en las que uno puede comparar y puede decir que puede escuchar una grabación anterior como mucho. Entonces fundamentalmente a tu pregunta yo respondería que se trata de lo que uno traiga en la mochila, del conocimiento que uno traiga de ese compositor, de las obras previas, del recorrido estético de ese compositor y también en algunos casos si se puede contar, que no suele ser habitual, si se puede contar con la partitur, también es de ayuda, claro. Nos falta el elemento del tiempo. Hay muchas obras que son estrenos. Pero también me parece algo muy suculento este salto sin red que supone a veces el enfrentarnos a una obra sin tener conocimiento de qué vamos a escuchar. Yo creo que eso enriquece la escucha del público.
5. R.P.: ¿Crees que la crítica en formato impreso sigue teniendo el mismo impacto que antes de la era digital? ¿Cómo ves tú esta esta situación?, porque parece a veces que el papel sigue teniendo este halo de algo mucho más especial, teniendo en cuenta que el papel lo lee mucha menos gente y que a nivel digital puede llegar a mucha más gente.
Ismael G. Cabral: Sí, yo creo que lo digital está plenamente establecido, y que los músicos, los compositores, valoran perfectamente la importancia que tiene el hecho de una publicación digital. Ahora bien, ese marchamo poético al que aludes sigue existiendo, y sigue existiendo con una fuerza enorme. En ese sentido parece que la persona citada se va a sentir mucho más estimulada por el hecho de ver su nombre o su referencia en un papel, cosa que no es del todo entendible, teniendo en cuenta que lo digital a veces permite una extensión en el desarrollo de las de las opiniones, de los juicios, de las argumentaciones muchísimo mayor que lo que permite el papel. Creo coincidir contigo en que el papel sigue teniendo una relevancia pese a estar en el siglo XXI y a todo lo que queramos muy grande. Alguna experiencia hemos tenido tú y yo en torno a esto que algún día contaremos pero siempre recuerdo momentos en los que ves que la gente prefiere el papel como si fuera mucho mejor simplemente por eso.
6. R.P.: Como ya sabes que nuestros medios tienen esta vocación didáctica, yo no puedo dejar de preguntarte
¿cuáles son los compositores o intérpretes de música de los siglos XX y XXI que consideras imprescindibles para cualquier oyente que esté interesado en la música contemporánea?
Ismael G. Cabral: Bueno, esa pregunta tiene una respuesta muy extensa. La respuesta es extensa y lo digo con felicidad, porque esto quiere decir que habría mucho que decir. Hoy podemos hablar de grupos estupendos en España que se dedican de manera muy profesional a la música contemporánea con muchos menos medios de los que gozan grupos homólogos en Centroeuropa. Todos tenemos en la cabeza referencias que lo siguen siendo.
Yo antes me refería al Cuarteto Arditi, que siendo un nombre capital de la música contemporánea, pero también el Ensemble Modern, el Klangforum de Viena, el Musikfabric de Colonia, el Intercontemporain de París. Estos son los grandes, pero es que también hay muchos grupos más jóvenes que merecen muchísimo la atención
como por ejemplo el Arxix Ensemble de Galicia, Taller Sonoro en Sevilla, Ictus en Bélgica, el Ensamble Musiques Nouvelles que en su momento dirigió Thierry de May, Cantando Admont, un grupo coral que a mí me parece muy potente en lo que están haciendo, y en el mundo coral contemporáneo Neue Vocal Solisten que siguen siendo ejemplares.
Y si me preguntas por mi filiación más cercana Chaya Czernowin, una compositora israelí a la que yo adoro y que me parece una de las más grandes compositoras vivas, Helmut Lachenmann que sigue ahí a los 88 años componiendo, en fin György Kurtág que hace muy poco cumplía 98 años. Y hay muchos compositores jóvenes.
7. R.P.: ¿Qué tendencias actuales en la música contemporánea te parecen más interesantes o innovadoras?
Ismael G. Cabral: El tiempo de las escuelas se acabó o al menos con la fuerza que en un momento tuvieron, cuando sabíamos que al escuchar a tal o cual compositor íbamos a oír música espectral, música post serial, música el espectro más ruidista, de las técnicas extendidas ....los contornos se han suavizado y entonces hablar hoy de tendencias a mí me resulta complicado puesto que no estamos ya en la época de los compartimentos estancos, de este compositor pertenece a tal escuela o a tal conservatorio y este a tal otra.
Sí que podríamos decir por ser un poco más calificador y no quedar en el terreno de lo vago que todas esas escuelas que hemos conocido y hemos oído muchas músicas siguen estando presentes es decir sigue habiendo compositores de la escuela espectral, del ámbito del ruido y se están haciendo cosas muy potentes en la esfera del post rock, y en el ámbito de la electrónica si nos metemos ahí, pero eso sería y tú lo sabes bien, como abrir una ventana no al campo sino a un Universo entero, porque dentro de la música electrónica conviven estéticas de lo más diversas y yo creo personalmente -y esto sí que tómalo como una afirmación absolutamente subjetiva- creo que en gran medida
buena parte de lo mejor que se está haciendo en música contemporánea, es en el ámbito de lo electrónico, en el ámbito de lo intermedia, es decir de la música electrónica en diálogo con los instrumentos y las voces.
