ISSN 2605-2318

Artistas

José María Sánchez-Verdú (Compositor) 

José María Sánchez-Verdú | Crear significa ofrecer una nueva experiencia, abrir interrogantes

12/02/2012

Intentamos contactar con él y eso de entrada ya es complicado. Está viajando tanto que no sabe uno muy bien si llamar a Basilea, Barcelona, Madrid o Ginebra. Pero cuando conseguimos dar con él, nos encontramos con un hombre encantador, que te dedica el tiempo que haga falta: en mi caso mucho porque soy muy pesada. Nos comenta: “valoro especialmente poder hablar de muchas otras cosas. Algo muy enriquecedor es hacerlo en varios idiomas y con colegas de lugares muy distintos. El diálogo es una forma espléndida de intercambio y de acercarse al otro.”

Nos dice también que le encanta y necesita la calma (no me extraña- con tanto viaje-). Pero en lo que a componer se refiere nos habla de exigencia, curiosidad, cultura, técnica, rigor, trabajo; de que no caben medias tintas: “No me valdría componer sin intentar cambiar el mundo, musicalmente...”. Y que de los defectos “pueden surgir chispas musicales muy valiosas”.

Aprecia profundamente a sus maestros de quienes dice: “De los más grandes he aprendido que la humildad les suele ser consustancial (Messiaen, Mehta, Zender y otros maestros míos). Siempre he querido aprender de ellos.”

En su triple faceta de docente, director y compositor, cuando habla de sus últimas alegrías valora tanto las que vienen en forma de estreno, de orquestas a las que dirigir, o de experiencias didácticas. Nos comenta que, “Como profesor estoy encantado de pertenecer desde hace poco al Conservatorio Superior de Música de Aragón, que es la mejor experiencia que podría desearle a un joven estudiante de Composición en España, y además compartirlo con la enseñanza desde hace muchos años en universidades alemanas (Dresde y Düsseldorf)”

Nos habla de su encuentro con Zubin Mehta, de la presentación de algunas de sus obras en escenarios como Venecia, Hamburgo, Viena, Buenos Aires o El Cairo, de su trabajo con orquestas como la WDR de Colonia o la Rundfunk-Sinfonieorchester Berlin. Todo esto mientras le esperan festivales, orquestas y espacios, que continuamente programan su música, como el Festival Ultraschall de Berlín, el encargo del festival de la Gare du Nord de Basilea, y la residencia en otro festival suizo. 

Y nos dice tajantemente que: “De la música no me llegan disgustos: tal vez sorpresas que me cuestan previamente imaginar... Y que olvido a los dos segundos. No tengo ni rencor, ni tiempo ni ganas para perder energías en cosas que no sean positivas.” 

Ruth Prieto, para El Compositor Habla, entrevista al compositor José María Sánchez Verdú

Berlín , Enero del 2012



Crear significa ofrecer una nueva experiencia, abrir interrogantes

1. Ruth Prieto:
Para empezar: ¿De qué hablan los compositores?

José María Sánchez Verdú: uff, eso depende de qué compositores y con frecuencia de los lugares y las situaciones!! Pero normalmente con mis más cercanos colegas compositores no hablamos solo de música... Es más, valoro especialmente poder hablar de muchas otras cosas. Algo muy enriquecedor es hacerlo en varios idiomas y con colegas de lugares muy distintos. El diálogo es una forma espléndida de intercambio y de acercarse al otro.

2. Ruth Prieto: ¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?

José María Sánchez Verdú: Me encanta y necesito la calma; tengo poca paciencia para algunas cosas y no aguanto lo mediocre y la falta de profesionalidad, que es la ausencia de la propia responsabilidad... Esto casi siempre en tránsito... y me apasiono por muchas cosas...