8. R.P.: ¿Y hay algún género dentro de la música contemporánea que consideres un poco subvalorado o poco explorado por el público general?
Ismael G. Cabral: Siempre me ha llamado la atención lo residual que ha sido la llamada música electroacústica, con este "palabro" raro, un tanto grande y que ciertos compositores se dieron en dar más que nada porque querían diferenciarse de la música electrónica, claro porque cuando uno dice música electrónica parece que piensa en la pista de baile. La música electroacústica es una palabra que da como mucho miedo pero que realmente en ella hay compositores de un preciosismo sonoro sensacional y de una narratividad -esto es algo que la música contemporánea no siempre se tiene- de una narratividad enormemente poética, enormemente lineal también.
Por supuesto, que se cuentan historias a través de lo sonoro y estoy pensando en compositores como por ejemplo
el tristemente desaparecido hace muy poquito el compositor canadiense Francis Dhomont, un músico que yo por ejemplo no dudaría en recomendar a alguien que no sepa por ejemplo de qué estamos hablando.
Entonces yo diría que la música electroacústica es un terreno a explorar porque hay cosas realmente preciosas
en el sentido romántico del término
9. R.P.: Y en una era dominada por la música en streaming, ¿cómo ves el futuro, el formato CD en la música contemporánea? porque estamos hablando todo el día de las dificultades de la música, de la crisis de la música,
pero cada día yo veo que se siguen editando y publicando CDS y CDS y que los críticos no dáis a basto. Yo nunca he recibido tanto material como ahora.
Ismael G. Cabral: Hace años cuando se estrenaban ciertas piezas de envergadura uno decía caramba ojalá se pudiera grabar. Hoy la discografía contemporánea es enorme y esto tendrá algo que ver con esa poesía del papel
es decir será también una poesía de lo físico, del disco compacto, del objeto. Y con el hecho de que para un compositor, para un músico, no hay mejor carta de presentación que un disco en la mano. Aunque tenemos que saber que la idea filantrópica del productor discográfico que arriesgaba su dinero para publicar a Xenakis o a Messiaen se ha perdido. Hoy las discográficas son empresas a en las que si tú pagas, tú grabas y tú editas, sin más.
Esto hace que claro el catálogo de los grandes sellos de contemporánea sean muy irregulares. Y mira ahí sí que quizás los que nos dedicamos a escribir de esto como como tú y como yo nos podamos arrogar cierta capacidad de bueno sugerir al oyente por dónde quizás deba ir porque no todo lo que se edita es bueno ni muchísimo menos. Ese es el problema cuando falta criterio y falta capacidad de decisión y pones el dinero encima de la mesa y te editas el disco, porque desgraciadamente muchos artistas y compositores son los que pagan sus propias ediciones.
10. R.P.: Me gustaría preguntarte si últimamente ha caído en tus manos alguna edición, algún CD de estos memorables, innovador maravilloso...uno de estos que te dan ganas de decir por favor no os perdáis esto.
Ismael G. Cabral: De vez en cuando sí que caen en nuestras manos cosas que son realmente extraordinarias
sí sí así es claro, porque entre tanta producción tiene que haber cosas extraordinarias también.
Hace muy poco escuchaba un disco de un compositor de origen canario Juan Manuel Marrero cuya obra desconocía por completo y que puse en el reproductor sin demasiada expectativa y me sorprendió gratísimamente la escritura de de este compositor para cuarteto de cuerda, del sello Neos y tiene una escritura muy diáfana un tanto si queremos decir convencional, es de un melodismo neoclásico en el que no pretende descubrir nada pero es de una belleza y de una sencillez, y también de una consecución de las ideas, que es verdaderamente ejemplar. U otro del sello danés Da capo preciosamente editado de la compositora islandesa Bára Gísladóttir con obras para contrabajo y para orquesta sinfónica que es espectacular.
Un disco es una tarjeta de presentación de un músico o de un compositor cuando se relaciona y cuando viaja
y cuando toca para contactar con programadores, con críticos, con personas que quizás puedan invitarle a que siga creando a que siga tocando y todos creo que podemos concluir fácilmente que darle a alguien un disco es algo más bonito que darle pues un código de descarga. Entonces creo que sí, que seguramente esto es una radiografía del momento actual y puede que dentro de x años volvamos a hablar de este asunto y a lo mejor estemos plenamente insertos en el boom digital que ya existe como tal, pero también existe este boom discográfico. Las discográficas
no parece que vayan a desaparecer, yo creo que seguimos necesitando el objeto.