3. Ruth Prieto: ¿Qué tiene de oficio componer?

José María Sánchez Verdú: Posee una exigencia: saber que eres un privilegiado en la sociedad haciendo lo que quieres y amas. Esto te obliga a devolver a ésta un buen fruto de tu trabajo y esfuerzo en que no caben las medias tintas, el conformismo o la cobardía. No me valdría componer sin intentar cambiar el mundo, musicalmente...

4. Ruth Prieto: ¿Qué cualidades tiene que tener un compositor?

José María Sánchez Verdú: Quizás la curiosidad, la cultura, la técnica, el trabajo y el rigor sean aspectos importantes de esta figura tan poliédrica.

5. Ruth Prieto: Y ¿defectos?

José María Sánchez Verdú: Tal vez de algunos defectos puedan surgir chispas musicales muy valiosas... Ya practicaron este ´´elogio del defecto´´ algunos maestros sufíes!!!! En algunos casos un defecto recurrente de compositor es valorarse como persona por encima de la propia obra... De los más grandes he aprendido que la humildad les suele ser consustancial (Messiaen, Mehta, Zender y otros maestros míos). Siempre he querido aprender de ellos.

6. Ruth Prieto: ¿Cuál ha sido la última alegría que le ha dado la música?

José María Sánchez Verdú: Bueno, son muchísimas!!. Cada obra nueva, cada experiencia como compositor, director de orquesta o profesor es algo que me enriquece y además me alienta para intentarlo hacer mejor cada vez... Como profesor estoy encantado de pertenecer desde hace poco al Conservatorio Superior de Música de Aragón, que es la mejor experiencia que podría desearle a un joven estudiante de Composición en España, y además compartirlo con la enseñanza desde hace muchos años en universidades alemanas (Dresde y Düsseldorf). Experiencias muy especiales para mi, entre otras, han sido en estos últimos meses trabajar con Zubin Mehta (un gran maestro, además de curioso y abierto a la vez que humilde!), presentar algunas de mis óperas en ciudades del mundo fascinantes como Venecia, Hamburgo, Viena, Buenos Aires o EL Cairo (!), trabajar con orquestas como la WDR de Colonia o la Rundfunk-Sinfonieorchester Berlin y con otros numerosos y enormes intérpretes, directores de escena, etc. Hay festivales, orquestas, espacios, etc. que continuamente programan mi música, como es solo en este mes un año más el Festival Ultraschall de Berlín con tres composiciones o un estreno en breve encargo del festival de la Gare du Nord de Basilea; y en unos meses estaré como compositor en residencia en otro festival suizo con numerosas obras, estreno y proyectos que vinculan el sonido, el espacio y otras disciplinas artísticas. En definitiva, y dejando muchas cosas en el tintero, tengo la alegría de realizar proyectos musicales, escénicos, instalativos, etc. con grandísimos intérpretes y en espacios y festivales que son un gran lujo. Así que puedo vivir maravillosas experiencias y aprender y conocer nuevas cosas con personas muy interesantes.

7. Ruth Prieto: ¿Y el último disgusto?

José María Sánchez Verdú: De la música no me llegan disgustos: tal vez sorpresas que me cuestan previamente imaginar... Y que olvido a los dos segundos. No tengo ni rencor, ni tiempo ni ganas para perder energías en cosas que no sean positivas.

8. Ruth Prieto: Con todo esto de la crisis, ¿qué es componer hoy en día?

José María Sánchez Verdú: Crisis ha habido casi siempre, muy grandes o leves..., aunque hoy hayamos olvidado cosas que solo hace setenta años nos alertaron como personas humanas de que hay caminos y situaciones que deberíamos aprender a esquivar y rechazar... El olvido nos lleva a revivir pesadillas que creíamos haber superado. Componer significa seguir siendo uno mismo, y no perder la ilusión del niño que abre regalos nuevos de vez en cuando. Componer hoy conlleva también destinar tu trabajo con más intensidad allá donde éste sea más reclamado: somos transhumantes, viajeros por condición. Como siempre, como artistas, dependemos mucho de ese diálogo con programadores, festivales, intérpretes, etc. Yo me considero un afortunado, cosa que sé que depende de muchos factores como el talento, la calidad, la suerte, estar en el lugar indicado en el momento justo... Pero llevo ya casi treinta años (desde los 13 o 14 en realidad) componiendo. ´´Componer´´ es algo muy difícil: fácil es hacer la música ya conocida, contentar a un amplio público, rechazar cualquier forma distinta de crear música que no sea la trillada... Por supuesto que siempre habrá música de consumo, comercial y con finalidades distintas, pero esos aspectos de cantidad (de público, de discos, de dinero) no son en absoluto criterios únicos de calidad. Cada uno debe ser sincero con la música que quiere hacer, y elegir entre una gran infinidad de caminos. Es curioso tener que recordar y reivindicar todavía hoy lo que supuso la obra de tantos grandes compositores que hoy son clásicos y que en sus momentos no participaron tampoco de esos criterios hoy tan reclamados de la cantidad , y además rompían moldes y abrían la música a nuevas experiencias sonoras; de Haydn a Stravinsky, de Beethoven a Wagner, de Webern a Nono, de Schubert a Feldman, de Ockeguem a Ligeti, todos han ofrecido lenguajes personales en sus músicas, como arte, como cultura, como pensamiento y como diarios de búsqueda (y no propuestas eclécticas indefinidas: los que así lo hicieron, ¿dónde están hoy?). Muchos de esos grandes creadores, como en la literatura, la poesía, las artes plásticas, el cine..., no lo tuvieron fácil: pagaron incluso un alto precio por crear algo en lo que creían. En la música de creación, como en la poesía, la arquitectura, la pintura, etc., crear significa también ofrecer una nueva experiencia, cuestionar los marcos y el material, abrir interrogantes (como en las ciencias y en la filosofía, tan cercanas a la gran música), mantenerse alejado del ruido excesivo de nuestra sociedad. Crear conlleva algo de mucho respeto y esa obligación de devolver a la sociedad no lo fácil que ésta puede oír siempre, cada segundo y en todos lados, sino aquello “otro” que le puede abrir a una nueva realidad, una especial emoción, una desconocida experiencia, una infranqueable interrogación... Chillida hablaba de hacer “lo que no se sabe hacer”... Y por ahí van mis intereses y mis deseos como compositor.

9. Ruth Prieto: ¿Si no fuera compositor qué le hubiera gustado ser?

José María Sánchez Verdú: Creo que arquitecto..., o pintor. Trabajar el espacio, la luz, los materiales... son todo aspectos que siempre me han cautivado y lo siguen haciendo. Es por ello que cada vez hay más elementos de este mundo en mis proyectos musicales, escénicos y espaciales. No se trata de sumar sin rigor, sino de abrir la creación musical a espacios de interdisciplinariedad que hoy son muy importantes en Europa, un continente que en el ámbito de la Cultura occidental ha levantado una gran monumento a la creatividad con posiciones enormemente variadas y confrontadas (desde las grandes tradiciones a las más extremas vanguardias de principios del siglo XX) pero absolutamente propias.

10. Ruth Prieto: ¿Cuál ha sido su mayor extravagancia?

José María Sánchez Verdú: Quizás juntar en una obra sinfónico-coral el Jingle Bells con la “Danza sacra” de la Consagración de la primavera... O trabajar con instrumentos y plantillas instrumentales que adoro y que tantos quebraderos de cabeza dan para estar disponibles, como el saxofón contrabajo, el clave microtonal, instrumentos antiguos como la tiorba, lejanos como el Oud o el sakuhachi, o la flauta de pico Paetzold contrabaja en Fa..., ya se ve, no algo fácil a mano...