11. R.P.: ¿Y ha habido a lo largo de tu extensa carrera un CD que te haya impactado, que haya habido un antes y un después de ese CD?
Ismael G. Cabral: Bueno, sí, lo que ocurre que claro otra vez invoco esa palabra tan hermosa de la subjetividad.
Te puedo hablar de la Trilogie de la Mort de XI Records que la compositora francesa Éliane Radigue compuso a comienzos de los años 80 por el impacto del fallecimiento de su hijo en un accidente de automóvil. Una obra de unas 4 horas de duración, una obra electrónica muy conectada con sus creencias en el budismo y que recuerdo cuando adquirí ese disco hace muchos años que aquello me sumió en un juego casi de trance el poder sumergirme en esa música. Es un disco editado en Nueva York si no recuerdo mal. Por ejemplo eso fue un impacto tremendo.
También la grabación del Cuarteto Arditi del ciclo Zayín de Francisco Guerrero que concluye el catálogo de Guerrero
porque murió muy poquito tiempo después de estrenarlo. Una obra a la que sigo volviendo año tras año, me sigue pareciendo un impacto enorme, una obra que está compuesta desde las entrañas, como componía Guerrero.
O más recientemente por ejemplo hay una grabación que pensé que no sería ninguna novedad, una grabación
preciosa de la sinfonía Turangalila de Olivier Messiaen de Gustavo Gimeno y la Orquesta Sinfónica de Toronto
en Harmonía Mundi, un disco que tendrá unos pocos meses y pensé otra grabación más de Turangalila, y caramba cómo suena la orquesta de Toronto. Nunca había escuchado el Ondas Martenot que utiliza Messiaen en la sinfonía
de una manera tan brillante. Para mí es una grabación de referencia total cuando pensaba que ya teníamos otras.
12. R.P.: A veces me encuentro con un disco que me ha gustado mucho y luego leo unas críticas malísimas
o al revés no me ha gustado nada y leo unas críticas buenísimas y me recuerda esto de la subjetividad de lo que hablas tú, ¿cómo lo vives tú esto?
Ismael G. Cabral: Pues parece mentira que en un ámbito tan supuestamente supuestamente sofisticado como el de la música clásica y en este caso el de la música de creación, música contemporánea haya este juliganismo que deriva por tanto en enfrentamientos a veces intestinos entre que sí y que no, que es bueno y que es malo, por qué apoyas a este compositor o por qué has dicho que esto o lo otro. Yo creo que nos sigue llamando la atención a ti y a mí que nos movemos en este ámbito de la música, nos sorprende mucho y parece que no nos acostumbramos
pero realmente si hablamos del flamenco y los críticos viven en enfrentamientos constantes entre ellos pero también con los propios artistas. O no digamos en el en el mundo de la crítica cinematográfica.
13. R.P.: ¿Qué consejo le darías a un joven crítico que está empezando en el campo de la música contemporánea?
Ismael G. Cabral: Lo primero y perdona lo poco poético del asunto es que si alguien está pensando en dedicarse a escribir de música contemporánea, sería genial y no sabes cuánto podré empatizar con él o con ella pero que busque una dedicación central porque como decía antes el tiempo de las grandes figuras en la prensa, de los periodistas musicales ha terminado. No existe un modelo de profesionalización del crítico de música. Si existe el ámbito de las colaboraciones. Desde el prisma de la escucha que tenga los oídos muy abiertos y para dedicarnos a esto
hay que tener una curiosidad enorme, no tanto por oír lo que ya sabemos que nos gusta sino por oír lo que no sabemos si nos gusta o no. Yo creo que esta es la diferencia central, el crítico de música clásica constantemente se está confrontando con lo que le gusta y con lo que conoce muy bien, en cambio nosotros estamos continuamente
prestando oídos y prestando tiempo y esa es la gran dificultad de la música que es un arte del tiempo a lo nuevo
y lo nuevo no siempre tiene por qué interesarnos. Pero cuando uno está ahí para escribir yo creo que hay que partir de un respeto profundo hacia lo que se está dando, es decir hay una creación por medio y hay muchas horas detrás de cualquier página que escuchamos en concierto, en un disco que merece nuestra mayor atención.
14. R.P.: ¿Qué te gustaría pedirle a las instituciones y a los medios?
Ismael G. Cabral: Mucha de la precariedad de la profesión de los críticos está en que no se paga, en la mayoría de los casos no se paga. Nos caracteriza el prestar nuestros oídos, nuestro tiempo ante tanta música nueva y ese tiempo debe ser considerado y tomado en cuenta esto le diría a los medios que quieren contar con críticos y con periodistas musicales en sus revistas.
A las instituciones yo les pediría algo muy importante y es que el crítico no está ahí nunca en nigún caso para remachar lo que el programador de turno ha decidido que se debe programar. Yo creo que ese respeto, esa separación nunca se debería tocar y se toca mucho más de lo que quisiéramos.
Ruth Prieto, septiembre 2024