11. Ruth Prieto: ¿Qué aporta la música a la educación?

José María Sánchez Verdú: Es un tema que no deja de ser básico e importantísimo. Crecer con la música como personas sintientes e inteligentes nos abre un campo de percepciones y conocimientos enorme. Esto es constatable y reiteradamente señalado por especialistas en los ámbitos familiar, social, escolar y también por las investigaciones neurológicas y psicológicas. No se trata de crear músicos, sino personas que viven y respiran con la música como una forma natural de hábitat; el hombre canta (“la invención de la melodía es el supremo misterio del hombre”, decía Lèvi-Strauss), y ha vivido desde sus inicios con el sonido! Y mi admirado George Steiner escribía que “El canto es, simultáneamente, la más carnal y la más espiritual de las realidades. Aúna alma y diafragma”. No hay cosa más triste que una sociedad sorda. La nuestra creo que oye más música que ninguna, pero a la vez parece que es la más sorda de todas. Es una reflexión curiosa no sé si equivocada que me hago...

12. Ruth Prieto: ¿Qué le da miedo?

José María Sánchez Verdú: Que el pensamiento egoísta y puramente económico y mercantil y lo superficial y fácil se impongan como criterios estéticos. Y que la Cultura se mida solo en réditos económicos y en plazos mínimos. Por eso lo de “industrias culturales” siempre me ha chirriado...

13. Ruth Prieto: ¿Perdió algo por el camino?

José María Sánchez Verdú: Flores que se marchitaron: pero siempre queda el recuerdo.

14. Ruth Prieto: ¿Qué es el silencio?

José María Sánchez Verdú: Es la música en la que como un lienzo blanco siempre quisiera dejar unas tenues pinceladas desde mi experiencia y conocimiento... El silencio es para mí una de las cosas más necesarias e importantes hoy.

15. Ruth Prieto: Liberté, egalité, fraternité ... ¿Añadiría algo?

José María Sánchez Verdú: Con que la primera palabra fuera una realidad en cualquier sociedad ya tendríamos algo muy importante. Algo que como vemos a diario no siempre se da.

16. Ruth Prieto: ¿Tiene una idea de lo que puede ser la felicidad «musical»?

José María Sánchez Verdú: Quizás perder la consciencia de uno mismo, del yo, ante el hecho musical y una experiencia de escucha, casi en el sentido del trance de numerosos movimientos místicos.

17. Ruth Prieto: ¿A quién rescataría del pasado?

José María Sánchez Verdú: A Debussy... A Messiaen y a Ligeti ya los viví en persona, pero me encantaría seguir viéndolos en nuestra actualidad... Quizás me traería también a Guillaume de Machaut, a Johannes Ockeguem o a Tomás Luis de Victoria para dar una vuelta por aquí. Y sin duda a grandes poetas, arquitectos o filósofos que me han enseñado y aportado tantas cosas...

18. Ruth Prieto: ¿Qué tiene el presente de interesante?

José María Sánchez Verdú: La «aventura» como energía creativa, como visitar una ciudad desconocida sin GPS y sin mapa de ningún tipo... Abrirnos con intuición y conocimiento (ambas cosas!) a lo nuevo de hoy, e intentar descartar la vuelta cobarde al pasado (seguridad) y apostar por hacer, como apunté antes citando a Chillida, lo que no sabemos hacer (inseguridad, como la vida misma), que es la aventura de ofrecer nuevas preguntas y experiencias a los que nos acompañan en la música. Amo esta inseguridad por encima de la soberbia del artista que está convencido de que hace lo mejor, con frecuencia renegando de otras formas de creación que son distintas, y que a veces ni entiende. Yo no sé por dónde voy, ni puedo asegurar que estoy en lo cierto... En todo caso llevo un casco de explorador y estoy abierto a todo lo que me toque, emocione, interese, sorprenda...

19. Ruth Prieto: ¿Qué espera del futuro?

José María Sánchez Verdú: Un planeta y una humanidad generosa y responsable con el legado que va a dejar a sus hijos.

20. Ruth Prieto: Podría definir ¿contemporáneo?

José María Sánchez Verdú: No solo lo que está adscrito a lo actual, sino sobre todo lo que aspira a enriquecer y mejorar el mundo de hoy en cualquiera de sus vertientes. En música me aburriría como compositor no aspirar a cambiar y ofrecer cosas distintas. Los grandes artistas siempre han mirado hacia adelante viviendo su presente: bien agrandando ese presente como culminación de un proceso (Palestrina, Bach) o bien trazando una línea del horizonte más amplia y lejana (Wagner, Schönberg, Stravinsky y tantos otrosetc.). Los paralelos en otras disciplinas son también numerosos (Klee, Kandinsky, Wright, Duchamp, Tarkovsky, Celan y un largo etc.). Hoy hay artistas enormes que hacen de nuestro presente cultural algo vivo y en movimiento. Con ellos me siento en casa, en nuestra “contemporaneidad”, repleta de caminos distintos y válidos. El que llamo “sonido nostálgico” (deseo de usar y andar en el pasado como territorio de creación, como verdadero academicismo) me incomoda por ser un escape, una postura de indefinición sin horizonte a la vista, amparada por una sociedad cómoda, que en una gran parte acepta todo sin reflexión, como productos consumibles. El interés lleno de rigor y espíritu crítico por la creación contemporánea es algo presente en muchas personas y públicos en Francia, Alemania, Suiza, Austria, etc. Especialmente en música poseen un sentido crítico que en otros países no destaca especialmente. Naturalmente hay muchos niveles de cultura musical, dependiendo de la historia y de muchos otros factores de tipo político, educacional y hasta religioso de cada grupo humano, región o país. En todo caso creo, como señala Eugenio Trías, en esas “minorías globales» que tanta importancia juegan en el medio y largo plazo en la Cultura.

21. Ruth Prieto: ¿Podría decirme cómo es su música?

José María Sánchez Verdú: Un día, en Lucerna, sobre el lago, escuché el sonido de varios cisnes que pasaron volando por encima de mi cabeza... Fue como un relámpago sutil y tremendo a la vez: una música que me atravesó. Tal vez ese acariciar poético del aire es lo que me gustaría hacer. Otra cosa es que no lo consiga nunca... Pero en la búsqueda está mi tesón.... Y en ese camino está la energía y la felicidad de mi interés por el sonido, y no en llegar a puerto.

22. Ruth Prieto: ¿Qué consejo le daría a un joven que quiere ser compositor?

José María Sánchez Verdú: Mirar hacia atrás a sus padres y abuelos musicales para así proyectar su mirada hacia el futuro aupándose sobre los hombros de aquéllos... así incluso se puede saltar más lejos, que no se olvide! Los hijos más díscolos pero grandes de verdad conocían y conocen maravillosamente la obra de sus padres (pienso en Webern, Messiaen, Ligeti, Lachenmann y tantos otros). Con frecuencia se ignora qué ha pasado anteayer en nuestra propia casa, la musical. Además es necesario estar abiertos a la fantasía, a lo nuevo, a la aventura y empaparse de todo lo creativo como una forma de conocimiento (no sólo en música, ¡por favor!, sino también en artes plásticas, arquitectura, literatura, etc.). La intuición es además una forma de conocimiento (lo decía Zubiri). La sinceridad y la honestidad hacen el resto. Y mucho trabajo...

23. Ruth Prieto: ¿Qué le hace reír?

José María Sánchez Verdú: Como andaluz que soy bastantes cosas.

24. Ruth Prieto: ¿Qué le hace llorar?

José María Sánchez Verdú: Las hay, las hay, canciones, películas...

25. Ruth Prieto: ¿A qué compositor invitaría a comer a casa?

José María Sánchez Verdú: En Berlín tengo bastantes compositores vecinos..., a cualquiera de ellos... En Madrid tengo a Luis de Pablo, que vive a cien metros.

26. Ruth Prieto: ¿Con cuál se sentaría a charlar horas y horas?

José María Sánchez Verdú: Hay varios, uno de ellos sin dudas es Luis de Pablo (te pueden dar las uvas y no te has enterado). Y también con varios colegas muy queridos y admirados que están también en este proyecto de El Compositor Habla.

27. Ruth Prieto: ¿Tiene usted “compositor de cabecera”?

José María Sánchez Verdú: No. Tengo libros de cabecera, eso sí...

28. Ruth Prieto: Alguna manía a la hora de componer….

José María Sánchez Verdú: Ninguna... Sigo escribiendo las partituras a mano... en hoteles, aviones, en diferentes ciudades, casas y mesas... Cada obra es el fruto de un peregrinaje espacial y mental. Así que no hay lugar para las manías.

29. Ruth Prieto: Un libro indispensable…

José María Sánchez Verdú: Cientos, miles!!!!!!

30. Ruth Prieto: Una película…

José María Sánchez Verdú: El cine distinto y experimental e innovador de algunos directores japoneses, franceses, rusos (Tarkovsky!), etc.

31. Ruth Prieto: Una canción que le arregle un mal día…

José María Sánchez Verdú: Van variando.

32. Ruth Prieto: Un personaje del teatro imprescindible…

José María Sánchez Verdú: Muchos, incluso algunos secundarios...

33. Ruth Prieto: ¿Qué piensa de la política?

José María Sánchez Verdú: Es una realidad cuya necesidad ponen en cuestión muchos profesionales de la misma con su actuación. Deberíamos repensar y considerar la política desde la concepción original de la Grecia antigua, que con frecuencia es olvidada.

34. Ruth Prieto: ¿Tiene algún sueño recurrente?

José María Sánchez Verdú: Si sueño algo lo olvido al despertar. Se me olvida todo!!

35. Ruth Prieto: Tres obras maestras de la historia de la música.

José María Sánchez Verdú: Empezaría con el Requiem de Ockeghem, por ejemplo; seguiría con un Victoria o un Bach...; en seguida aparecería el “Preludio a la siesta de un fauno”, de Debussy... Y la lista continuaría como un collar de perlas...

36. Ruth Prieto: ¿Qué le queda por hacer en música que no hay hecho todavía?

José María Sánchez Verdú: Todo y nada. No le doy mucha importancia a tener seis obras escénicas y casi veinte orquestales... Una bastaría para estar contento. Y cada compositor trabaja en ritmos y procesos distintos en cuanto a la cantidad, contraste, etc. Lo importante es el camino. Y en mi camino próximo atisbo proyectos fascinantes en los que estoy poniendo lo máximo que puedo justo ahora. Esto es lo que me queda por hacer cada día: lo del futuro inmediato...

37. Ruth Prieto: ¿Cuál es su pasatiempo favorito?

José María Sánchez Verdú: Me apasionan los libros y las librerías... Me encanta el tenis y el ajedrez (creo que son complementarios). Y la Naturaleza, que me enseña más que nadie.

38. Ruth Prieto: ¿Cuál considera que es su estado actual de ánimo?

José María Sánchez Verdú: De energía acumulada... De ganas de lograr una mayor calma pero a la vez con la inercia de ampliar miras, abrir nuevos proyectos, y viajar a lugares que puedan cambiar mi percepción occidental (como han sido Egipto o Israel muy recientemente, o Perú hace cuatro años).

39. Ruth Prieto: ¿Tiene usted algún lema?

José María Sánchez Verdú: “Hacer lo que no se sabe hacer”, siguiendo esta ya citada idea de Chillida.

40. Ruth Prieto: ¿Qué diría José María Sánchez-Verdú de José María Sánchez-Verdú?

José María Sánchez Verdú: Nada, soy el menos indicado para hablar de él. 

                                                   José María Sánchez Verdú, Berlín, Enero 2012

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